Carmen Eva González envía carta abierta al G-77; denuncia dictadura en Bolivia

CARMENEVA Desde octubre de 2003 se rompió en Bolivia la línea de continuidad constitucional institucional cuando el entonces presidente democráticamente elegido, Gonzalo Sánchez de Lozada, fue derrocado en un levantamiento en donde el actual Jefe de Estado, el dirigente de los sembradores de coca Evo Morales fue cómplice y activo promotor de la caída de la Democracia en Bolivia.

Desde ese año hasta 2005 hubo en Bolivia una serie de Presidentes interinos que al no ajustarse a las exigencias del denominado cártel político “Socialismo del Siglo XXI” provocaron unas elecciones en diciembre de 2005 en las que resultó elegido Evo Morales. A partir de 2006 Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, un ex terrorista que estuvo en la prisión de máxima seguridad del estado boliviano empezaron a destruir las instituciones de la República de Bolivia para forjar lo que hoy es un remedo de estado cooptado por Cuba y por la Venezuela de Maduro.

En 2009 y para alargar su periodo presidencial Evo Morales modificó la Constitución, irrespetando procedimientos y haciendo abuso de una mayoría fácilmente manipulable logró ser reelegido, sin que ello hubiera sido posible, gracias a una Constitución “hecha a medida” y con la complicidad de un Órgano Electoral no transparente ni independiente. Entre 2009 y 2013 el régimen de Evo Morales, copiando tácticas de la Cuba de Fidel Castro se dedicó a hostigar, perseguir y exilar a más de 700 ciudadanos bolivianos que viven atemorizados. Derrotó a gobernadores de estados opositores (Tarija, Cochabamba, La Paz, Pando) y apoyado por un Tribunal Constitucional afín a la ideología del socialismo del siglo XXI cubano logró la “autorización” para una tercera elección, situación anómala e ilícita inclusive para la propia Constitución de Evo Morales.



Hoy la dictadura socialista del siglo XXI -disfrazada de “democracia”- y plagada de hechos de corrupción y de actos propios de la mafia de sus principales líderes, denunciados y documentados por legisladores bolivianos, está en campaña para llevar adelante unas “elecciones” el 12 de octubre de este año y re-reelegir a Evo Morales.

Ustedes, distinguidos miembros del G77, han sido traídos a Bolivia en el único afán de ser engañados y estafados y para aplaudir a Evo Morales que en los hechos encarna un régimen de abuso a derechos humanos, irrespeto a la legislación internacional y nacional y sólo está empeñado en perpetuarse en el poder sin lugar a dar alternancia como en la regla democrática se acostumbra, además de haber despilfarrado inmensas cantidades de dinero en gasto superfluos y actividades que sólo perpetúan la pobreza, el desempleo, el crimen organizado y el narcotráfico.

Tal como aconteció en Venezuela, el fraude para el candidato-presidente Evo Morales está en pleno desarrollo.

Conforme a la Carta Democrática Interamericana sólo puede haber democracia cuando: “el respeto a los derechos humanos y la libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.

Esos elementos no existen en la Bolivia cubanizada de Evo Morales.

Si las elecciones -que son meros instrumentos formales de la democracia, pero no la democracia en sí- son utilizadas para la perpetuación del poder, existe claramente un régimen autoritario, con reglas sofisticadas que únicamente controlan, abusan y atemorizan a casi 11 millones de bolivianos.

Finalmente, Evo Morales y su infinito dinero del estado, han logrado formar “candidaturas opositoras” con el fin de que la comunidad internacional crea que en Bolivia hay democracia y modificó las circunscripciones electorales en un nuevo “mapa electoral” -igual que en Venezuela- todo con la finalidad de lograr mayor cantidad de parlamentarios afines a su régimen.

Cualquier encuesta más o menos seria realizada en Bolivia muestra que el régimen de Evo Morales no tiene más de 25% de respaldo y credibilidad entre la ciudadanía boliviana pero Evo Morales ya anunció públicamente que ganaría las elecciones con 70% de los votos. Es una aritmética fácil de entender: tienen el dinero, tiene el estado, controla los sistemas electorales, las fuerzas armadas, y tiene respaldo de Venezuela y Cuba: su plan de controlar a Bolivia mediante “elecciones” es sólo eso un plan de implementación de un régimen Talibán en el medio del Continente americano, con inseguridad, narcotráfico y expandiendo ingobernabilidad e inestabilidad por el Continente.

Finalmente recuerdo a los honorables participantes que Adolfo Hitler también fue elegido y legitimado vía el voto ciudadano, posteriormente instaló un régimen socialista que asesinó a seis millones de ciudadanos judíos.

Por ello solicito no aplaudir a Evo Morales, condenar y deplorar públicamente su régimen y denunciarlo internacionalmente para que las Naciones Unidas intervengan en Bolivia y nos colaboren en reencauzar la Democracia antes que sea tarde, antes de que en Bolivia se perpetúe un nuevo Hitler, un nuevo Robert Mugabe.

Carmen Eva González la Fuente

Senadora de la República de Bolivia