La coca de Chapare no llega al mercado ‘legal’ de Sacaba

La cantidad de hoja que se comercializa en el mercado cochabambino representa apenas el 3,7% de lo que se vende en el centro de Villa Fátima (La Paz). En Santa Cruz prefieren la coca yungueña.

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Salta a la vista la poca actividad que registra el mercado de Sacaba. La hoja milenaria no llega. Foto: Crédito.



EL DEBER, La Paz, Bolivia

Una gigantesca explanada y dos tinglados en el fondo, además de un edificio de una planta que sirve de oficinas administrativas en el ingreso de este predio, constituyen el mercado legal de la coca de Sacaba, en Cochabamba. Un detalle salta a primera vista, el lugar luce desierto, no hay el ajetreo que existe en el otro mercado cocalero autorizado, el de Villa Fátima, en La Paz.

Los dos galpones están uno al lado del otro, pero el papel que cumplen no es el mismo.  En el galpón 1, la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digecoin)  guarda más de un millar de bolsas que contienen coca decomisada, producto que iba a ser comercializado de forma ilegal, incluso coca molida “lista para la lavadora”, señala uno de los responsables.

En el otro galpón deberían estar los cultivadores de coca y el producto que se dispone para el traslado a los mercados de las diferentes ciudades, pero no es así; adentro solo tres productores que dicen ser de Eterezama conversan alegremente en su idioma materno, quechua.

Unas 40 bolsas de coca que se denominan "paquetes" permanecen sin propietarios y cubiertos con bolsas nailon. El resto del galpón está vacío. Los choferes de los taxis que llegan hasta el lugar sentencian: “Nunca llega coca y lo que llega es muy poco” y refieren sobre este campo que se encuentra a espaldas del estadio local que se construye con el dinero del programa gubernamental Bolivia cambia, Evo cumple.

De ese modo, el comercio de la coca en el mercado de Sacaba es casi inexistente. Este abasto, según las leyes nacionales, debería comercializar 7.000 hectáreas de coca, que representa unas 19.000 toneladas de coca cada año, pero la realidad parece más grave por la actividad que desarrolla este mercado legal.

Según el ejecutivo de Digecoin, Luis Cutipa, en este mercado se autoriza un promedio de 11 "guías" diariamente, eso significa 88 "paquetes" de coca aproximadamente; cada paquete tiene 50 libras, por tanto se comercializan 4.400 libras de coca diarias; en un año se vendería coca legal de Chapare en un promedio de 32.000 paquetes, haciendo un total de ocho toneladas de coca.

Mientras que en Villa Fátima, en la ciudad de La Paz, se comercializan unas 300 guías diariamente, que son 2.400 taques o paquetes de coca y que significan unas 120.000 libras de la hoja cada día. Esas cifras representan 43 millones de libras anuales; esa es la diferencia en la comercialización.

EL DEBER permaneció una mañana en las inmediaciones del mercado de Sacaba y, en ese tiempo, solo dos vehículos se aproximaron al lugar y recogieron cuatro paquetes en total. Los choferes de los taxis que prestan servicio en esta población confirmaron que el comercio en este mercado es casi inexistente.

El propio director de Digecoin, que se encontraba en una inspección, confirmó el escaso comercio, “acabo de llegar aquí y estoy viendo no hay (productores), hace rato he revisado las hojas de ruta, son pocos taques de coca que han salido, luego fui a ver si hay coca, hay poca coca ahí” sentenció señalando el principal tinglado donde deberían llegar sus compañeros.

El comercio

La coca que se produce en  Chapare ni siquiera es apetecida en Santa Cruz, que debería ser su principal mercado. El presidente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), Ernesto Cordero, dijo que la coca de los Yungas paceños, especialmente la hoja pequeña, tiene como destino la capital oriental. “Es que si ven hoja grande piensan que es de Chapare y por eso llevan las hojas pequeñas a Santa Cruz”, explica Cordero.

Las cifras oficiales

“En 2012, el volumen de hoja de coca comercializada en los mercados autorizados de Villa Fátima y Sacaba en La Paz y Cochabamba, respectivamente, sumaron un volumen de 18.400 toneladas de coca, equivalentes a un 41% del total de la producción de la hoja de coca”, asegura el informe del Monitoreo de Cultivos de Coca elaborado por el Gobierno boliviano, con apoyo de las Naciones Unidas.

