El embajador de las causas innobles

sean_penn_720121030 Sean Penn es un viejo “compañero de ruta” del socialismo del siglo XXI. En febrero de este año, el cabecilla del bloque, teniente coronel Hugo Chávez, dijo de él que era “un bolivariano más”. Y es que Penn ha terminado por reencarnar a un personaje de tiempos del imperialismo soviético que se creía extinto: el tonto útil.

Intelectuales y periodistas de Occidente se prestaron durante décadas a convertirse en panegiristas de la URSS, haciendo oídos sordos a la realidad del sistema concentracionario del Gulag y mostrando una falsa versión edénica del totalitarismo, generosamente recompensados por Moscú.

Ahora, ese triste fenómeno parece repetirse con el experimento populista del ALBA, claro que ya no se echa mano a intelectuales de alto calibre sino a figuras del star system de Hollywood.



Para la analista Anne Applebaum, “La debilidad occidental de la violencia revolucionaria de los otros, la creencia en el glamour y la benevolencia de los dictadores extranjeros, y la insistencia en ver ambos a través del prisma de los debates políticos occidentales, está todavía muy presente entre nosotros”.

Algo que en el caso de los regímenes de cuño chavista se seguirá dando “Mientras el petróleo les dure”, al decir de Applebaum.

En Caracas, Penn dijo que Chávez es “Un hombre fascinante”, mientras que en La Paz se dejó nombrar por Evo Morales “embajador de las causas nobles”, la principal de las cuales sería promover la despenalización internacional del tráfico de materia prima para cocaína (hoja de coca).

¿Qué dirá el actor cuando el ciclo de los gobiernos neo-autoritarios acabe y salga a la luz la verdad sobre la corrupción y la represión?

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