Al mismo tiempo que Brasil, Uruguay va a las urnas este domingo. Y ambos comicios pueden marcar un cambio de vientos políticos en la región.La primera vuelta uruguaya tiene como favoritos al socialista Tabaré Vázquez, de la coalición izquierdista Frente Amplio (FA); y al liberal Luis Lacalle Pou, del histórico Partido Nacional (PN). Junto a ellos participan en la elección el conservador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado (PC); y el socialdemócrata Pablo Mieres, del Partido Independiente (PI).Las encuestas le dan al oficialista FA alrededor de un 42% de la intención de voto, mientras asignan al PN un 32%, 17% al PC y un 3% al PI.Dado que la Constitución uruguaya establece la segunda vuelta cuando ningún candidato obtiene el 50% más uno de los votos, es seguro que el país irá al ballotage, en cuyo caso el oficialismo no sería el mejor posicionado, ya que el PN y el PC se aliarían de manera automática.La cifra mágica de esta primera vuelta, que puede acercar o alejar la probabilidad de reproducción en el poder del FA es del 45%: si la logra o la supera sus posibilidades de triunfar en la segunda vuelta serían altas, pero si su resultado está por debajo de esa marca aumenta la chance de los partidos opositores de hacerse con la presidencia.La coalición de izquierda ya lleva 10 años en el poder, primero con Vázquez y recientemente con José Mujica, ex terrorista que representa a un ala más radical y populista del FA (nota: el grupo Tupamaros, que co-dirigió en los ´60, se alzó en armas contra varios gobiernos democráticos y se diluyó a poco de comenzar la dictadura militar).Aunque este frente que agrupa a socialistas, comunistas y ex “tupas” ha evitado el intervencionismo estatal en la economía, y ésta sigue creciendo a buen ritmo de mano de los privados, hay una creciente disconformidad de la ciudadanía en relación a temas como la educación, la inseguridad ciudadana, la inflación y la alta presión fiscal sobre la clase media.El FA ha sido incapaz de llevar a cabo la necesaria reforma educativa, en buena medida por el peso que tienen en su interior los inmovilistas sindicatos de la enseñanza, y los libros de primaria con la imagen del “Che” Guevara en la tapa son un indicador de que la tentación de adoctrinar ideológicamente a los niños sigue presente.Mientras el presidente Mujica mira para otro lado y declara que “Uruguay es el país más seguro de Sudamérica”, las cifras de homicidios de Montevideo ya superan a las de Brooklyn.La inflación, maquillada en los números oficiales a la usanza de otros países de la región, está en realidad situada en torno al 10%, compitiendo con Bolivia por el tercer lugar del ranking, que encabezan Venezuela (60%) y Argentina (40%).El Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) creado por el FA, que también pagan sobre sus sueldos los trabajadores de ingresos medios, completa el cuadro de las molestias ciudadanas.En este contexto de inconformidad, el oficialismo cometió un error importante al elegir un eslogan idéntico al utilizado por Evo Morales en Bolivia: “Vamos bien”. El resultado contraproducente obligó a cambiarlo hacia el final de la campaña por el más inteligente “Uruguay no se detiene”, pero podría ser demasiado tarde para el bloque de izquierda…[email protected]