Según el Gobierno, el país debe producir 20.000 hectáreas de coca. No se habla del rendimiento de esas 20.000 hectáreas. De esa cantidad, el 65% corresponde a Yungas de La Paz; el 30% a Chapare y el 5% al mercado de Caranavi, que también ya tiene su propio lugar de expendio en la zona de Villa Fátima, junto con los productores de Apolo.

Industrialización

El mercado de la coca no es el único problema. El viceministro Luis Cutipa admitió que el proyecto de industrialización de la coca sigue en proyecto y que no es posible pensar en una exportación industrial de la hoja.

“Tenemos como nueve proyectos de industrialización de la hoja de coca, pero el problema es que nadie quiere financiar para la industrialización. Claro, como está en la lista de estupefacientes, nosotros hemos hablado con la Unión Europea y nos han rechazado por eso”, reveló a EL DEBER la autoridad.

Cutipa dijo que ni siquiera los mates de coca que producen empresas bolivianas pueden ser comercializados en los países vecinos y menos otros productos como harina, pasta dental, refrescos o energizantes que ya fueron desarrollados por distintos emprendimientos, pero que el único lugar en el que pueden vender sus productos es en el mercado boliviano.

Los productores alertaron que si Perú realiza la industrialización de su coca, puede traer esos productos a Bolivia porque en el país se permite la comercialización de los derivados porque fue regularizado su libre comercio con relación a la hoja milenaria

Cifras y números  

45.000 toneladas de coca

Fue la producción que alcanzaron los cocaleros el año pasado en las regiones de La Paz y Cochabamba

18.400  toneladas de coca

Es la cantidad  que se comercializó en los dos mercados; la mayoría de la coca de Chapare no llega al mercado legal y se cree que se destina al narcotráfico.

32.000 afiliados y socios

Tiene la federación de cocaleros de Yungas; mientras que los cocaleros de Chapare suman la misma cantidad, pero tienen menos terreno para plantar.

Los detalles  

La diferencia

Entre socio y afiliado es notoria: los afiliados son dueños del terreno, los socios son los familiares del dueño de terreno.

Detallistas

Son 10.000 vendedores que pueden  transportar la coca a cualquier punto del país.

Productores

Los productores también comercializan y pueden llevar seis paquetes cada mes.

Chapareños

La mayoría de los vecinos de Sacaba son campesinos del Chapare que compraron terrenos.

Análisis  

Los mercados no cumplen su rol

Roberto  Laserna – Analista

Se tiene que recordar que en 2001 las autoridades  intentaron cerrar el mercado legal de la coca en Sacaba porque no se estaba usando y no había actividad y ahí se produjo un conflicto de proporciones donde murieron dos policías, hubo asaltos a ambulancia, en fin, fue muy violento y dramático.

Nadie supo si después de esas jornadas volvió a funcionar ese mercado, se suponía  que ese mercado permitía sacar coca de Chapare con destino al mercado; pero nunca llegaba y se desviaba en el camino. Entonces es ver el rol que tienen los mercados legales y creo que no cumplen el papel para el que fueron creados inicialmente.

Es necesario tomar en cuenta que una cosa es tener mercados legales controlados y otra cosa distinta es el uso legal de la coca. Yo creo que los usos legales son los que se pueden cambiar con usos que todos concemos, como el acullico, el mate y algún esfuerzo de transformación seminsdustrial que se intenta.

El problema es que hasta ahora no hay un esfuerzo sistemático de los productores y del Gobierno para ampliar los productos legales de la coca. Eso es un error, pese a que debía ser una tarea fundamental para la gente.

Es necesario descubrir y desarrollar mercados legales a través de los usos legales de la coca. Sin duda habría una repercusión  favorable en la lucha contra el narcotráfico, porque restaría coca al mercado ilegal.

Pero también tenemos que admitir que la lucha contra el narcotráfico no funciona, no solo en el país sino en todo el mundo. Por tanto, es necesario ver una alternativa para romper el paradigma represivo de la lucha contra este flagelo.