De todo como en botica

Susana Seleme Antelo

susana s 1) Brasil tendrá elecciones el 5 de octubre y todo anticipa que habrá una gran sorpresa. ¿Qué incidencia tendrán los resultados brasileños en Bolivia?

Como señalan varios analistas, Marina Silva y su partido no pertenece al Foro de Sao Paulo, que reúne al MAS y el PT, entre otros, y tampoco al Socialismo del siglo XXI: el dato ya es un gran gran cambio. Esta ecologista no sería pasiva frente al narcotráfico que cruza la droga por sus amplias fronteras con Bolivia, burlando todo intento de impedirlo. Como se sabe, ese tráfico se nutre en gran parte de la hoja de coca del Chapare, de cuyos sindicatos Evo Morales es presidente hace 17 años. En el gabinete de Silva se anuncia la presencia de José Serra, quien en 2010 bautizó la carretera por el Tipnis como la "rodovía da cocaína". También estarán con Silva reconocidos intelectuales, sociólogos, economistas y sectores de la élite económica, amén de clases medias y populares por su credo afín con pentecostales y neopentecostales.



2) ¿Ya se conoce su plan de gobierno?

Silva defiende la independencia del Banco Central, la reducción del gasto público, salpicado de corrupción, la reducción de impuestos y la fijación de una estricta meta de inflación del 4% en 2016 y del 3% en 2019. Habla de una economía para el desarrollo sustentable que buscará su inserción en las cadenas globales de producción, pues nada justifica la reticencia a negociar nuevos frentes para el comercio de bienes y servicios. Brasil no debe quedar atado al inmovilismo del Mercosur, que más bien debería convertirse en un factor dinámico de comercio internacional, y de ahí que su gobierno que se abrirá a América del Sur, al Pacífico, a Estados Unidos, Unión Europea y China. Silva propone superar "la diplomacia paralela" de los últimos años, fortalecer Itamaraty para volcarse a una política externa en función al desarrollo de sus capacidades productivas, reorientando gradualmente su matriz energética. Al mismo tiempo apunta a una "democracia de alta intensidad", respetar pluralismo político, la independencia de poderes, respeto a los Derechos Humanos, una "gobernanza global" y compromiso por la paz. Marina Silva centra gran interés en la educación, principal palanca que considera imprescindible para conseguir justicia social. Lo corrobora una gran preparación en el tema: es doctora, fundadora del Cenpec (Centro de Estudos e Pesquisas em Educação, Cultura e Ação Comunitária), ONG de referencia en Brasil sobre educación. (Internet y Especial para Infolatam por Rogelio Núñez.)

3) ¿Cree que el tema del machismo y el abuso a las mujeres se convirtió en el tema central de la campaña en Bolivia?

En Bolivia existe una persistente actitud misógina como en todas las sociedades y culturas patriarcales, no en vano ostenta el bochornoso lugar donde ocurren más feminicidios y violencia doméstica en la región. Visibilizado el machismo, se ha convertido en un arma política de campaña, mientras se sigue matando mujeres y se vulneran sus derechos. Empezando por el presidente-candidato, Evo Morales, al que sí le permiten indignantes cometarios y coplas sobre mujeres, y quizás por eso socapa a su candidato a senador, quien tuvo la desfachatez de culpar a la forma de vestir de las mujeres, los casos de violación y feminicidios. Es un tema que no se soluciona con leyes, acusaciones y demandas, sino con educación y respeto a las mujeres, como parte del respeto a los Derechos Humanos, que tampoco se respetan.

4) Si el tema anterior es importante, también lo son los Derechos Humanos. En ese sentido, la gente no reacciona de la misma manera con el candidato Mario Orellana en Cochabamba.

No habiendo educación sobre Derechos Humanos, hay poca sensibilidad porque "no es conmigo" opina la gente. Con Orellana, el régimen reafirmó su naturaleza represiva: lo hizo apresar porque presentó la grabación donde el presidente-candidato Morales dice que a "las mujeres les gusta que les peguen porque son masoquistas" y que "la cumbre del G77 fue su mejor acto de campaña electoral en Santa Cruz". ¿A qué recuerda la práctica infame de raparle la cabeza a un detenido, como se hizo con Orellana? Las violaciones a los DDHH suman y siguen a merced excesos autoritarios del régimen en detrimento de la convivencia democrática.

El Día – Santa Cruz