Desde el 2008, el régimen de Evo Morales llevó a cabo varios golpes de Estado departamentales y municipales, ya sea mediante la “Ley Corta”, el Estado de Sitio o el Revocatorio inconstitucional.
Hoy en día, en el 2012, el fracaso de esa estrategia neo-centralista parece evidente, toda vez que las administraciones pro-oficialistas nacidas de estas intervenciones muestran su desbarranque, con una rampante ineficiencia de gestión, múltiples casos de corrupción, división interna y desaprobación ciudadana.
Fue el caso de la alcaldía de Sucre, donde el grado de conflicto interno en el partido de gobierno facilitó la realización de elecciones anticipadas, ganadas por la oposición.
Es así también en el departamento de Pando, donde el gobernador Flores es seriamente cuestionado por acusaciones de nepotismo.
Pero donde este fenómeno llega al paroxismo es en Tarija, donde el gobernador interino Lino Condori no da pie con bola en la administración departamental, al punto que el propio presidente Morales ha ofrecido hacerse cargo personalmente de la Gobernación.
Así lo informó el diputado por Bermejo del MAS, José Yujra: “Nuestro presidente Evo Morales nos ha solicitado emitir una ley para que él venga a ser Gobernador y enseñarle a administrar la plata, o sea a ejecutar el presupuesto en desarrollo del departamento solamente por un mes. Dénse cuenta, ¿qué quiere decir eso? La ineficiencia que tiene la Gobernación lastimosamente hace que nuestro presidente esté muy preocupado por la no ejecución de los recursos económicos del departamento de Tarija”.
Por supuesto, este es un nuevo disparate presidencial, perteneciente a la filosofía del “le meto nomás”. Pero deja entrever el grado de catástrofe en los interinatos surgidos de las intervenciones oficialistas.
Lo cierto es que, como todo producto de la mentira, el engaño y la violencia, el neo-centralismo autoritario morirá y de sus cenizas renacerán las autonomías municipales y departamentales. Más temprano que tarde…