“A título de hegemonía, nos quieren llevar a una dictadura”

Margot Soria, candidata a vicepresidenta por el Partido Verde de Bolivia. Como partido se propone ingresar a la Asamblea Legislativa para defender a la Madre Tierra.

imageMargot Soria con Página Siete.

Página Siete / La Paz



«A título de hegemonía  nos quieren llevar realmente a una dictadura”, afirmó  Margot  Soria, candidata a la Vicepresidencia por el Partido Verde (PV) en la entrevista dominical del Desayuno de Trabajo de Página Siete.

La compañera de fórmula del líder indígena Fernando Vargas sostiene que el Movimiento Al Socialismo (MAS) no sólo pretende hegemonizar todos los poderes del Estado, sino que está dando pasos para prorrogar su mandato hasta  2025.

Docente titular desde hace 36 años en la Facultad de Ciencias Sociales de la UMSA como trabajadora social y socióloga, señala que la expectativa de su partido para las elecciones del 12 de octubre es llegar al Parlamento.

¿Cómo va la campaña? Según las encuestas, no parece tener mucha repercusión.

Desde nuestro punto de vista, la podemos calificar de exitosa, dado que es una campaña de centavos frente a los millones de los otros candidatos. Estamos recibiendo mucha simpatía y adhesión de la gente. Hay tres respuestas a nivel nacional: una, «no los conocíamos”; otra, «ya tengo por quién votar”; y la tercera, «fuerza, sigan adelante, no desmayen”. En algunos lugares le dicen a Fernando: «no te preocupes, vamos a votar por debajo, callados, pero vamos a votar por ti”. Eso nos anima muchísimo.

Las encuestas están mostrando una adhesión bastante baja a su candidatura. ¿Qué opina?

Evidentemente, muestran una adhesión baja por dos factores: primero, porque somos un partido nuevo, con siete años de vida, y segundo porque recién hemos comenzado a visibilizarnos. Sin embargo, estamos contentos porque la última encuesta de Ipsos ya nos da 2% a nivel nacional. Eso es para nosotros un aliento, porque de estar en cero, no ser conocidos, a estar en el 2% y sin plata, es realmente un avance. La encuesta de la Universidad Mayor de San Simón que hizo la carrera de Sociología nos da 2,5%. Eso nos tiene muy alentados. Una encuesta hecha en Pando, donde ni siquiera hemos llegado, nos da 1%. Esos datos nos alientan por un lado, pero por otro lado también las encuestas son relativas en la medida que no se conoce el universo en que han sido hechas;  no se sabe si en realidad son encuestas o sondeos de opinión, pero, en todo caso, creo que podamos subir los porcentajes para llegar al Parlamento.

Entonces, ¿ésa es su expectativa para el 12 de octubre?

Llegar al Parlamento y poder ser la voz de los sin voz realmente, pelear para que se restituyan los derechos sociales, económicos, políticos y ambientales de la ciudadanía. Queremos impulsar una democracia real a base del pluralismo, que hoy día no existe, porque una democracia real es plural y respeta las diferencias. En cambio, aquí y ahora, a nombre de hegemonía nos quieren llevar realmente a una dictadura.

¿Usted cree que estamos camino a una dictadura?

Sí, estamos…

¿En qué se funda? ¿Qué elementos ve para asegurarlo?

El primer elemento, tener hegemonía en todos los poderes del Estado; el segundo, el hecho de haber separado a dos magistradas y tener en vista la separación del magistrado (Gualberto) Cusi para modificar la ley y poder prorrogar el mandato del Gobierno hasta  2025. El hecho más claro de caminar a una dictadura es no tener alternatividad. Eso es caminar hacia una dictadura, porque es querer imponer un solo criterio, una sola visión de país. Ojalá hubiera una visión concreta del país, pero no existe un modelo de país. Nos dijeron que vamos al socialismo, pero si vemos las medidas económicas, si analizamos el modelo, vemos que está basado sólo en el consumo, sigue siendo el modelo capitalista extractivista. Esto no ha cambiado nada.

