Las autoridades estadounidenses pusieron fin a un enfrentamiento con cientos de manifestantes armados en el desierto de Nevada el pasado sábado, devolviendo 300 cabezas de ganado que “estaban pastando ilegalmente en tierras federales” al ranchero Cliven Bundy, su legítimo dueño.
Con rancho situado a menos de 80 kilómetros al noreste de Las Vegas, Bundy había dejado de pagar las cuotas para el pastoreo de su ganado y los funcionarios del gobierno dijeron que había ignorado órdenes judiciales.
Bundy ha alegado en repetidas ocasiones que las supuestas tierras gubernamentales pertenecen a sus antepasados.
Activistas de la milicia ciudadana de la zona, y de otros estados, acamparon cerca del rancho de Bundy para apoyarlo en su enfrentamiento a un equipo de guardaparques armados que finalmente desistió. “Con base en la información acerca de las condiciones en el terreno y en consulta con las autoridades, hemos tomado la decisión de retornar el ganado debido a nuestra profunda preocupación por la seguridad de los empleados y del público”, dijo el director del equipo federal, Neil Kornze, en un comunicado.
“Estamos orgullosos del pueblo estadounidense por estar aquí apoyándonos”, exaltó Margaret Houston, una de las hermanas de Bundy.
Cientos de partidarios de Bundy, algunos fuertemente armados, habían acampado este fin de semana en la carretera que conduce a su rancho en el desierto. La multitud bloqueó el tráfico en un punto de la carretera interestatal 15. Más tarde, cuando se abrieron los carriles, los conductores hicieron sonar sus claxon para apoyar a los manifestantes, con los pulgares arriba.
Neo Club Press