Marcelo Claure: “Trabajo para ganar en la vida, no trabajo por tener dinero”

El hombre más rico de Bolivia. Claure tiene metas de negocios, no políticas. Ve a Bolívar como su “gran inversión” en el país. 

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Foto: Periodistas de Página Siete en la entrevista con Marcelo Claure.



Página Siete/ La Paz

Marcelo Claure habla del dinero con la naturalidad de quien lo tiene y no lo necesita. "Este año facturamos 10.000 millones de dólares, la meta es facturar 40.000 millones”, dice sin pestañar a la hora de poner cifras sobre la mesa. "La riqueza para mí no significa mucho. El dinero llega, es una consecuencia de un buen trabajo. La gente que trabaja para ganar dinero jamás tiene dinero”, dice el hombre más rico de Bolivia en una entrevista con Página Siete.

Pero no es precisamente la palabra "dinero” la que más menciona durante la charla. Es "meta”, meta como palabra y como concepto; meta como motor de una vida y como explicación de un éxito. Y, obviamente, tampoco es su único tema de conversación. No piensa en la política, pero opina sobre ella. Afirma que el presidente Evo Morales le ha dado a Bolivia un "posicionamiento” que antes no tenía. Sostiene que el Gobierno está haciendo "un trabajo fenomenal, fantástico”. ¿Le gustaría ser candidato a la Presidencia?, es la pregunta. "¡Ni el mínimo interés!”, la respuesta.

La entrevista se desarrolló  en el Club de Golf de Mallasilla, minutos antes de que se reuniera con el ministro de Gobierno, Carlos Romero ("sólo para hablar de fútbol”), en el marco de una visita de pocas horas para asistir al clásico Bolívar-The Strongest, en el que luego su equipo se llevó la victoria.

Acababa de concretar el negocio de su vida con la venta del 57% del paquete accionario de su corporación, la Brightstar Corp., a la firma japonesa SoftBank por 1.260 millones de dólares, transacción que lo convirtió en uno de los hombres más ricos de América Latina.

Página Siete.- ¿Imaginó usted que un día haría un negocio de 1.260 millones de dólares?

El error que la gente comete es pensar en el dinero. El dinero llega. Yo no mido mi éxito por el dinero, yo mido mi éxito por las metas que me he puesto en la vida. Mi primera meta fue ser el mejor en América Latina, y lo logré, y posteriormente, el mejor latino en EEUU. ¿Por qué no soñar en ser el mejor en la industria en el mundo? Cuando logras un objetivo siempre tendrás otros más grandes. Que quieran invertir en Brightstar es lo que logramos, una lista de 27 empresas. Qué lindo darse ese  lujo de escoger a tu socio. Gracias a Dios el dinero ha llegado. El dinero es un reflejo del trabajo, de ese anhelo de ser el mejor en el mundo en lo que haces.

Página Siete – ¿Cuál fue su primer empleo y cuánto ganaba?

Gerente internacional de la Federación Boliviana de Fútbol. Creo que ganaba 1.500 dólares. Empecé un día después de graduarme de la universidad, en 1993. Fue antes del Mundial. Ese Mundial me enseñó que se puede, se llevó a Bolivia al Mundial. Parecía imposible. Si fuimos capaces de llevar a Bolivia al Mundial, somos capaces de hacer todo. Guido Loayza me invitó antes de que Bolivia clasificara. Antes de eso él me decía: "Marcelo, vamos a ganar el Mundial”. Yo decía: "éste  está loco”. Bueno, eso me ha permitido identificar una meta y llegar hasta arriba.

Página Siete. – De hecho, usted es el hombre más rico de Bolivia y su próxima  meta podría ser uno de los más ricos del mundo…

La riqueza para mí no significa mucho. Trabajo para ganar en la vida, no por dinero. El dinero llega, es una consecuencia de un buen trabajo. La gente que trabaja para ganar dinero jamás tiene dinero.

Página Siete.- ¿Qué sintió cuando ganó su primer millón de dólares?

