Tensión en el seno de la OEA: Bolivia vs Italia; se revelan detalles

“Ministro Romero no es Italia que debería pedir disculpas a Bolivia, sino exactamente lo contrario por las denuncias infundadas”, le espetó el embajador de Italia, Sebastiano Fulci, quien aseguró que su Gobierno no canceló el permiso para el sobrevuelo por su espacio aéreo.

Denuncia de Bolivia desata tensión en el seno de la OEA

Los detalles. El ministro de Gobierno, Carlos Romero, denunció que el presidente Evo Morales fue objeto de un bloqueo intercontinental y denunció que el hecho violó tratados internacionales. Italia exigió a La Paz disculpas por la acusación, Estados Unidos que no haya pronunciamiento y José Miguel Insulza calificó lo sucedido como “ofensa grave”.

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Washington. Reunión de ayer del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Foto EFE.

El seno de la OEA fue escenario de tensión por el cruce verbal desatado entre la delegación de Bolivia con las de Francia, España, Portugal e Italia debido a diferencias respecto al bloqueo aéreo al avión presidencial de Evo Morales. Italia exigió a La Paz disculpas por la acusación, Estados Unidos que no haya pronunciamiento y José Miguel Insulza calificó lo sucedido como “ofensa grave”.

La sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) empezó pasadas las 11.30, hora boliviana, y fue convocada, precisamente para tratar y fijar una posición por el bloqueo aéreo al presidente Evo Morales, cuando se trasladaba en el avión presidencial hacia Bolivia desde Rusia, donde participó del Foro de Países Exportadores de Gas.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, fue enviado a Washington y estuvo al frente de la misión en la sesión, transmitida en directo por los medios estatales. Denunció que Morales fue objeto de una acción en bloque de cuatro países europeos alentados por Washington, por la información que manejan de lo sucedido. "Se podría decir que se trata de una acción intercontinental”.

Presentó un proyecto de Resolución en el que planteó que el organismo internacional condene lo sucedido y exija una explicación y disculpas públicas de lo sucedido. Los embajadores de los cuatro países señalados por Bolivia participan como observadores en el organismo y pidieron hacer uso de la palabra poco después de la intervención nacional.

El presidente del Consejo Permanente el embajador de Uruguay Martín Sannemann accedió a la solicitud. El primero en intervenir fue el representante de Italia, Sebastiano Fulci, quien aseguró que su Gobierno no canceló el permiso para el sobrevuelo por su espacio aéreo y que ello se dio de forma automática cuando la aeronave presidencial cambió su curso y aterrizó en Austria.

“Lamento mucho las injustas críticas y falsas acusaciones” y “las rechazo totalmente”, respondió y se dirigió directamente a Romero para demandar: “Ministro Romero no es Italia que debería pedir disculpas a Bolivia, sino exactamente lo contrario por las denuncias infundadas”.

El ministro boliviano reaccionó molesto ante esa posición y afirmó que el permiso de sobrevuelo italiano tenía 72 horas, pero fue revocado antes de cumplirse ese plazo. “Lo más grave, Italia. Me sorprende el tono eufórico y casi amenazante en el que nos dice que debe retirarse a Italia de cualquier resolución. Quisiera que con esa actitud de soberbia valoraran ordenes que seguramente han recibido en ese momento (bloqueo aéreo)”, cuestionó.

El diplomático español Jorge Hevia afirmó en descargo de su país que en ningún momento entorpecieron el viaje presidencial y rechazó que hayan vulnerado algún tratado o acuerdo internacional, aunque lamentó la actuación de su embajador en Austria, Alberto Carnero, quien, según la denuncia boliviana, presionó para inspeccionar el avión presidencial ante el rumor de que el extécnico Edward Snowden estaba en la aeronave.

El observador de Francia en el organismo, Pierre-Henri Guignard, explicó que la revocación de la autorización de sobrevuelo fue un error y que cuando fueron informados de que se trataba del avión presidencial, dijo, reaccionaron y renovaron el permiso. Romero respondió que no es posible confundir aviones, sobre todo cuando se informó que el Falcom 001 llevaba a una misión oficial.

“Quiero pedir por favor que no miren en nosotros una suerte de déficit mental, ¿que una confusión visual en las aeronaves haya explicado esas marchas y contramarchas’”, se preguntó.

La representante de Portugal ante la OEA Rosa Bartoreu afirmó que su país no infringió ninguna norma internacional y que “lamentaba la incomodidad sufrida por el Presidente”.

El embajador de Brasil, Breno Dias da Costa, demandó aprobar la resolución propuesta y sostuvo que las restricciones aéreas a Bolivia, también son a América Latina. “Lamentablemente después de todo lo que escuchamos llego a la conclusión de que la culpa de lo pasado lo tuvo el propio presidente Morales, porque al parecer nadie retiro la autorización de aterrizaje y el Presidente aterrizó en Viena para crear algún problema entre países”, señaló en tono irónico.

El representante de Panamá, evitó inclinarse por una de las partes ya que, señaló, no puede dudar de la versión que dan de lo sucedido. “No cree que estemos en condiciones de condenar a nadie”, señaló, aunque representantes como de Venezuela, Ecuador y Nicaragua respaldaron la posición boliviana.

El secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, fue el último en hacer uso de la palabra antes de declarar un cuarto intermedio para negociar los términos de la resolución. "Esto no es  calificable como un incidente cualquiera. Lo que ocurrió el día 2 de julio es una ofensa grave a un presidente democrático de esta región", afirmo y añadió que debe “ser condenado con energía”.

"No sacamos mucho con discutir si los hechos son así o no. El caso es que coincidieron cuatro países de Europa en esto. Esto no puede ser una casualidad", indicó y añadió:"Está muy claro que aquí hay un hecho que va más allá de las explicaciones que aquí se han dado. Con todo el respeto a los observadores de los países europeos, aquí hay un hecho grave que no ha sido aclarado".

La representación de Estados Unidos no estuvo al margen. La embajadora Carmen Lomellin consideró que el foro no es el escenario para tratar lo sucedido con Bolivia porque se trata de un problema bilateral. “No es el caso de que la OEA trate de intervenir en asuntos bilaterales”, insistió sin referirse a la alusión boliviana de que detrás del bloqueo aéreo estaba el país del norte.