No al aborto….¡sí a la vida!

Gary Rodríguez ÁlvarezGARY¿Puede una mujer estar «medio embarazada»? Si la respuesta es “no”, ¿por qué entonces dudar sobre cuándo empieza una nueva vida? Por eso me opongo a la despenalización del aborto, porque creo que la vida empieza con la concepción, y no desde algún momento del desarrollo de ese nuevo ser en el útero materno, porque de ser así, ¿de qué estaría embarazada la mujer? El no querer entender algo tan sencillo es lo que está ocasionando desvaríos y tremendas discusiones en el mundo atentando contra la vida misma.Cuando alguien decide si un nuevo ser va a nacer o no -más allá de los días o semanas de gestación; de las razones objetivas o subjetivas que promuevan el aborto; del credo religioso -o no- de quien lo motive o lo haga; o, de la ignorancia o conciencia que se tenga sobre dicho acto- lo cierto es que con tal decisión se estará interrumpiendo violentamente una vida, privándole de venir a este mundo a un ser indefenso frente a quien ha decidido cegar su vida.Muchas razones se esgrimen para justificar el aborto, incluso varias de ellas ya están legisladas, aunque en países como Chile o Polonia, no está permitido.Más allá de la discusión de las razones “científicas”, económicas, sociales, “terapéuticas”, incluso de que “la mujer puede decidir sobre su cuerpo”, la gran pregunta es: ¿Cree Ud. en su fuero interno que tenemos el derecho de decidir sobre la vida de otro ser humano? Y, ¿qué si alguien hubiera decidido que Ud. no naciera? Probablemente se hubiera privado de muchas satisfacciones como el enamorarse, formar un hogar, disfrutar de hijos, nietos, etc., sin contar otras realizaciones personales. En todo caso, si Ud. estuviera de acuerdo en no haber nacido, probablemente sea porque no ha conocido aún el amor de Dios, o porque su conciencia está cauterizada hasta para percibir el amor natural.A la hora de optar por el aborto muchas razones pesan, pero déjeme decirle que conozco a una madre valerosa que optó por la vida y decidió tener a su hijita, de quien hoy dice que se convirtió en el mayor regalo de su vida, su motor, su fuerza, su fuente de inspiración, una bendición siendo que “Dios tomó su vientre y le regaló un milagro”.Este artículo no es para condenar a nadie, más bien, para evitar que mañana una mala decisión desgracie más vidas. Porque, cada vez que se practica un aborto, vaya a uno saber a quién se está quitando la posibilidad de trascender.A continuación, algunos ejemplos, aclarando que -así no hubiera una total precisión en cuanto a los datos- valen para efecto de reflexión. ¿Qué recomendaría Ud.?Primer caso: El padre es alcohólico, la madre enferma. Tienen cuatro hijos. El primero, ciego; el segundo, sordo; el tercero, ha muerto; y el cuarto tiene tuberculosis. La madre está embarazada. ¿Recomendaría un aborto por razones de “salud”? Si dijo que sí, ¡Ud. acaba de matar a Beethoven!Segundo caso: Un hombre blanco viola a una niña negra de 13 años y queda embarazada. Como padre/madre de la niña, ¿recomendaría el aborto? Si dijo que sí, ¡Ethel Walters, la actriz y cantante estadounidense, la segunda afroamericana en ganar un Oscar, no hubiera nacido!Tercer caso: Una mujer está embarazada, tiene muchos hijos, dos murieron, su esposo está en la guerra y a ella le queda poco tiempo de vida. ¿Recomendaría abortar al hijo? Si dijo que sí, ¡Juan Pablo II no hubiera nacido!Cuarto caso: Un Pastor y su esposa tienen 14 hijos y viven en la miseria. ¿Recomendaría abortar al decimoquinto hijo? Si dijo que sí, ¡Juan Wesley, uno de los más grandes predicadores no hubiera existido!Quinto caso: El más preocupante: Una jovencita aparece embarazada de la noche a la mañana. Está comprometida en matrimonio pero su novio no es el papá del niño que ella espera. Vive en una sociedad conservadora. ¿Debería la joven abortar al niño? Si dijo que sí, ¡Ud. acaba de matar a Jesucristo!Solo el Dador de la vida es quien tiene la potestad de quitarla. La “interrupción voluntaria” del embarazo no es -sino- un eufemismo de una muerte intencional.