Emilio Martínez*
Quieren acabar con la pobreza destruyendo la riqueza, instaurar la igualdad suprimiendo la libertad, fundar la sociedad sin clases dándole todo el poder a una élite revolucionaria, lograr la paz mundial mediante la “guerra antiimperialista”, alcanzar la felicidad suprema sometiendo al individuo a un Estado todopoderoso. Son los socialistas del siglo XXI, partidarios de la ideología imbécil.
El verdadero camino es el inverso: la pobreza se reduce ampliando la capacidad para generar riqueza, con seguridad jurídica y reglas estables que alienten la innovación; la igualdad de oportunidades se persigue mejor en el marco de una sociedad abierta, es decir, libre; la sociedad sin clases tal vez no sea posible pero sí debe aspirarse a una mayor movilidad social, más viable en el capitalismo competitivo; la paz mundial se fortalece mediante la expansión de la democracia y la supresión de las dictaduras; y la felicidad es construida por cada persona de acuerdo a sus objetivos e ideales, algo que ningún burócrata puede imponer.
¿Es tan difícil de entender?
*Escritor
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