Falleció Ricardo Pérez Alcalá, un referente de la acuarela latinoamericana

La Paz. El pintor boliviano Ricardo Pérez Alcalá, considerado uno de los principales referentes de la acuarela latinoamericana, falleció hoy en Bolivia a los 74 años, confirmaron fuentes de su familia.

El pintor boliviano Ricardo Pérez Alcalá, considerado uno de los principales referentes de la acuarela latinoamericana, falleció hoy en Bolivia a los 74 años, confirmaron fuentes de su familia.

Pérez Alcalá, cuya obra pictórica recibió numerosos reconocimientos internacionales y que recibió el Premio Nacional de Cultura de Bolivia en 1997, murió en la mañana de hoy, según informaron medios locales, que no precisaron las causas del fallecimiento.



Nacido en Potosí en julio de 1939, el artista comenzó a pintar desde niño: con 10 años ganó el Concurso Nacional de Pintura Infantil y a los 15 realizó su primera exposición de acuarelas en La Paz.

Se formó en la Academia de Bellas Artes de Potosí y posteriormente cursó estudios de Arquitectura en La Paz.

Pérez Alcalá viajó por toda Latinoamérica y su obra tuvo especial repercusión en México , país en el que residió durante 14 años y en el que obtuvo el Premio Nacional de Acuarela en cuatro ocasiones (1983, 1984, 1985 y 1989).

También representó a Bolivia en las Bienales de Sao Paulo de 1969, en 1994 recibió la Medalla de Oro del Senado del país y en 2006 ganó el premio a la excelencia en la Trienal Internacional de la Acuarela (Colombia), certamen que tres años después le otorgó su Gran Premio por la obra "La feria".

La obra de Pérez Alcalá forma parte de las colecciones de las principales pinacotecas latinoamericanas y está presente en colecciones privadas.

En un artículo publicado en 2010 en el diario Los Tiempos de Cochabamba, el periodista Harold Suárez Llápiz recordaba que el artista pintó retratos de los expresidentes mexicanos Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari. EFE. (Los Tiempos).

Perfil del maestro Pérez Alcalá: “Se puede vivir sin el arte pero no se puede ser sin el arte”

image

La Paz, 23 de agosto (Oxígeno).- El periódico digital Oxígeno publica este viernes 23 un perfil del acuarelista más destacado de Bolivia, fallecido hoy en la ciudad de La Paz. La periodista Liliana Carrillo lo entrevistó en su estudio, ubicado en el sur de la ciudad de La Paz. El artículo fue publicado en diciembre de 2011. Vale la pena volver a publicarlo.

Un acto en homenaje a Ricardo Pérez Alcalá debía cerrar el programa de actividades del bicentenario de las gestas libertarias de Potosí. Debía… porque, finalmente, desinteligencias internas en la gobernación potosina hicieron que la ceremonia en La Paz se suspenda. Ello no impidió, sin embargo, que el 8 de diciembre se abra en el Musef una muestra retrospectiva. Así se cierra un año de lauros para el “pintor del realismo mágico”, que alcanzó su punto máximo cuando Pérez Alcalá fue designado invitado de honor de La Bienal Internacional de Arte de La Paz, Siart. 

En la intimidad de su estudio de la zona sur paceña, el maestro Ricardo Pérez Alcalá divide sus horas entre las acuarelas del lienzo y la tinta de los planos. “En diversas etapas de mi vida, el arquitecto ha sostenido al pintor; ahora es el pintor el que mantiene al arquitecto”, dice el maestro, que a lo largo de seis décadas ha reinventado el arte pictórico boliviano.

No es afecto a los reconocimientos -como los que recibió este año del Siart – pero siempre los agradece: “Lo que me toca es agradecer a la gente que me toma en cuenta. No es fácil para nadie dar crédito en Bolivia, así como está el país”, dice.

¿Y cómo está el país, maestro? “Me parece que está muy mal… dan ganas de enjugar con lágrimas las acuarelas. Por eso, a estas alturas que hayan atisbos de que se den cuenta que hay un artista, un pensador, una persona en Bolivia que merece reconocimiento, me parece extraño”. Y aunque Pérez Alcalá recibió el Premio Nacional de Cultura en los 90, y varios reconocimientos internacionales como “el premio mundial de arquitectura”, asegura que ha “tenido muchos agravios por defender sus convicciones en el arte”.

Estirpe de artistas

Nacido en Potosí, en 1939, Pérez Alcalá es heredero de una larga estirpe de artistas que se remonta a Melchor Pérez de Holguín. “Siempre he pintado, desde niño y de acuerdo a mi entorno -recuerda don Ricardo- Por ejemplo, en la espalda de mi nana Cirila, ya dibujaba con la uña las formas que yo mismo formaba cuando estaba cargado. Y después dibujaba cosas de la cocina, braseros, calderas con vapor… siempre ha sido una necesidad”.

