Salma Hayek: “Me dolía la mano de tanto pegar a Benicio del Toro”

salma-hayek-entrevistaDespués de volver al cine español con «La chispa de la vida», y antes de filmar la secuela de «Niños grandes», Salma Hayek estrena «Salvajes», filme de Oliver Stone alrededor de la lucha interna entre narcotraficantes fronterizos, en el que la actriz interpreta a la más poderosa jefa de un cartel de la droga mexicano. Benicio del Toro, John Travolta, Blake Lively, Taylor Kitsch o Mia Maestro la acompañan en el nutrido reparto.

—¿Qué es lo que más le gustó de «Salvajes»?

—Que es diferente a todo lo que vi hasta ahora. Me encantan desafíos así, que me obligan a explorar mundos que no conozco. Además, tener al lado a Oliver Stone hizo que la experiencia fuera mucho mejor. Nos dio toda la información y todas las oportunidades que necesitábamos. Incluso trajo agentes reales de la DEA, una jovencita que había sido secuestrada por la mafia mexicana y hasta trabajadores de los campos de marihuana. Nunca había tenido tantos elementos con los que ensayar una película.



—¿Interpretar a una villana es tan divertido como todos dicen?

—En realidad, lo mejor es interpretar un buen personaje, con un buen director y buenos actores. Eso es lo que me gusta. Hacer de mala no tiene por qué ser siempre divertido.

—¿Se inspiró en alguien en concreto para su personaje?

—Sí, tomé diferentes partes de personas relacionadas con el narcotráfico que conocí a lo largo de mi vida. No te voy a decir nombres (risas), pero algunos de ellos son absolutamente fascinantes y los adoro. Por ejemplo, tuve una estrecha amistad con una mujer de este gremio que llegó a ser alguien muy poderosa de México. Ya ha fallecido, pero fue alguien especial, ese tipo de damas que no pasaban desapercibidas.

—¿Conoció a más integrantes de este mundillo?

—Conocí alguien que estaba casada con alguien que era… ya sabes, un jefe de la mafia. También a mucha gente poderosa que aseguraba haber tenido algo que ver con esas actividades en el pasado. Pero qué quieres que te diga, soy mexicana, conozco mucha gente (risas).

—¿No se sintió algo extraña al dar vida en la ficción a la madre de una joven de 23 años?

—Para nada. Ya tengo 45 años y sería muy fácil tener una hija de 23. Además, me encanta ser la madre ficticia de Sandra Echeverría, una actriz muy dulce que me recordaba a mí misma en mis inicios, haciendo telenovelas. Pero claro, yo tampoco empecé con una película de Oliver Stone (risas). Aparte, mi propia experiencia como madre me ayudó a darle humanidad a un personaje tan complejo. Porque yo soy una madre muy mexicana, ¿eh?

—¿Se siente cómoda cuando tiene que hablar en español rodando en Hollywood?

—A mí me ocurre algo gracioso porque, a pesar de haber vivido durante años en Estados Unidos, de repente me doy cuenta de que estoy hablando en inglés de forma natural y, como si cometiese una especie de traición, enseguida cambio al español. Eso sí, a la hora de insultar, es hermosa la variedad de sonidos que me salen (risas). Paso de los insultos mexicanos a los improperios en inglés, y luego vuelvo al español. Todo al mismo tiempo y muy variado. me gusta hacerlo así.

—¿Qué opinó su esposo Fracois Henri Pinaut sobre la escena donde le propina una soberana paliza a Benicio del Toro?

—¿Te puedes creer que la filmamos justo el día en que mi esposo vino a visitarme al plató? (risas). Él no entendía nada, no hacía más que preguntarme: «¿Pero qué estás haciendo? ¿Cuántas veces le vas a pegar a este pobre hombre?». Mi esposo se preocupó mucho, ya que lo había dejado todo colorado a base de bofetadas. Incluso a mí me dolía la mano, creo que me pasé un poco. Fue una de las situaciones más extrañas que me han pasado: yo, toda nerviosa, y Benicio pidiéndome que le pegara más duro hasta que, por fin, me dijo: «OK, así está bien». Encima, Oliver no paraba de mandar repetir la escena. Pobre Benicio, le debí dar como veinte guantazos.

—Aunque recientemente se autodefinió como «bajita y rechoncha», lleva siendo una de las actrices más sexys de Hollywood desde mediados de los 90. ¿Cómo lo consigue?

—Bueno, creo que es mi esposo el que tiene la culpa, ya que él es el que me hace sentir sexy. Soy muy romántica, y siempre preferiré al hombre que mejor bese, por encima de estereotipos de machos latinos. Así soy yo, qué le voy a hacer.

Fuente: www.abc.es