Por fin tenemos en nuestras manos la ultima iteración de la longeva saga bélica, que repite formato a pesar de incluir algunas interesantes novedades.
El pasado 13 de noviembre se puso a la venta el esperado Call of Duty Black Ops II, la última iteración de la ya mítica saga bélica, y que como de costumbre arrastra tantos admiradores como detractores. No se puede obviar el intento por parte de Treyarch de dotar al juego de ciertas novedades, a pesar de lo cual la sensación de “esto ya lo he jugado” no nos abandonara en ningún momento. Sea como fuere estamos ante el que probablemente sea el Call of Duty más raro y de mayor calidad de todos, con un multijugador muy centrado en los e-sports, y en VaDeJuegos lo hemos probado a fondo para traeros nuestras impresiones. Soldado, coja sus pertrechos y prepárese para la acción.
La historia de Raúl
El modo campaña de Black Ops II se centra en la historia de Raúl Menendez, un terrorista Nicaragüense que sirve de nexo de unión entre las dos épocas que viviremos -y jugaremos- durante la campaña del juego: el final de la guerra fría en los años ochenta y una hipotética segunda guerra fría en el año 2025. A través de estos dos marcos temporales manejaremos a diferentes personajes como los ya conocidos Hudson, Woods, Mason e incluso el hijo de este último. Cualquier jugador que tuviese miedo de ese futuro cercano donde el juego centra la mitad de su historia, puede estar tranquilo. Aquí no hay ni escudos de fuerza, ni rayos láser.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Todo el título mantiene una coherencia y un realismo -dentro de sus posibilidades- dignos de elogio, manteniendo ese espíritu “made in Call of Duty” durante toda la campaña. En cuanto a su duración, pues nos encontramos ante el típico producto de la saga, con una campaña muy corta -similar a otros títulos- que sin embargo ve aumentada su duración gracias a una de las grandes novedades de este año: las misiones Strike Force (Fuerza de Asalto). Se trata de cinco misiones independientes, unidas a la historia principal de Black Ops II y que convierten el título directamente en un juego de estrategia en tiempo real.
De esta manera, y dependiendo del contexto de cada misión, se nos dejara con diversas unidades (infantería, torretas, drones, etc.) dentro de un pequeño mapa con una o varias posiciones a defender o atacar. De esta manera, podremos controlar la acción desde una vista aérea, posicionando nuestras unidades como creamos conveniente y, con solo pulsar un botón, podremos controlar en primera persona cualquiera de nuestras unidades disponibles.
Guerra Universal
Pero más allá de la historia, si por algo es conocido mundialmente Call of Duty es por su congestionado multijugador. El cual esta vez también nos llega con jugosas novedades aunque manteniéndose fiel a su espíritu. Para empezar el juego ha girado radicalmente hacia los e-sports con un multijugador mucho más equilibrado y decenas de opciones orientadas en este sentido. Desde un modo cine que repite una vez más para que podamos compartir nuestras partidas de Call of Duty, pasando por un nuevo COD TV, una especie de canal televisivo donde poder ver toda clase de vídeos relacionados con el juego (tanto oficiales como del resto de jugadores de todo el mundo) para acabar con un nuevo Call of Duty Elite gratuito -los paquetes de mapas ahora tienen “season pass”- pensado casi íntegramente para la competición online.
Incluso existen modos de juego propios dentro del programa pensados para competir con otros jugadores de forma oficial. En cuanto a jugabilidad propiamente dicha, una de las grandes novedades es la forma que tenemos para crear clases. Se acabó aquello de seleccionar siempre los mismos elementos para cada clase. A partir de ahora dispondremos de 10 ranuras o slots que nosotros gastaremos de la forma que mejor creamos conveniente.
¿Que queremos una clase centrada en el arma principal y las ventajas?, pues adelante. ¿Qué preferimos armas sin accesorios y más ventajas?, pues adelante también. Ahora disponemos de total libertad para crear nuestras clases a nuestro antojo. Otra de las grandes novedades de este año son las rachas, que esta vez ya no son de bajas, sino por puntos. Ayudando a evitar en gran medida la gran lacra del camperismo.
