Evacúan más de 700 migrantes aislados en frontera con Bolivia

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Pobladores de Guayaramerín en el departamento de Beni, navegan en medio de las inundaciones. EFE

Más de 700 inmigrantes de diferentes nacionalidades fueron evacuados ayer por dos aviones fletados por el Gobierno brasileño tras permanecer varios días aislados en un albergue público de Brasileia (Acre), ciudad en la frontera con Bolivia, tras las inundaciones causadas por subida del río Madeira.



Los inmigrantes, entre los que se encuentran haitianos, senegaleses y dominicanos, fueron trasladados hasta la ciudad de Río Branco, capital del estado amazónico de Acre, informó la estatal Agencia Brasil.De acuerdo con el representante de la Secretaría Regional de Justicia y Derechos Humanos en Brasileia, Damião Borges de Melo, está previsto que en los próximos días otros 700 inmigrantes sean trasladados en avión hasta Ro Branco, ya que la comunicación vía terrestre no es posible debido a la subida del río.

El pasado año, el Gobierno de Acre declaró estado de emergencia social en las ciudades de Epitaciolandia y Brasileia, ambas en la frontera con Bolivia, ante la llegada masiva de inmigrantes, en su mayoría haitianos, pero también dominicanos y de países africanos.

GUAYARAMERÍN En el anegado pueblo de Guayaramerín, en la amazonia boliviana, el barco que perteneció al rey del caucho y que presidía el puerto toca agua por primera vez en un siglo y fuerza una sonrisa torcida de los habitantes, azotados por las peores inundaciones en décadas.El río Mamoré, fuente de sustento de esta localidad fronteriza con Brasil, se ha vuelto en su contra y casi 50.000 personas luchan por salir adelante entre el agua, el fango, las epidemias y la desesperanza del que todo lo ha perdido: casa, trabajo, cultivos, animales.

Guayaramerín, en el departamento de Beni, es uno de los lugares más castigados por las peores inundaciones que ha vivido Bolivia en décadas, y que han dejado 60 muertos y 60.000 familias damnificadas en todo el país.Aquí centra estos días sus esfuerzos el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), que necesita con urgencia donaciones para continuar su ayuda a la población.Según Borges de Melo, cerca de 1.500 extranjeros viven en Brasileia a la espera de una oportunidad de trabajo en las regiones del sur, centro-oeste y sudeste de Brasil.»El problema es que continúa llegando gente. De media 50 extranjeros llegaban por día, pero, en los últimos tiempos, ese número cayó un poco en razón de la propia situación local», añadió.

Fuente: Opinión