A los 12 años estaba decidido: “tenía que ser pintor, no había posibilidad de otra cosa”. Pero años después la posibilidad se convirtió en una carrera: “Tuve que estudiar arquitectura y no me equivoqué gran cosa, estuve en la misma línea. Felizmente puedo realizar mucha obra con la arquitectura sin dejar nunca la pintura”.

Pintor del realismo mágico

Siete mil obras “sin contar caricaturas ni bocetos” acreditan la prolífica carrera del maestro del figurativismo que revolucionó con su arte del “realismo mágico”. “Me inscribo absolutamente en esa corriente. El realismo mágico, teóricamente viene de la literatura que da cuenta que estamos viviendo un mundo mágico en América latina. Juan Rulfo, Gabriel  García Márquez y otros escritores se dan cuenta de que el mundo se enfoca de otra manera en la región  y ese nuestro aporte. Yo espero haber llevado esa visión a la pintura.

¿No ha quedado ya un poco “antigua” esa estética, maestro? “Nooo… recién estamos empezando a darnos cuenta la importancia del realismo mágico, hay mucho todavía, muchísimo por explorar. Nos han tomado la delantera los poetas, los literatos  porque como siempre el artista plástico un poco lento, pero más consecuente.

Fue precisamente una poeta, Blanca Wiethüchter, quien en los 90 analizó la obra de Pérez Alcalá en un hermoso como original libro: Pérez Alcalá, o los melancólicos senderos del tiempo. “Es un bello libro, un poema. He sentido el calor de la amistad y de la sinceridad de la verdad”, resume el pintor.

“Nos falta aprender el ABC del arte”

Ahora que la luz se adormila entre la celosía de las ventanas de su estudio, don Ricardo habla de su referente: el español Antonio López. “es un gran pintor”, dice y lamenta que no haya maestros de su talla en Bolivia. “Al pintor boliviano en general le falta el ABC desde siempre. No existe un paisaje urbano bien; no se ha pintado en 200 años un buen desnudo o un buen bodegón o un buen retrato después de Borda – analiza-  Yo sé que me van a cocinar pero no importa porque yo sí he hecho un paisaje urbano y en acuarela de la ciudad de México, que  me muestren un paisaje urbano en acuarela en ese nivel y no me interesa que digan que soy blasfemo porque los bolivianos tenemos que aprender a pintar”.

Y sobre el arte conceptual, las nuevas tecnologías y las instalaciones, Pérez Alcalá también tiene una opinión: “Yo no respeto absolutamente a una persona que improvisa, en ningún aspecto ni en la ciencia, menos en el arte no se puede improvisar. Todos estos señores que empiezan de cero y se vuelven instaladores a mí no me, serán para mí siempre un producto de la improvisación. Creo que esas obras que además están aliadas con el escándalo y espectáculo tiene su destino que es el olvido”.

El maestro vuelve a un lienzo para sosegar el apasionamiento de sus palabras: “Los artistas que dicen que disfrutan mientras trabajan son pintores de domingo. Todo lo que implica arte no creo que sea precisamente un verdadero placer, es un compromiso, una moral de trabajo”, afirma.

“Todo es una ganancia”

¿Para qué sirve al arte, maestro?… “No sé para qué. Sólo sé se puede vivir sin el arte pero no se puede ser sin el arte”, afirma Ricardo Pérez Alcalá y una sonrisa se dibuja detrás de su barba alba y tupida a la hora de las evaluaciones:

“Todo lo que me sucede es ganancia, así lo he decidido desde los 30 años. Ya cumplí mis anhelos, que son pocos y pobres: cumplí con ser pintor,  con ser arquitecto y crear el diseño del teatro moderno más complejo: el teatro cinético y aquí estoy, trabajando,  sintiéndome útil, mi futuro es así nomás”. Y ahora que la luz del día se ha ido, el taller del maestro queda en penumbras.

Perfil del maestro Ricardo Pérez Alcalá

Ricardo Pérez Alcalá nació en Potosí-Bolivia el 30 de julio de 1939. A los 10 años de edad ganó el Concurso Nacional de Pintura infantil. Mientras cursaba la secundaria, estudió en la Academia de Bellas Artes de Potosí.

Posteriormente radicó en La Paz, donde estudió arquitectura y mantuvo su dedicación a la pintura, especialmente a la acuarela, en la que se convirtió en el más importante exponente de Bolivia. A partir de sus 30 años y después de haber recibido innumerables reconocimientos y premios en su país, empezó a viajar al Perú y Ecuador, donde tuvo una gran acogida por su obra. También estuvo en Venezuela y posteriormente viajó a México, país donde radicaría por 15 años.

Fue en México precisamente donde su obra cobró importancia a nivel nacional e internacional, ganando cuatro años consecutivamente el primer premio de la Asociación de Acuarelistas de México. Premio nacional de Cultura, Ricardo Pérez Alcalá es considerado actualmente como uno de los mejores acuarelistas y pintores de Latinoamérica.