Las cuentas con Argentina

Humberto Vacaflor G.

humberto-vacaflor3 El presidente Evo Morales ha tenido un lapsus de decencia. Dijo que la balanza comercial bilateral de Bolivia con Argentina es desigual, es desequilibrada y que quisiera corregir esa injusticia. Es que él sabe que el comercio entre los dos países no se limita a las cuentas del gas natural; abarca muchas otras cosas que Bolivia vende a Argentina.

Es la ventaja de alguien que está ‘entrambasaguas’, que sabe lo que pasa en las cuentas oficiales, las que tienen estadísticas, y las otras, las ilegales, las que no dejan huella en las cuentas oficiales, esas que los economistas no toman en consideración o, por lo menos, minimizan.



Que lo diga ahora es una muestra de solidaridad, porque Argentina está a punto de entrar, por segunda vez en este siglo, en ‘default’, es decir, en cesación de pagos, o, si se quiere, en bancarrota.

Setenta años de gobiernos peronistas han provocado este resultado, según la lectura de Jorge Lanata. Uno de los mejores dotados países del mundo, manejado por políticos ineptos o corruptos, como los peronistas, llega a este desastre.

Lo que dice el presidente Morales es, oficialmente, en relación con las ventas de gas natural, que representan 2.000 millones de dólares al año para Bolivia.

Las otras cuentas, referidas a la amplia gama de la coca, que Argentina compra en hoja, en pasta base o en sulfato, y otros, quizá signifiquen más de 2.000 millones de dólares, pero por lo menos duplican las compras argentinas. El gran aporte de los Kirchner, dice Lanata, es haber introducido a Argentina en el exclusivo club de los países exportadores de droga, gracias a la materia prima boliviana.

La idea del presidente Morales de introducir un elemento de justicia en las cuentas se limita al comercio legal, por supuesto. De lo otro, de lo prohibido, él sabe, y lo sabe muy bien, que no se puede hablar. Sabe que sus seguidores del Chapare viven muy bien y practican aquello del ‘vivir bien’ gracias, entre otros, al mercado argentino. Pero él no puede entrar en detalles.

Vamos a comprar, al contado violento, trigo argentino antes de que estalle el default que, según el matutino La Nación, es inevitable para el 1 de agosto. Algo de solidaridad hay que mostrar. Si todos somos hermanos latinoamericanos. Unos venden, otros compran, pero todos hermanos.

Y un poco de justicia comercial no le hace daño a nadie.

El Deber – Santa Cruz