El último adiós con el llanto de todo un pueblo

Tres sobrevivientes todavía estánen la unidad de cuidados intensivos

Familiares de Herlan Rodríguez, una de las ocho víctimas del accidente aéreo, lloran durante el entierro de sus restos en Trinidad. Foto:Clovis De La Jaille



EL DEBER – [email protected]

En la plataforma del aeropuerto de Trinidad se escuchó un coro de voces tristes que cantaban: “Tú eres mi amigo del alma realmente mi amigo…” Varias personas le levantaban las manos a Rodrigo Molina, que estaba acostado y sin vida en un cajón forrado con un hule negro y que era introducido a una nave de Aerocon, similar a la que voló la tarde del domingo de Trinidad a Riberalta y que a las 16:15 se estrelló matando a ocho personas.

La de ayer fue una mañana soleada, diferente al día del siniestro. Después de las 9:00 de ayer, los familiares y amigos de Rodrigo se despidieron de él, con llanto y ese cántico que después dejó un silencio seco.

El féretro fue introducido a la nave y luego los pasajeros empezaron a subir bajo un ambiente de tristeza colectiva. A Rodrigo lo llevaban a su última morada, a Tarija, de donde era, y adonde no pudo volver caminando y con vida, decían sus seres queridos que llegaron tras enterarse del desastre.

En la ciudad, a esa hora, los familiares, amigos y conocidos velaban el cuerpo de María Georgina Saucedo, otra de las personas fallecidas, y se preparaban para llevarla al cementerio general.

Por la tarde, las autoridades políticas de Riberalta llevaron a cabo un acto para rendir homenaje a las víctimas del accidente de avión y dar fuerzas a sus familiares. Alejandra Azad, una de las 10 sobrevivientes y que perdió a Rocío Álvarez, su hija de seis años, en el siniestro, dijo que lo que las autoridades necesitan es que de una vez por todas hagan algo para evitar futuros hechos que enluten a las familias bolivianas.

Dolor por la pérdida

A sus nueve años la muerte le robó a Nayara un poco de su inocencia. Desde las gradas que bajan de la oficina del gobernador Carmelo Lens, su llanto ahogado la distingue entre los familiares de Herland Rodríguez Barbery, su padre muerto.

Ella, Rodrigo (5), Camila (3) y Santiago (1), igual que el niño de Daniel Isita Guarena, rodeados de prensa y funcionarios, están oyendo cómo un sacerdote reza a los féretros de los hombres que amaron y que nadie les devolverá. Son las 9:45.

“Tengo mal la cabeza, pude haber sido yo”, comenta afectado en voz baja Alejandro Yuja, colega de Herland y Daniel.

Abel Isita (20) y su mamá se quedan sin aire, como Nayara, que sigue ahogada en llanto. Así va a arrancar la historia de esta procesión, con dos gentes sencillas que son noticia cuando han muerto sin sentido.

La marcha al cementerio fue corta. “¡Yo nunca pensé en traerte aquí mi amor, menos en este año!”, grita Raquel Sánchez, la esposa de Herland, antes de cerrar para siempre el nicho de este cementerio. Nadie entiende tanto absurdo, nadie sabe quién va a explicar estas muertes del accidente de Riberalta

Reporte médico
Tres en terapia intensiva
El médico de la Clínica Incor, Julio Méndez, indicó ayer al final de la tarde que el piloto de la nave siniestrada, Kevin Roca, y la copiloto, Cecilia Tapia, siguen en cuidados intensivos. Junto a ellos está Zenón Pérez, uno de los sobrevivientes del accidente.

Cuatro están en sala
Luis Alberto Suárez, Leslie Pérez, Jacqueline Ruis y Jorge Ernesto Morant están recibiendo atención en diferentes habitaciones del centro médico. Todos están estables.

Fuente: El Deber.