“Yo no soy prófugo, soy un perseguido político”

Entrevista: Róger Pinto Molina, senador de Bolivia refugiado en Brasil; confiesa que aún le queda alguna sensación de temor y reitera que gracias a la solidaridad brasileña recupera su libertad.

‘Gracias a Brasil logré salir y recuperar mi libertad’

Asilado. El senador opositor habla de su familia y envía una carta al país.



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EL DÍA, Santa Cruz, Bolivia

Después de su salida de la Embajada de Bolivia, el pasado viernes, El Día  logró conversar con el senador Róger Pinto para conversar sobre su actual situación y las críticas que ha recibido por parte de las autoridades bolivianas.

P. Cómo se encuentra, ahora en el país que le brindó asilo?

R.P.: La primera situación actualmente es el aclimatamiento, superar algunos traumas por haber estado aislado tanto tiempo. Aún queda alguna sensación de temor. Pero el próximo camino es reencontrarme con mi familia.

Pero fuera de eso, ahora me estoy recuperando, estoy más tranquilo, estuve mucho tiempo alejado.

P. ¿Por qué se da hoy su salida y no antes?

R.P.: Brasil hizo todos los esfuerzos necesarios para encontrar una salida, hubo comisiones, fue el canciller de Brasil a Bolivia. Desde marzo se trabajó en esto pero no se avanzó, se volvió una chacota. Fue una irresponsabilidad como lo trabajó el gobierno boliviano, por eso que Brasil tomó la decisión y esto se basó en mi salud y la imposibilidad de seguir avanzando en un tema que Bolivia maneja de manera irresponsable.

P. ¿Cómo está su familia? ¿Se reencontró con ellos?

R.P.: Está agradecida, todavía no los he visto. Yo estoy en Brasilia y ellos en Brasilea. Ahora estoy abocado en la parte legal, luego me reuniré con ellos.

P. ¿ Cómo va ser la vida del senador desde ahora?

R.P.: No sé, aún hay cosas que resolver, no es fácil para nadie dejar su país, abandonar todo lo que se ha construido toda una vida. Pero uno tiene que seguir adelante, más cuando uno tiene fe en Dios y una familia que lo acompaña, siempre habrá la posibilidad de reconstruir una vida.

Gracias a Brasil logré salir y así recuperar mi libertad, que es lo más importante y valioso que tiene el ser humano.

P. ¿Tiene rencor por lo vivido?

R.P.: Yo dije que lo perdonaba, pero de repente esa no sea la palabra correcta, porque ¿quién soy yo para perdonar? Pero no guardo rencor en mi alma hacia nadie. El presidente Evo erró el camino, pero no le guardo rencor. Yo solo estoy en contra de los abusos, violencia y prepotencia para perseguir y destruir familias. Hay más de 700 personas exiliadas y eso es lo que hay que superar, eso le planteé al presidente en la Embajada.

P. El Gobierno lo ha declarado prófugo…

R.P.: Hay que decirle al Gobierno que se ponga de acuerdo en sus declaraciones. El vice (Álvaro García Linera), decía hace algunas semanas que podía salir y que nadie me iba a detener y eso fue lo que hice. Yo no soy prófugo, soy un perseguido político de la justicia, no hay la menor posibilidad de que yo me haya escapado del país. Es ridícula la declaración de la pobre ministra (Amanda Dávila) sobre una fuga. Salí de la embajada en el vehículo oficial, por el encargado de la embajada y por una autoridad brasileña

P. ¿Seguirá haciendo denuncias en Brasil?

R.P.: Hay etapas que tengo que superar: primero establecer mi condición legal en el Brasil, luego tratar de reencontrar a mi familia, que es muy importante, y el curso político seguro que no parará. Yo tengo la esperanza que todos los bolivianos seguiremos trabajando para cambiar la imagen de narcotráfico y corrupción que tenemos y ese esfuerzo y aporte no se lo pueden privar a nadie.

P. ¿Cree que su salida puede ser un conflicto diplomático?

R.P.: Esas son relaciones de Estado. Por mi parte siempre he criticado la manera de cómo maneja Bolivia las relaciones internacionales, con manos de carbonero, con impulso y al interés. El presidente ve las cosas en blanco y negro. Más allá del narcotráfico, a Bolivia lo pueden aislar y los únicos amigos que nos quedarán serán Irak, Corea del norte y Venezuela mientras dure (Nicolás) Maduro.

P. ¿Qué mensaje le deja a la oposición?

R.P.: Si no hay un cambio de actitud, si la clase política en el país  sigue así, habrá un cambio muy delicado. El camino que se debe tomar es la unidad, los bolivianos vivimos momentos difíciles más allá del momento económico, la situación política confronta a la violencia. El gobierno tiene que entender que hay debe gobernar para todos los bolivianos.

Declaración

Carta de Róger Pinto para Bolivia

Estos son algunos de los fragmentos más importantes que se pueden destacar de la carta abierta que envió el senador opositor Róger Pinto a la población de Bolivia, desde su exilio en Brasil.

"Cuando me fue consultada la decisión de salir de Bolivia por las autoridades del Brasil, entendí que el tiempo había llegado. Que era un operativo difícil y arriesgado pero que serviría para cerrar este proceso con una demostración clara y transparencia de que aun el más absoluto de los poderes, tiene límites y que la razón y los derechos universales del hombre deben ser respetados. Mi salida le prueba a Evo Morales que el bien finalmente se impone, y que no hay en la tierra poder más abyecto que el que usa los votos que un país generosamente le ha concedido para humillar, perseguir y matar a quienes piensan distinto".

"Mi libertad la debo al Brasil. A la presidente Dilma Rousseff que generosamente me concedió el asilo que solicité. A Marcel Biato que me protegió y brindó seguridad y abrigo. Que sufrió en persona los rigores de este poder irracional al que denunció por el solo hecho de haberme acogido y con ello cumplir un compromiso internacional como es preservar el derecho de asilo. (…) A Eduardo Saboia, un hombre valiente e inteligente, que conoció del riesgo que le acechaba y tomó también su chance y el peligro que conlleva una misión como la que hemos vivido, algún día Bolivia le agradecerá tanto sacrificio. A Manuel Montenegro también. A mis amigos fusileros con los cuales dividí tantas charlas. Mis oraciones y las de mi familia, les acompañarán siempre".

"Al presidente de Bolivia, Evo Morales con el corazón en la mano, le digo que lo perdono, por todo el daño que ocasionó a mí y mi familia. Pero que mi corazón y mi conciencia seguirán rebelándose contra el oscuro poder al que representa. Que el odio no acaba con la discriminación y que la justicia que le fue históricamente negada a nuestros pueblos indígenas, ya no se repara con abusos, persecuciones y sangre de nuestros propios hermanos. La justicia no se consigue con odio y sangre".

"Sigo siendo un militante en  contra del narcotráfico que envilece a mi Bolivia, que mata y destruye nuestros valores. Contra la corrupción, el abuso de poder y la humillación a los bolivianos que piensa distinto a usted (Morales)".