El gobernador Costas se ‘presenta’ al país desde una base autonomista

Después de recorrer el país inaugurando sedes del Movimiento Demócrata y Social, Rubén Costas tiró sobre la mesa lo que parece ser su propuesta para Bolivia como nuevo jugador de la política nacional. En su discurso, en el desfile del 24 de septiembre, el gobernador de Santa Cruz reflotó la autonomía como un proceso inacabado y planteó la necesidad de hablar de nuevo sobre recursos económicos y competencias entre el Gobierno central y los regionales. Además, hizo un planteamiento de convertirse en socios, de compartir los recursos que se captan por impuestos en partes iguales entre el Gobierno plurinacional, las gobernaciones, las alcaldías y las universidades.

Esa fue la propuesta para discutir el nuevo pacto fiscal, un acuerdo que debe alcanzarse antes de julio. Las bases de dicha discusión las pondrá el Gobierno, pero sus alcances llegarán a todo el país y serán muy importantes en un año electoral.

image Representantes del partido de la bandera verde se apoderaron del desfile cívico cruceño.



Pablo Ortiz, EL DEBER, Santa Cruz

Lo que se busca

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Carlos Schlink, director del Tesoro de la Gobernación, explica que lo que se intenta es que el Gobierno comparta de manera más equitativa los Bs 30.000 millones que se recaudan por concepto de impuestos. Actualmente, el nivel central se queda con el 75% de los recursos, mientras que a las 334 alcaldías les llega el 20% y a las universidades el 5%.  La propuesta es que los municipios reciban 25%, las universidades 7% y que las gobernaciones comiencen a recibir 17% de estos 30.000 millones.

Con ello, Costas plantea un papel más protagónico para las gobernaciones. Ha pasado sus casi dos gestiones en Santa Cruz ‘apalancando’ recursos y administrando un presupuesto hasta tres veces menor al del municipio cruceño, por lo que ha perdido gravitación institucional.

Esto le ha valido críticas del senador Germán Antelo, que cree que los empresarios cruceños debieron apoyarse en la Gobernación para negociar con el nivel central y que al haber un diálogo directo resta fuerza a la institución que está naciendo.

En La Paz esta propuesta no es bien recibida. La presidenta de la Cámara de Diputados, Betty Tejada, cree que lo peor que le podría pasar al pacto fiscal es politizarse. Ve que esta propuesta es más proselitista que técnica y que, en todo caso, el conteo competencial será el que prime para la asignación de recursos. Costas está dispuesto a eso. Es más, plantea que las gobernaciones asuman más competencias.

“También podríamos decir que al Gobierno le corresponde un porcentaje mayor porque va a invertir $us 3.000 millones en Santa Cruz”, desafió Tejada.

Schlink admite que la Gobernación también quiere tener la capacidad de participar en proyectos grandes, como Rositas, Puerto Busch, Mutún o un ferrocarril bioceánico.

Tomar la iniciativa

Para el analista político Yerko Ilijic, Costas y Del Grando deberán apoyarse en su capacidad de pactar de manera política-técnica para plantar cara al MAS. Señala que Del Granado fue eficiente al crear un modelo de Gobierno de ciudad cuando fue alcalde de La Paz y también Costas es exitoso al crear un modelo de autonomía departamental con base identitaria en Santa Cruz. Ilijic destaca que Costas tuvo la virtud que la identidad promovida no es excluyente sino incluyente (“cruceño es el que trabaja por Santa Cruz”).

El politólogo Jorge Lazarte considera tan importante como el discurso el hecho de que Costas se haya mostrado fuerte en Santa Cruz, con una hora de desfile de sus militantes frente al Gobierno. Considera que es el primero que logra hacerlo en todo el país. Además de destacar el esfuerzo de Costas de crear núcleos de su partido en todo el país, cree que la propuesta de pacto fiscal ‘no molesta a nadie’, porque aumenta los recursos para todos los departamentos.

No comparte la idea Fabián Yaksic. El diputado del MSM cree que un pacto fiscal no pasa solo por cómo se reparten los recursos, sino discutir un nuevo régimen económico integral. “Para el Gobierno central no existen las autonomías. No se pueden desarrollar si están con freno de mano”, opinó Yaksic.