Fue hace 10 o 15 años… Nada, el dinero no es importante…

Página Siete.- Bueno, eso lo dice usted porque lo tiene…

Satisfacción de no tener que preocuparte de cómo vas a pagar tu alquiler… Lo que sí hice fue una fiesta cuando la empresa facturó mil millones de dólares en un año, en 2005. Paré la empresa. Les dije:  "¡A ver, paremos un poco, miren lo que hemos logrado! También cuando logramos ser la empresa hispana  más grande en EEUU. Hay cerca de 17 millones de negocios hispanos en EEUU y nosotros nos ubicamos en el primer lugar.

Página Siete – ¿Cómo fue el acercamiento con Softbank?, ¿cómo fue la negociación?

El dueño de Softbank es una persona  fantástica, es uno de los mejores líderes del mundo. Fui al Japón para venderle productos nuestros, logramos una química fantástica. El primer día me dijo que las empresa que comienzan en distribución con marcas pequeñas tienen la capacidad de manejar cualquier negocio en el mundo. Entonces llegamos a un buen acuerdo, la exclusividad con las empresas del grupo Softbank, que le va a permitir a Brightstar subir su facturación de 10.000 millones a 40.000 millones de dólares.

Página Siete.- ¿Tiene algunos planes de inversión para Bolivia?

Mi inversión es el Club Bolívar, mi pasión. Tengo una empresa acá muy pequeña, factura 25 millones de dólares, pequeña dentro del grupo. Es BAISA. Mi inversión en Bolivia son las torres que estamos construyendo para el Bolívar, el centro de entretenimiento que vamos a construir. En eso gasto mis energías.

Página Siete.- Había un plan para montar computadoras en Bolivia. ¿En qué quedó?

En nada. Mis fábricas en la Argentina controlan el 80% en telefonía celular; estamos abriendo fábricas en muchos otros países de la región y del mundo. Yo siempre he tenido el anhelo  de decir ¿por qué no en mi país? Al final no hemos dado en el foco, tanto nosotros como el Gobierno, y se ha quedado en veremos.  Ojo, siempre estoy abierto si se dan las condiciones para proyectos interesantes.

Página Siete.- ¿No hay conversaciones con el Gobierno para nada?

No, mi relación con el presidente Morales es más de fútbol.

Página Siete – ¿De qué dependería una inversión en Bolivia?

Del Gobierno, de algunos incentivos fiscales…

Página Siete. – ¿Y cómo son sus relaciones con el presidente Morales?

Buenas, nos encontramos en el fútbol; lo llamo, conversamos. Es bolivarista. Yo digo que el Presidente le ha dado un posicionamiento a  este país que antes no teníamos. Tal vez lo miro desde afuera y mucha gente me critique.  Ahora nos respetan, es la verdad. Bolivia nunca ha estado tan bien económicamente como está hoy. Tenemos una clase media verdadera. A mucha gente no le gusta, puede ser que esté  en desacuerdo con ciertas medidas que toma, tal vez un poco duras y radicales para mí; pero lo que han hecho en términos económicos es fantástico, lo veo.

Hoy tenemos las torres de Bolívar sobrevendidas, todo vendido. Lo que hace un país grande es una clase social, una clase media emergente. Antes no había clase media, la clase alta controlaba el 99% del poder económico y social, el resto quedaba excluido. Ha habido un cambio positivo.

Página Siete.- Pensando en algunos antecesores suyos en el Bolívar. El fútbol es una plataforma para la política. ¿Ha pensado usted en la política?

La verdad, no tengo el mínimo interés. Mientras continúe haciendo un buen trabajo, no tengo por qué pensar en eso. Pensando como boliviano, yo creo que este Gobierno, en la mayoría de las cosas, en la parte económica, para mí hace un trabajo fenomenal, fantástico. La mejor manera de medir un país es la clase media que tiene, eso fue lo que hizo a Brasil grande en la época de Lula. Yo creo que Bolivia tendrá su momento de oro. Yo veo la demanda que hay por tecnología alterna y, en este caso, el litio tendrá un papel importantísimo en el futuro de la humanidad, no ahora sino 20 o 30 años más tarde. Estamos sentados en la reserva de litio más importante del planeta.

Página Siete.- Se nos hace difícil pensar que usted no ha pensado en Claure presidente o en Claure candidato.

