Evo en el aire

Eugenio D´Medina Lora

EVO AIR El reciente nuevo papelón de Evo Morales ha sido la excusa perfecta, cuándo no, para volver a victimizarse como "indígena" y enfilar baterías contra el "imperialismo". En un descomunal delirio de superioridad, Morales se siente tan relevante internacionalmente como para que EE.UU. y la Unión Europea en pleno le monten una "conspiración" para "secuestrarlo" trece horas en Viena al no dejarle aterrizar en Francia y España. El imperialismo internacional "teme" a Evo.

Es que la capacidad de mentir, y de creerse las propias mentiras, que tienen estos personajes pintorescos que hoy presiden varios países latinoamericanos, no parece tener límite. Como tampoco parece tenerlo la candidez de los que repiten como loritos el mismo discurso de hace cincuenta años, tiempos en que todos los males latinoamericanos se achacaban al "imperialismo yanqui".



¿Cuál es la verdad? Un hecho aislado y personal, en el que se sospechaba que Evo llevaba escondido en su avión nada menos que al exanalista de la CIA Edward Snowden, la persona más buscada en el mundo en estos momentos. Y más allá de lo que podamos pensar con respecto a Snowden –personalmente me parece estupendo que haya puesto al descubierto que Obama hace rato rebasó con creces a Nixon en lo mismo que le costó a este último nada menos que la Presidencia del país más poderoso del mundo–, lo concreto es que resulta creíble que personajes como Evo puedan actuar con poca seriedad internacional como para llevar entre su equipaje a un personaje que claramente representa hoy un golpe para EE.UU. Él mismo se ha construido esa imagen de nula credibilidad y de personaje al que solo se le cita para reírse de sus tonterías.

No es Europa la que ha vejado al pueblo boliviano, sino el propio Evo Morales quien viene dejando en ridículo hace mucho tiempo a sus compatriotas con sus actitudes de activista callejero antes que de presidente de una nación.

En medio de todo esto, Morales, como antes lo hizo Maduro, pretendió involucrar a todo el vecindario sudamericano en su incidente personal, montando, junto a los otros folclóricos presidentes cercanos a él, una pantomima de confrontación diplomática entre Latinoamérica y Europa. Y para esto apeló a la Unasur, el brazo ortopédico del ALBA, cabal organismo secuestrado por el chavismo y embudo en el que todos los demás nos tenemos que arrejuntar para dizque "construir la unidad latinoamericana", aunque en el proceso atentemos contra nuestros propios intereses nacionales.

Correo – Perú