Santa Cruz sigue a la cabeza de las ciudades más inseguras de Bolivia

Informe. El ONSC indica que detrás nuestro están El Alto, La Paz y Cochabamba. En el país hay 52 estaciones policiales integrales (EPIS) y el objetivo es llegar al centenar de estas edificaciones. Se necesitan mejoras en el sistema carcelario, así como en la tecnología para la Policía.

imageCrímenes por encargo. Santa Cruz, a diferencia del resto del país, ha tenido un incremento de muertes por ‘ajustes’ de cuentas vinculados al narcotráfico. En 2014 más de 20 ejecuciones.

EL DEBER, Santa Cruz



La información sobre los índices de criminalidad en el país, todavía no coloca a Bolivia dentro del grupo de los estados que tienen a sus ciudades integrando el grupo de las más peligrosas del mundo.   

De acuerdo con los informes de las tasas de criminalidad, en el país hay 10,2 homicidios por cada 100.000 habitantes, siendo el promedio latinoamericano de 27 por los mismos 100.000 pobladores.

La cifra otorga cierta tranquilidad a las autoridades bolivianas que elaboran los planes de seguridad y a la Policía, aunque la meta sigue siendo bajar este indicador hasta tres homicidios por cada 100.000 habitantes, tal como registra Chile, que es el país con la cifra más baja de violencia en la región.

Sin embargo, al concentrar nuestra atención en la realidad  interna de la inseguridad, los datos que maneja el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana (ONSC) mantienen a Santa Cruz como la urbe más insegura del país, seguida de El Alto, La Paz y Cochabamba.

Esta tendencia es una constante desde el año pasado, gestión en la que se realizó la primera cumbre de seguridad ciudadana en Bolivia y que concluyó con la promesa de las autoridades del Gobierno de mejorar la tecnología para luchar contra la delincuencia, dotar de más efectivos a departamentos como el nuestro e iniciar un proceso de reformas judiciales, una de las exigencias de los participantes de este encuentro nacional.

En esa oportunidad se declaró este año como el de la seguridad ciudadana en Bolivia.

Análisis de la situación

El experto en tecnología militar, seguridad y defensa, Samuel Montaño, dijo que Santa Cruz tiene un mayor índice de inseguridad debido a que es el departamento más grande y pujante del país, situación que lo convierte en el destino predilecto del mundo delictivo local y extranjero.

“Los delincuentes van donde hay dinero”, aseveró el analista, agregando que se necesita un mejor trabajo coordinado entre los operativos policiales y la acción del aparato judicial, del cual tiene dudas.

Un criterio similar es el del exfiscal Joadel Bravo, que pide mejorar las normativas investigativas y dotar de más equipos a la Policía, para que pueda realizar un trabajo más efectivo de interdicción. Además, el jurista afirma que el incremento del narcotráfico provoca los crímenes violentos cometidos por sicarios, fenómeno que se suma a la sensación de inseguridad que se vive en el departamento.

El director del ONSC, Henry Baldelomar, señaló que el país vive en un permanente clima de temor por la alta ‘publicidad’ que se genera a través de los medios de comunicación de los hechos violentos, lo que en su criterio, provoca un ambiente desfavorable en términos de seguridad ciudadana.

Baldelomar rescata el hecho de que hay cada vez más denuncias sobre los casos ocurridos en la Policía, lo que en su análisis significa que la población ha comenzado a confiar nuevamente en la institución del orden, para la resolución de los casos violentos.

Los estudios gubernamentales señalan que la inseguridad se ha convertido en una de las cinco principales preocupaciones de la gente, desplazando temas como el desempleo, que en otros momentos lideraba las conclusiones de estos análisis.

Violencia en las calles

Un factor que mantiene a Santa Cruz en lo más alto de los indicadores que marcan la inseguridad ciudadana del país es el relacionado con las muertes violentas que se han producido desde hace algunos años.

La forma de actuar de los asesinos a sueldo, cuyos crímenes en muchas oportunidades quedan registrados por las cámaras de seguridad, provoca una sensación de indefensión en la gente.

Los investigadores policiales y las autoridades nacionales encargadas de indagar sobre estos casos afirman que estas muertes son selectivas y que no nacen de un caso de inseguridad ciudadana. Sin embargo, la sensación en la población es otra, ya que genera un temor generalizado.

El criminólogo Paúl Méndez, indica que estos hechos se generan en sociedades donde los factores se lo permiten, cuestionando así en parte al tejido social local, que aún no repele la convivencia con estos grupos de personas que están vinculadas al negocio ilícito del tráfico de drogas.

La respuesta de las autoridades nacionales frente a criminalidad se basa en este momento en la ejecución de planes de prevención y patrullaje, que afirman están permitiendo bajar los niveles de sensación de inseguridad. Además, en alianza con alcaldías y la gobernación se ha iniciado un proceso de modernización tecnológica con la compra de equipos para los policías 

Cárceles del país requieren de mejoras

El sistema penitenciario del país (que tiene más de 16.000 internos), sigue siendo un factor que aporta a la criminalidad. En las cárceles aún no se consigue implementar medidas de seguridad suficientes, que logren cortar el nexo entre los delincuentes recluidos y sus colaboradores libres.

Ningún centro de reclusión tiene activo un sistema de bloqueo para las señales de los teléfonos celulares en el interior de estos recintos, pese a que los informes de los investigadores policiales afirman que en muchos de los casos delictivos, las órdenes salen desde el mismo penal.

Lo que ocurre en Palmasola es un ejemplo de esto, ya que la Policía ha descubierto que desde el interior se ordenan operaciones delictivas como el robo de vehículos, las estafas e incluso algunos de los internos señalan que se encargan crímenes pagados.