Dos ganadores en unas elecciones polarizadas en Honduras


El Tribunal Supremo Electoral posiciona como vencedor al oficialista Juan Orlando Hernández con el 43% de los resultados escrutados



El candidato del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, reza mientras espera los resultados. / julio antúnez (AFP)



Hasta la una de la tarde de este domingo en la primera cadena de Honduras solo aparecía uno de los candidatos principales, Salvador Nasralla, del Partido Anticorrupción, eso sí, no estaba hablando de política sino conduciendo su concurso infantil líder de audiencia cada semana en la mañana. En las cabezas de los hondureños retronaba la famosa frase del periodista Rodolfo Colindres el día del golpe de estado por la segunda radio del país: “Esto es Honduras el país en donde nunca pasa nada”.

El Tribunal Supremo Electoral había prohibido el viernes a los partidos y los medios de comunicación que difundieran cualquier tipo de encuesta a pie de urna hasta dos horas después del cierre de las mesas electorales para calmar los ánimos exaltados en los últimos días de campaña. Sin embargo la prudencia dio paso a la incertidumbre y hasta los guardacoches pasaron conectados a las radios y televisiones locales a ver si pasaba algo pero lo único que se echó andar fue la rumorología. Al cierre de urnas cada medio empezó a dar como ganador a su candidato favorito. Mientras la principal cadena de televisión del país presentaba al candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, como ganador; Radio Globo, afín al partido LIBRE, daba a su candidata, Xiomara Castro, la victoria por más de cuatro puntos.

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Con estos datos compareció Castro ante sus seguidores para declararse la primera presidenta de la nación. Sin embargo apenas diez minutos después, el Tribunal Electoral lo ponía en duda con una primera proyección. Hasta el momento, con el 43% de los votos a la presidencia, Hernández se proyectaba como el virtual ganador. “Hoy el pueblo votó por el fortalecimiento democrático de Honduras, por la paz, por la reconciliación, por dejar atrás la crisis política de 2009, hoy el pueblo me eligió presidente”, clamaba Hernández ante sus seguidores después de que su mujer orase por el futuro del país.

Con el regreso del expresidente Manuel Zelaya –expulsado del país en 2009 en pijama y a punta de pistola– a la escena política, Honduras convirtió estas elecciones en una verdadera transición política post golpe de estado.

“Estas elecciones son una transición, suponen la recuperación del estado de derecho gravemente deteriorada por el golpe y la inclusión en el congreso de una izquierda social marginada tradicionalmente en el sistema político”, relata Gustavo Irías, director del Centro de Estudios para la Democracia.

Para el analista el futuro del país depende ahora del margen de ganancia que presente definitivamente Juan Orlando Hernández. “Si es un porcentaje muy limitado se abriría una precrisis política, porque LIBRE es una fuerza nueva con mucha esperanza y convencida de la victoria y habrá resistencia hacia los resultados”, señala Irías. Como en la mayoría de los comicios latinoamericanos el proceso no ha estado exento de irregularidades. El sistema electoral hondureño presenta muchas debilidades en el manejo de las mesas y el conteo de los votos y además el Partido Nacional sacó su maquinaria y repartió techos de lámina, harina, frijoles, pollo y hasta dinero –unos 35 dólares por persona en algunos sectores– para promover un voto favorable. El sábado el expresidente Zelaya avanzó que ellos apoyarían manifestaciones pacíficas de la ciudadanía si no había claridad en los resultados.

 

Fuente: elpais.com