¿Qué pasó Santa Cruz?

Yoyo Pando Laguna

YOYO_thumb Al comenzar el mes de tus glorias, mi querida Santa Cruz, uno se pregunta: ¿Que pasó que te has callado?

Que conjuro canalla te han puesto para que ya no levantes la voz, ni protestes por tanta iniquidad.



Hay un odio muy grande contra vos, un ataque sistemático de todos los días y todo el día. Lo grave es que te has conformado con esta situación, al extremo que a los tajibos les cuesta abrir sus flores y el tiluchi para escondido en su horno del que solo saca el pico para atisbar.

Es como si te hayan aparecido juntos silbacos, viuditas y el carretón de la otra vida, ahora además te tienen acoquinada asaltos, violaciones y secuestros que son como el pan de cada día.

Qué lejos están los tiempos de los repiques de campanas que llenaban la plaza o los cabildos en el Cristo, adornados de verde y blanco.

Hoy los líderes de ahora, ya no tienen los pantalones de Melchor Pinto, José Gil Reyes, Carlos Valverde Barbery, Roca, Coronado y menos la valentía de José Manuel Mercado, José Manuel Vaca (Cañoto) y Warnes.

Estás creciendo y eso no se puede negar, eres la ciudad más grande del país, pero en corajes te vas achicando.

Solo unos cuantos locos quijotes aún levantamos la voz, mientras nos duren las fuerzas.

Te contentas con poco o nada, te engañaron con el censo, te van a engañar con el censo agrícola, no te van a dar los curules que te mereces.

Siguen haciendo creer que eres terrorista y separatista, gracias a un circo montado por payasos andino centristas que te corrieron con la vaina del sable.

Este septiembre, te van a llover halagos, abrazos, saludos y besos, de dientes para afuera, te van a hacer la sonrisa del perro, van a venir hacia vos con el puñal bajo del poncho.

Pero no te quieren, nunca te han querido, envidian tus campos, tus frutas, tu amor al trabajo, tu raza y la belleza de tus mujeres.

Como dice en “Desde mi umbral” en sus versos Rómulo Gómez (hijo) “Entre bolivianos, el cruceño siente, tal vez las ofensas más claras, más fuertes, quiere a su Bolivia, con amor de hijo y por ella acepta, cualquier sacrificio, hoy espera la hora vendrá de escribir su nombre en la eternidad”.

En este septiembre que Dios y la Mamita de Cotoca te den fuerzas para resistir nuevos ataques que no serán pocos, que te hagan seguir creciendo y a los cruceños que nos den paciencia para que no estallemos.

Santa Cruz, en el mes de tus glorias te doy un beso, junto a lágrimas de rabia que se escurren de mis ojos, por todo lo que te pasa.