Sin embargo, el presidente Evo Morales sigue teniendo un fuerte respaldo. Según las encuestas, será reelegido. La duda es si obtendrá los dos tercios. ¿Cómo explica este apoyo?

Se debe a un elemento cultural, a un elemento de hegemonía cultural muy bien manejado por el Gobierno. Lo que no se le dice al pueblo es que, habiendo un proceso de inclusión, no es una concesión de Evo Morales, es producto de la lucha. Ahí está octubre de  2003, la lucha indígena, las marchas por tierra y territorio, etcétera.

Bolivia, desde que nace, vive luchando y tratando de construir una nación. Él ha llegado con mucha suerte al Gobierno y capitaliza el caudal de todos esos movimientos sociales. También son culpables los partidos de la democracia pactada, porque era muy cínico concentrar el poder en manos de unos pocos, pero este Gobierno que debería impulsar procesos de inclusión no lo hace. Los movimientos sociales están apantallados por sentirse reproducidos en el poder. A eso se debe todavía el éxito que tiene, pero también tiene muchos desencantados.

Este Gobierno se reivindica como defensor de los derechos de la Madre Tierra y de los derechos de los indígenas, dos banderas del Partido Verde, ¿qué opina?

Una cosa es decir y otra cosa es hacer. Este Gobierno es el de la doble moral. Un ejemplo es el TIPNIS, donde quiere construir una carretera por el medio del parque. Eso no es pensar en la Madre Tierra. Seguir incrementando los catos de coca, querer expandir la producción de la coca, eso no es estar con la Madre Tierra. No haber hecho la consulta previa, no es respetar la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas.

Decir que la contaminación minera no afecta a la tierra no es respetarla. El gobierno de Evo Morales es un gobierno de doble discurso, de doble moral. Una cosa es tener un colchón de leyes, como la Constitución, a favor de la Madre Tierra, y otra cosa es lo que se hace. Si bien parecería que tiene el mismo discurso, nunca será un defensor de la tierra. Es más, el acuerdo que tiene con los empresarios soyeros en Santa Cruz, lo demuestra. La soya tiene grandes elementos transgénicos y eso debería estar en este momento controlado. Hace mucha gala de la quinua, que evidentemente es un producto valiosísimo para nosotros y hoy se ha vuelto como oro en Bolivia, pero no hay políticas de recuperación de la tierra erosionada por la planta de la quinua. Entonces somos totalmente diferentes.

Usted mencionó el TIPNIS. ¿Cree  que sigue amenazado por la construcción de la carretera?

El gobierno de Evo Morales no sólo es una amenaza para los pobladores del TIPNIS, sino para un recurso natural hídrico de todos los bolivianos. Si destruye esa reserva va a arremeter contra todo el pueblo boliviano. Debería pensar en que el TIPNIS y todo lo que significa la Amazonia es el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos.

¿Por qué cree que un presidente salido del pueblo aymara y que dice que representa a los indígenas quiera destruir el hábitat de los indígenas?

Yo creo porque él nunca se ha sentido indígena, él no ha vivido como indígena. Nunca ha sido productor de papa, no se ha educado en una comunidad. Ha sido músico antes de ser cocalero. Entonces, su relación con la tierra es totalmente diferente a la de un indígena originario.

El movimiento indígena del TIPNIS ha tenido un fracaso electoral en Beni cuando se postuló uno de sus dirigentes para la Gobernación. ¿No teme que se vaya a repetir  con Fernando Vargas?

