Encuentros y desencuentros históricos

Guillermo Capobianco Ribera

Lo hemos repetido muchas veces: por geografía, por historia y por destino, Bolivia debiera ser un país de encuentro entre países, naciones y pueblos de Sudamérica.

Sin embargo no lo es y más bien, pareciera ser un país sin proyecto, incapaz de gobernarse a si mismo.



Bolivia tiene todos los elementos objetivos para consolidarse como país y como nación.

En su territorio nacen y terminan los tres grandes sistemas orográficos del Continente, con riquezas forestales, minerales, fluviales y una biodiversidad como no la tienen otros.

¿Cuál el origen entonces de esta especie de “maldición” para que entre bolivianos no podamos entendernos y “remar” todos juntos en una misma dirección?

No ha sido precisamente la falta de un Proyecto Nacional que lo tuvo en los años cincuenta y que pretende tenerlo ahora con la proclama de un “Proceso de cambio” en el marco de una “Revolución democrática, pacifica, plural y cultural”.

Este “proceso” que ya lleva seis años de habérselo emprendido, no está siendo ni pacífico, menos aún democrático, salvo políticas de Estado como las bonificaciones, y planes de redistribución de fondos públicos.

Las nacionalizaciones -que en esencia constituyen “compras” de acciones para alcanzar un 51% porcentual – para hacer de la economía la base de un “capitalismo de estado” pero desafortunadamente la mayoría de las empresas “recuperadas” terminan siendo subvencionadas.

Por todo lo observado hasta aquí, pareciera ser que el “núcleo de conducción” desde la cúpula del Gobierno continúa con el intento de “borrón y cuenta nueva” como si el país se hubiera fundado el año y día en que ingresó en funciones.

No es así afortunadamente.

La Bolivia democrática y autonómica que intentamos forjar ahora, tiene un pasado histórico que vale la pena tomar en cuenta:

El célebre Memorando de 1904, que fue escrito por un núcleo de patricios cruceños que clamaron por la incorporación del Oriente Boliviano al país andino..

El estallido de la Guerra del Chaco -1932-1935- en cuyas trincheras se encontraron civiles de la clase media urbana intelectual con los militares y oficiales jóvenes del Ejército..

La Convención Nacional del 38 en donde comienza a perfilarse el nuevo país que surgía del dolor de la derrota y descubría ante esa generación emergente, las estructuras obsoletas del estado oligárquico..

La rebelión de oficiales militares y jóvenes civiles, que encumbraron en el gobierno al My. Gualberto Villarroel en cuyo corto periodo se plasmaron los primeros cimientos del país que se ambicionaba construir…

Recuérdese al Congreso Indígena que desde entonces estuvo en el pensamiento de aquella generación política que fue embestida cruelmente por la oligarquita el 21 de julio del 46 y durante el sexenio de la resistencia, hasta desembocar en la insurrección popular armada del 9 de abril del 52…

Durante el medio siglo político -post 52- se produjeron otros hechos históricos trascendentales como fue el triunfo de la Revolución en Cuba y la instalación en América Latina de un estado comunista y la “Guerra Fría” entre potencias mundiales.

Es en este periodo de la historia de Bolivia en donde se producen los hechos sobresalientes que explican o permiten comprender lo que ocurrió y lo que somos ahora en el concierto de América:

Noviembre del año 64: interrupción violenta mediante golpe militar del proceso de abril y comienzo del periodo militar con el Gral. René Barrientos Ortuño.

Inicio de la ofensiva mundial de las potencias europeas en el plano educativo para formar cuadros jóvenes como reacción al proceso radical de la isla de Cuba, hablamos de la Democracia Cristiana y la Social Democracia.

Año 68: Proclama de la Guerra Armada Continental contra el imperialismo por el Ché Guevara desde las selvas bolivianas.

Como se observa, nada es casual en la vida de un ser humano menos aún en el diseño de una estrategia continental que tuvo su desenlace parcial en este laboratorio social que es Bolivia.

El espacio restringido de esta columna no nos permite analizar el periodo que va desde la derrota militar e ideológica de la gesta del Ché hasta la implantación de este gobierno.

Prometo a mis lectores analizar políticamente esta última fase de nuestra historia, la próxima semana.