De esta manera, la consecución de objetivos (como capturar una bandera, recoger una chapa, dominar una zona o colocar una bomba) nos darán tantos puntos o más que el hacer una baja. Además, y gracias a la ambientación del título se nos presentan nuevas rachas la mar de interesantes como por ejemplo el emisor de microondas (Guardian), que da mucho juego en todos esos modos que obligan a controlar o demoler una zona. Brutal. Una vez dentro de las partidas nos encontramos con un título muy fluido -obviando los problemas de conexión del matchmaking- y rápido, diseñado para enfrentamientos directos, evitando en gran medida a los camperos (algo a lo que ayuda tanto las rachas de puntos como ciertos accesorios de las armas), con un diseño de niveles muy inteligente llenos de pasillos, arenas y cierta verticalidad. Este es otro punto donde se demuestra el interés del juego por los e-sports.
El multijugador incluye 14 mapas de lo más variopintos donde alguno se va a convertir en clásico instantáneo dentro de la saga. Cuatro DLCs con nuevos mapas ya han sido confirmados.
De anécdota a pilar fundamental
Y es que otra de las grandes características de Black Ops II es el regreso de su modo zombis. Aquel que se estrenara de forma anecdótica con World At War y que hoy por hoy resulta tan importante como el multijugador o el modo historia. Es cierto que, a pesar de que así se confirmara, el título no incluye una campaña zombi al uso, sino que más bien se trata de un modo (TranZit) que nos permite desplazarnos de una zona a otra con un autobús preparado para la ocasión (aunque también podremos viajar a pie entre las diferentes zonas… si nos atrevemos).
Los otros dos modos de juego que se incluyen son el archiconocido modo Supervivencia para hasta ocho jugadores y el modo Pena, donde dos equipos de cuatro integrantes cada uno se verán las caras con los zombis ganando el último equipo que quede en pie. A nivel jugable el renovado modo zombis trae decenas de novedades como nuevas armas, nuevos enemigos y nuevas posibilidades que, sinceramente, dan para escribir un único texto solo centrándonos en este modo de juego. Lo mejor, como siempre, es que lo probéis vosotros mismos y valoréis si Treyarch ha cumplido vuestras expectativas con nuestros pútridos amigos. Nosotros creemos que sí. La edad no perdonaY es que a nivel técnico el juego empieza a chirriar por todos los lados.
El juego luce bien, mejor que nunca en la saga, y a constantes 60 fps por segundo, pero no es menos cierto que la calidad de las texturas y la carga poligonal sufren con un motor gráfico que se viene parcheando desde hace ya cinco años. Con joyas en el mercado del tamaño del CryEngine 3 o el reciente Frostbite 2, Call of Duty necesita una renovación de su motor gráfico casi como el comer. Donde si hemos observado un gran trabajo es en el diseño de personajes, especialmente las caras, sin duda la mejor noticia en cuanto al apartado gráfico se refiere.
Los rumores sobre un nuevo Modern Warfare programado tanto para esta como para la próxima generación abren la puerta a una pequeña esperanza de poder ver un nuevo motor no tardando mucho. Veremos. A nivel sonoro nos encontramos ante un juego contundente, tal vez un punto por debajo de juegos como Battlefield 3 o Medal Of Honor Warfighter, pero que sin duda demuestra su personalidad en cada uno de sus efectos de sonido. La banda sonora del título, obra de Trent Reznor y Jack Wall entre otros, es sin duda de lo mejor del título con acordes épicos mezclados con melodías más electrónicas que evocan a las mil maravillas ese incierto futuro cercano del que nos habla el juego. El doblaje, aunque pasable con alguna pequeña joya como la voz de Jordi Mollá para Raúl Menendez, es sin duda el apartado más flojo de todo el juego, a nivel sonoro.
Fuente: www.vadejuegos.com