La fallida entrevista con Ismael Cala podría definirse como una pelea que el presidente Evo Morales perdió por abandono. Porque no estamos ante un simple desaire.Morales parece tenerle alergia a la prensa libre o, lo que es lo mismo, a las preguntas incómodas que los periodistas no controlados por el Estado pueden hacerle.Ese temor a verse en aprietos por tener que responder interrogantes sobre los múltiples errores e irregularidades que acumula su administración, parece haber sido el factor principal para cancelar el reportaje previamente pactado.La relación de Evo con CNN es todo menos idílica, a pesar de que la citada cadena le concede amplios espacios y un trato que dista de ser hostil. Pero Morales no parece admitir de la prensa otra postura que la condescendencia absoluta, sin resquicios para cualquier planteamiento incisivo.En alguna ocasión previa, el gobernante cocalero se enojó porque un periodista de CNN le preguntaba por la represión a los indígenas del TIPNIS, a lo que respondió con su habitual muletilla descalificadora, acusando al medio de “derechista” y “pro-imperialista”.En otro momento, Morales se retiró molesto del set de esa cadena cuando el entrevistador le dijo que en Cuba no hay democracia.Y más recientemente, le advirtió a un periodista que “controlara su lenguaje y sus preguntas” cuando éste comentó las críticas que lo califican de autoritario. “¡No soy autoritario! ¿De dónde sacan eso?”, dijo en tono airado.Lo cierto es que el incidente con Cala constituye un nuevo síntoma del miedo presidencial a la libertad de prensa…[email protected]