No, porque nosotros no estamos llevando a Fernando Vargas sólo por ser líder del TIPNIS, por ser simplemente indígena. Lo estamos llevando por ser una persona que ha luchado por su hábitat, por un recurso natural, por el cuidado de la naturaleza, porque tiene conocimientos incluso de lo que es preservar o impulsar las áreas de forestación. Para nosotros simboliza, además, dentro de los principios del Partido Verde, el primero, el de la sabiduría ecológica. Eso no está en el MAS ni tampoco en la Constitución. Por ahí es que no tenemos un acercamiento con el partido gobernante. La sabiduría ecológica dice que nosotros reconocemos en los pueblos indígenas a los custodios de la tierra, de la naturaleza y la vida, desde el punto vista cultural, del modo de producción, desde el punto de vista de devolver a la vida a la democracia, los valores de la comunidad, de restituir en la sociedad la moral.

Podemos tomar mucho de los pueblos indígenas del TIPNIS, de tierras altas y de tierras bajas. Entonces, es mucho más que llevar a Fernando Vargas por la lucha por el TIPNIS. Nosotros estamos haciendo una propuesta de un nuevo modelo de desarrollo para el país, que vaya centralmente a preservar los recursos naturales, un desarrollo sostenible para las futuras generaciones.

«He luchado contra las dictaduras y he perdido dos hijos cuando era perseguida”

«Desde muy joven he hecho política, he luchado contra las dictaduras. He perdido dos hijos cuando estaba perseguida”, dice Margot Soria al evocar sus primeros años de militancia. Tras el retorno a la democracia, militó en el MIR –»antes de que cruzara el río de sangre”, aclara-, partido que la postuló como diputada suplente, pero después se apartó de la política porque sintió que sus sueños habían sido traicionados, y se convirtió al ambientalismo. En 2007 fundó el Partido Verde, a sugerencia de los Verdes europeos.

Cuando estuvo perseguida a mediados de la década de los años  70, sobrevivió en un refugio que le proporcionaron los padres oblatos de Vino Tinto. «Era un cuarto pequeñito. Tenía una cocinita eléctrica  y una ollita. Al entrar en la clandestinidad me entregaron una bolsa de arroz muy grande y cada que podían me traían huevos. Mi único alimento era arroz hervido y huevos duros durante nueve meses. Eso repercutió en el embarazo. Mi niño nació y murió porque no tuvo la madurez suficiente”, recuerda. Perdió a su segundo hijo cuando huía con su esposo hacia Potosí: «Estábamos escapando, pero estaba la Policía  y la flota se plantó en Llocallas. Yo decía: ahora sí me agarran. Entonces venía un carro arenero, nos acercamos, le hablamos al chofer y me subí, pero al llegar a Potosí aborté a mi segundo niño”. Trabajadora social y socióloga, es docente hace 36 años en la Facultad de Ciencias Sociales de la UMSA

Cuando un 2% es motivo de aliento y señal de esperanza

Margot Soria es docente titular en la UMSA hace 36 años.

«Bueno, como la de todos los partidos, sería ganar y llegar al poder, pero también somos realistas”, dice la compañera de fórmula de Fernando Vargas, Margot Soria, al resumir las expectativas de su partido para las elecciones del 12 de octubre próximo.

«Nosotros queremos llegar al Parlamento para empezar a construir políticas de Estado”, agrega en alusión al programa de gobierno de la candidatura verde. Admite que las encuestas le son adversas, pero señala que, frente al 0% que les asignaban los primeros sondeos, tener a estas alturas de la campaña un 2%, es no sólo un motivo de aliento, sino  una señal de esperanza. Margot Soria confía en el arrastre de Fernando Vargas, el líder de las dos últimas marchas indígenas en defensa del TIPNIS, pero también en la popularidad de algunos de sus candidatos al Parlamento, como el exviceministro Alejandro Almaraz y el legendario líder minero Filemón Escóbar, aspirantes al Senado y a una banca uninominal por Cochabamba.

Antes de ser designado candidato, Filemón Escóbar había anunciado su voto por Vargas. «Es el único honesto”, dijo.

Soria anunció que podría haber nuevas sorpresas en la lista verde al cierre de los registros finales.