Más allá de las propuestas de gestión, Ilijic apunta a que Costas está hablando con un lenguaje no para Santa Cruz ni Beni, sino para ‘el otro país’, para el que está en rebelión, a La Paz y a los intentos de gestión de Potosí y Sucre. En su opinión, fue interesante que escogiera su discurso del 24 de septiembre para lanzar su propuesta. Ilijic no se imagina un momento más incómodo para Costas, que vio toda la semana a Morales “sintiéndose dueño de una región a la que tanto maltrató” 

Se retoma la idea de la autonomía como sistema de reparto de recursos

“No existe ningún Estado autonómico en que el Gobierno central gestione casi el 90% de los recursos de un país”, dijo Rubén Costas en su discurso del 24 de septiembre. Con ello, el gobernador retoma la ruta de la autonomía como un sistema de distribución de los recursos del Estado y, por ello, del poder entre los diversos modelos.

Esta fue una de las propuestas de hace casi 10 años, cuando en 2004 el consultor Mario Galindo elaboró un modelo de distribución de los ingresos a pedido del Comité pro Santa Cruz.

Carlos Schlink, director de Tesoro de la Gobernación, explica que los gobiernos departamentales comenzarían a recibir el 17% de todos los recursos de coparticipación, mientras que el 25% se quedaría en los municipios y el 7% en las universidades.

Además, se plantea un modelo de reparto en el que se tome en cuenta la población y el grado de pobreza en la región, además de las recaudaciones propias de cada departamento.

En la actualidad, en Santa Cruz se recauda alrededor del 40% de todos los impuestos del país y no regresa ni la mitad de ese porcentaje. Esta nueva fórmula haría que el retorno sea mayor. Además, el modelo plantea un fondo de compensación para los departamentos que menos recaudan.

La intención es que todo esto convierta a Santa Cruz en una región que exporte recursos agroindustriales con un valor de 13.000 millones en 2025. Para ello, el Estado necesita invertir unos $us 4.000 millones, y los privados unos 11.000 millones. Eso, según Schlink, generará un millón de empleos adicionales.

ANÁLISIS 

Sobre el discurso del 24 de septiembre

PABLO JAVIER DEHEZA | Analista Político

El discurso de Rubén Costas contiene elementos altamente positivos y alentadores como también ausencias. Un primer punto a destacar es la intención de trascender la mirada exclusivamente regional y abrirse a asumir que Santa Cruz se da en el contexto de Bolivia y que su proyección está intrínsecamente vinculada al conjunto. Esta es una muy buena noticia, significa que la dirigencia tradicional está con sus contenidos ideológicos en transición hacia una visión de región y país mucho más fructífera e integral.

El discurso contiene tres elementos políticos relevantes. El primero es que el gobernador destaca los avances  en relación con agua, luz y caminos. También admite como desafíos la educación, salud y vivienda; aspectos en los que falta liderazgo político, más allá de las competencias. El segundo elemento es la autonomía departamental. El gobernador cierra filas en torno a la misma y la asume como una victoria, como un avance. En realidad lo es, aunque el ejercicio de la autonomía como tal todavía es una deuda con Santa Cruz, debido al reducido ejercicio legislativo en temas medulares y a que los estatutos todavía no están vigentes.

El tercer punto, con el que claramente busca lograr mayor proyección política, es su propuesta de pacto fiscal bajo la modalidad del 50/ 50. Con esto presenta un ofrecimiento proselitista en diálogo no solo con Santa Cruz. Es muy probable que esto encuentre eco en algunos sectores, aunque todavía no se ven los argumentos técnicos que den sustento a esta distribución propuesta.

Dos elementos más de narrativa cultural. El primero es la referencia unívoca a los cruceños como si todos fuésemos algo igual, cuando la realidad es que la idea de lo cruceño en el siglo XXI implica multitud de facetas, culturas, imaginarios, voces y expresiones políticas. El segundo es que da por sentado que la Santa Cruz contemporánea es fruto exclusivo de la voluntad de quienes están incluidos en esa noción unívoca de lo cruceño. Eso es parte de la verdad, pero lo que estamos viendo es un proceso histórico de transformación del país que comienza con la Guerra del Chaco, que hasta el día de hoy no concluye, y que no puede contarse bien sin las narrativas de las muchas migraciones; las que hoy conforman esta imagen de mosaico intercultural que es la Santa Cruz del siglo XXI.