¿Hoja ‘sagrada’, la materia prima de la cocaína?


Las respuestas de Susana.

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Hay muchas dudas sobre el caso de la violencia en Apolo. ¿Qué lectura tiene de ese hecho?



A primera vista, tiene un nombre: el narcotráfico, sin que sepamos aún si había narcos extranjeros en lo que el Gobierno llama emboscada y los campesinos avasallamiento, con un saldo de 4 muertos y once heridos. Sin embargo, en última instancia, es el régimen de Evo Morales el responsable del incremento desmesurado de las hectáreas de coca cultivadas, materia prima de la cocaína. Antes del ascenso  de Morales al Gobierno, en 2006, las cultivadas oscilaban en alrededor de 12.000.  Su incremento motivó a la Unión Europea  a financiar un estudio sobre la demanda legal de la hoja de coca en el país: masticado, consumo medicinal y tradicional, con un monto de casi un millón de euros, desde 2008 a 2010. Pasados tres años, el régimen no ha dado  a conocer los resultados y, al parecer, más bien  los esconde.

¿Por qué cree que no lo ha hecho público, si es que ya tuviera resultados?

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La Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) en La Paz admite que de 2010 a 2012 se  redujo 19% la superficie cultivada, aunque apunta que las plantaciones duplican las 12.000 hectáreas que permite la Ley 1.008. Para ser exactos, 25.300, según fuentes gubernamentales oficiosas. "Quienes saben del tema, dicen que en el país existen 52.000 hectáreas de cocales", informa el  periodista Humberto Vacaflor. Para coronar la danza de datos, Juan del Granado, dirigente del opositor Movimiento Sin Miedo, que tuvo acceso al mezquinado informe,  afirma que  la demanda legal es de apenas 6.000 ha.

¿Cree usted en la lucha contra el narcotráfico que lleva adelante el Gobierno?

Lo sucedido en Apolo es una consecuencia lógica de que no hay política gubernamental alguna para enfrentar el flagelo de la producción de cocaína, cuya materia prima  es esa hojita que llaman sagrada, pero es una hoja maldita si se deja a merced del delito y el crimen organizado de la cocaína,  que es global.  Hay más dudas que certezas en esa lucha, pues Morales es, hace más de 17 años, máximo dirigente de las 6 Federaciones del Trópico de Cochabamba, en el Chapare, cuya amarga hoja de coca no es apta para el consumo, pero  alimenta la cadena de producción de droga. Sin embargo, ahí no se erradica una sola hoja: esos cocaleros son su base más dura de sustentación, pues desde ahí construyó su liderazgo político.

Las otras áreas de cultivo, como las de Apolo,  de hoja dulce y la  que sí se consume, no son privilegiadas por Morales. Erradican las hectáreas  excedentarias solo para dar gusto a las demandas de los donantes del estudio “escondido”.  Para  Morales hay cocaleros de primera, los del Chapare, a quienes nadie toca, y los de segunda, el resto.

Por Susana Seleme.

EL DÍA, Santa Cruz, Bolivia