El pedido del presidente Evo Morales a sus ministros y funcionarios para que dediquen el 50% de su tiempo a la gestión o administración pública y el otro 50% a la campaña electoral constituye un abuso total en el manejo del Estado. “El Primer Mandatario parece ser un fiel heredero de la visión patrimonialista que tuvieron en el pasado los históricamente y tristemente denominados caudillos bárbaros de una etapa oscura de la historia republicana de Bolivia, los que disponían del Estado como si fuera su hacienda”, explicó el jefe de la Bancada de Diputados de Convergencia Nacional (CN).
“Los bolivianos terminaremos pagando la campaña electoral de Morales, porque todos de alguna manera financiamos el salario de los funcionarios públicos, de los ministros y también los recursos que tiene el Estado, desde vehículos, papelería, material de oficina, telecomunicaciones. Entonces la campaña le va a salir bien barata al MAS, subvencionada por el empresario y hasta el último pobre de este país”, indicó.
“Eso que dijo el Presidente podría enmarcarse en un delito que se llama uso indebido de los bienes y servicios del Estado, y va a tener que responder por sus actos”, advirtió Oliva.
El legislador tarijeño añadió que la “orden” del presidente además pone en un conflicto a los funcionarios que deberán hacer “horas extra” de “trabajo político” y quienes no respondan a los caprichos de perpetuación en el poder seguramente serán presionados a hacerlo bajo amenaza de ser retirados de su fuente laboral, además el propio oficialismo informó que iniciará un proceso de inscripción de militantes, lo que es una amenaza velada a quienes son funcionarios públicos y no son simpatizantes del MAS.
“Bueno ya sabemos que la población estará huérfana de auxilio cuando haya inundaciones en época de lluvias, o algún desastre natural o de otra índole porque seguramente los funcionarios estarán repartiendo volantes y armando tarimas para los eventos de proclamación. No me imagino que será de los niños, ancianos y enfermos porque en los centros de salud en vez de recibir atención, seguramente les dirán que se vuelvan a la otra mitad de jornada porque hasta cierta hora es campaña y luego es atención al ciudadano”, protestó Oliva.
“En la construcción de vías, imagino que dejarán las obras a media jornada, las campañas de vacunación serán seguramente o en la mañana o en la tarde, y el trabajo en los ministerio será más moroso de lo que ya es. Sugiero controlar los cupos de gasolina, porque ese combustible no es para trasladar afiches, banners y papelería de campaña”, añadió.