Leyenda: Desde el cine hasta la música, las pasiones de Julio Cortázar

Genio. El autor, que el martes cumpliría 100 años, era un maestro para mezclar géneros literarios con otras artes

Figura del siglo XX. Estos 100 años cortazarianos son la ocasión para redescubrir, analizar y discutir la lectura de sus obrasEl martes 26 de se cumplen 100 años del nacimiento de Julio Cortázar, uno de los escritores clave de la literatura del siglo XX, dueño de una imaginación única que supo ser plasmada en sus cuentos y novelas, que se convirtieron en una extensión de las artes que le fascinaban.
Cortázar fue una figura cosmopolita que combinaba no solo géneros literarios, sino artes visuales como dibujo, pintura, fotografía y cómic, variedad temática acorde con los homenajes que se le rinde por estos días en varias partes del mundo.

Julio en agosto se titula una serie de actividades en su honor que desde el martes hasta el domingo 31 se llevará a cabo en Buenos Aires. Incluye exposiciones de arte, encuentros de cine y la inauguración de un busto en la galería X Arte, de la localidad de Banfield, donde vivió el autor de Casa tomada.



Instituciones culturales de Colombia, Perú, Chile, México y España se suman a las celebraciones, incluso en India recordarán el centenario con mesas redondas de escritores bajo la organización del Instituto Cervantes de Delhi. En Bolivia, la Feria Internacional del Libro de La Paz se adelantó con charlas, proyección de un documental y un espectáculo audiovisual.

Un sueño frustrado
“Johnny estaba en gran forma en esos días, y yo había ido al ensayo nada más que para escucharlo a él y también a Miles Davis. Johnny es Johnny Carter, el saxofonista obsesionado con el tiempo, que Cortázar inventó para El perseguidor, cuento más publicado en 1959 en el libro Las armas secretas. Y esa historia es de las tantas en las que la música atravesó la literatura del autor de Rayuela, que en su casa tenía siete mil discos.
“Fuera de la literatura, la influencia más fuerte que he tenido es la música”, dice Cortazar en el documental Esto lo estoy tocando mañana, dirigido por la argentina Karina Wroblewski. Ahí también confiesa un sueño frustrado: “Si hubiera podido elegir entre la literatura y la música, habría elegido la música”.

El séptimo arte
Cuando en 1978 Cortázar recorrió por enésima vez La Habana, esa ciudad que, según sus palabras, tenía “entre pecho y espalda”, para acompañar a un equipo francés que rodó un documental en Cuba con la colaboración del Icaic, declaró: “El cine me está interesando cada vez más, porque creo que es un medio de comunicación masiva capital en nuestro tiempo”.

Tal vez la mayor contribución del autor al séptimo arte es su cuento Las babas del diablo, que motivó al gran cineasta italiano Michelangelo Antonioni a llevarlo a la pantalla grande con el título de Blow up, una de las cintas referentes del director, rodada en 1966, pocos años después de la publicación de Rayuela. “Antonioni me visitó y me dijo que quería realizar una película con la idea de uno de mis cuentos: un fotógrafo que hace su trabajo y toma una foto que cuando revela comienza a influir sobre diferentes destinos. No le interesaba nada más porque, según expresó, lo fantástico no le llamaba la atención”, dijo Cortázar en una entrevista a una revista italiana en la época del estreno del filme.

Textos recuperados
El cuchillo, la traición y el tango son ejes de La puñalada/El tango de vuelta, el libro póstumo de Julio Cortázar y el artista Pat Andrea, publicado el 15 de febrero de 1984, un día después de que fuera enterrado el autor de Rayuela. Se trata de una joya editorial que estuvo perdida y que ahora se recupera y que recuerda además el gusto de Cortázar por la pintura y el dibujo.

El libro tiene una historia llena de azar y accidente. Comienza con la llegada del artista holandés Pat Andrea a Argentina en 1976, justo un día después del golpe militar del general Jorge Videla, unos hechos violentos y represivos de los que el artista será testigo en los meses posteriores.

“Cuando vio los dibujos de Andrea, Cortázar quedó fascinado. Esos dibujos de Pat se complementaban en un tango pasional perfecto con la historia que había narrado Julio”, afirma el escritor Enrique Vila-Matas, autor del epílogo en esta nueva edición de la obra

Fuente: www.eldeber.com.bo