No, la verdad. Me lo dice todo el mundo, cuando camino por la calle, pero estoy muy ocupado con mis negocios y con el fútbol…

Página Siete.- ¿Cuáles son las  principales cualidades que debe tener un ejecutivo?

Primero, tienes que ser capaz de tener metas grandes. Tenemos  que aprender a soñar, eso te permite llegar lejos.

Dos, trabajar fuerte. Si tú preguntas en el mundo a ejecutivos, yo soy conocido  como la persona que trabaja más fuerte de todos, eso lo conocen todos, desde Bill Gates.

Tercero, te tiene que gustar lo que haces. Si vas a trabajar fuerte es porque te gusta hacerlo.

Cuarto, tienes  que ser humilde, nunca olvidarte de dónde vienes y de tus raíces, de tus valores.

"El error de la gente es pensar en el dinero. Yo mido mi éxito por las metas que me he puesto en la vida”.

" Yo digo que el presidente  Evo le ha dado un posicionamiento a  este país que antes no teníamos”.

"Creo que este Gobierno, especialmente  en la parte económica, hace un trabajo fenomenal, fantástico”.

Semblanza del hombre  y el  empresario

Un boliviano millonario que está en las "grandes ligas” del mundo globalizado

Tal vez porque estudió en un colegio donde el inglés es el "idioma oficial”; quizá porque estudió negocios en Boston, donde están algunas de las universidades más exclusivas de los EEUU; o quizá porque después de un breve paso por Bolivia  emprendió y desarrolló toda su carrera empresarial en el país del norte es que Marcelo Claure no encaja para nada con la fisonomía del boliviano común: es alto -más allá del promedio nacional-, casi rubio y se desenvuelve como uno de esos hombres de negocios "globales”, que no tienen nacionalidad predecible.

Sin embargo, Marcelo Claure es, al mismo tiempo, auténticamente criollo, paceño; y ejerce esa nacionalidad. Primero, porque no deja de visitar el país -especialmente  La Paz-, donde mantiene lazos familiares y amistosos, pero principalmente porque acá vive y crece la pasión de su vida: el Club Bolívar.

Dice que el Bolívar la ha costado más de 12 millones de dólares, pero no resiente este esfuerzo, es su manera de aportar al país. "Cuando veo la sonrisa de la gente, la alegría de los niños, me siento reconfortado”, sostiene. Sin embargo, aunque onerosa, la inversión en Bolívar es auspiciosa. "Somos el equipo más sólido del país y  cada vez más estamos más cerca del punto de equilibrio”, señala.

Por eso ha creado BAISA (Bolívar Administración, Inversiones y Servicios Asociados SRL) y está invirtiendo en una escuela de fútbol ("un semillero que es lo que necesita no solamente el club sino el fútbol nacional”) y un complejo constructivo en la zona de Obrajes que albergará oficinas, espacios de entretenimiento y un centro de alto rendimiento deportivo (destinado a los jugadores del  Bolívar), que antes de concluirse está sobrevendido.

Claure es, además, de "hablar paceño” y aunque sólo aterriza ocasionalmente en la ciudad en su jet privado "cuando juega la Academia”, conoce a la gente, los pormenores de la coyuntura nacional y no se le escapa un solo nombre de deportistas o autoridades: está 100% conectado.

Eso no le quita, sin embargo, su condición de empresario transnacional: mantiene negocios en más de 30 países en el mundo y se rodea de estrellas y celebridades con la mayor naturalidad: "Jennifer Lopez es una gran amiga, estamos llevando adelante un negocio de venta de tecnologías para latinos”, cuenta. "Mi amigo Beckham… estamos trabajando en ello”, señala al comentar la probable compra de un equipo de fútbol junto a esta estrella del balompié inglés.

A los 42 años, Marcelo Claure Bedoya no reconoce límites: "soy, por sobre todo, un hombre de metas, para quien nada es imposible”, dice. Quizá por ello no le quita el sueño la fortuna y mucho menos la fama; se adapta tanto a una conversación con un magnate como a escuchar las cuitas de los hinchas de su equipo que esperan sus visitas a La Paz. Así es Claure, el boliviano más rico.