“Si se produce un conflicto con Irán por su armamento nuclear, atacará mediante América Latina”

jmh.phpAsí lo afirmó Joseph Humire, experto en seguridad global y director ejecutivo del think tank estadounidense SFS, en entrevista para USA Hispanic, donde analiza la penetración de Irán en Latinoamérica, tema principal de su libro que sale a la venta este mesDelegaciones de militares iraníes que viajan a La Habana, vuelos directos entre Caracas y Teherán, visita de parlamentarios iraníes a Quito, un llamativo florecimiento de centros culturales iraníes en La Paz… Un acercamiento en los últimos años entre culturas que, a priori, no tienen nada en común que inquieta a Occidente. ¿Hasta dónde se alarga la alfombra persa en la región? ¿Qué busca Irán en Latinoamérica? Recientemente el Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), un think tank radicado en Washington DC que comenzó como un programa de Atlas Network y que en 2012 se estableció como centro independiente, publicó un informe en el cual se afirmaba que las autoridades venezolanas facilitaron al menos 173 pasaportes, visas y otros documentos a extremistas islámicos que intentaban entrar a América del Norte de manera desapercibida. USA Hispanic entrevista a Joseph Humire, veterano del cuerpo de los Marines, experto en seguridad global y director ejecutivo de este think tank, quien habla de dicho informe y de su nuevo libro titulado “La Penetración Estratégica de Irán en América Latina”, los cuales arrojan luz sobre las actividades de Irán en la zona.PREGUNTA.- ¿Qué está pasando en la frontera de Canadá?RESPUESTA.- El informe que publicamos toma como base dos reportes de la inteligencia canadiense, del CBSA (Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, el equivalente a nuestro Homeland Security), desclasificados en 2012, a los que se han sumado trabajo de campo en América Latina y el Caribe. Detectaron que tienen un gran problema con iraníes entrando en su país tratando de lograr un tipo de visado, un asilo, usando documentos fraudulentos. Documentos que no consiguen en la propia frontera, sino en el exterior, principalmente en América Latina; más específicamente, en Venezuela. Así pues, llegan mayormente por aire, no están pasando por la frontera terrestre. Vuelan de Caracas a Toronto, Ottawa o Montreal. Y ahí es donde están presentando su caso y haciendo el reclamo de refugiado. Muestran sus documentos; una visa, un pasaporte u otro tipo de documentación demostrando que son residentes de Venezuela. En algunos casos, se presentan incluso como ciudadanos venezolanos, cuando ni hablan español. Son islamistas radicales, provenientes de Oriente Medio, que ni siquiera vivieron o pasaron mucho tiempo en Venezuela. Llegan para agarrar sus documentos y se van. En ese sentido, la frontera Estados Unidos-Canadá no es la primera línea de peligro; es en América Latina misma donde está teniendo lugar este fenómeno.P.- ¿Qué busca Irán en América Latina?R.- En mi opinión, a largo plazo Irán está buscando crear un área de operaciones militar. Tras la Revolución Islámica de 1979 el nuevo régimen se dio cuenta de su desventaja comparativa, de que sus fuerzas y posicionamiento están desequilibrados con las de sus enemigos, Israel y Estados Unidos. Nosotros podemos permitirnos el lujo de pensar sólo cuando queremos en Irán, porque tenemos un mar que nos separa de ellos. En cambio, ellos no, porque rápidamente viendo un mapa salta a la vista que, junto a ellos, están Irak, Bahréin, Arabia Saudita, Afganistán… Es decir, Estados Unidos está por todo su alrededor. Cosa distinta sería si Irán estuviera en México o en Canadá. Si la presencia fuera más visible, estaríamos 100% preocupados. Ellos vieron que esa es una desventaja comparativa. En los últimos 30 años, muchas de sus acciones estratégicas han buscado suplir esa desventaja estratégica. Empezar a decir que nosotros también te podemos alcanzar, aunque Irán no sea la potencia que nosotros somos. Así que, por el momento, no van a poder tener sus buques en nuestro mar, o sus misiles mirando a nuestra tierra. Pero ellos operan de una manera asimétrica; lo que sí pueden tener es espías, agentes clandestinos, empresarios camuflados… porque Irán utiliza el terrorismo como su primera línea de defensa.Por tanto, su estrategia de largo plazo es crear un área de operaciones para poder operar libremente como nosotros lo hacemos en Oriente Medio, o parecido. Y, para llegar a ese punto, a corto plazo necesitan tener algún tipo de nexo con la región, porque históricamente el continente americano no tiene muchos vínculos con Irán, no hay mucha historia cultural, ni siquiera en términos de religión. Son prácticamente dos mundos aparte. Hasta que encontraron este vínculo en América Latina, comenzando un nefasto proyecto en la década de los 80.Su plan ha pasado por varias fases. Al principio, los 80 y 90 fueron una época de gran actividad en términos clandestinos, en la que tuvieron algunos “éxitos”. Todos recordamos el terrible ataque de 1992 contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, donde murieron 29 personas y 242 resultaron heridas, y el atentado de 1994 contra la AMIA [Asociación Mutual Israelita Argentina], también en Buenos Aires, donde perdieron la vida 85 personas y hubo más de 300 heridos. De todas formas, esta actividad en realidad les hizo daño, porque después de aquello su imagen ha decaído, obligándoles a bajar el perfil de una u otra manera. Así hasta 1999, cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela; entonces empezaron a ver que había otro impulso.De 2005 en adelante, arrancaron este nuevo proyecto, un año después de que Chávez comenzara con el ALBA, una coalición de regímenes socialistas y populistas cuyo principio unificador es su hostilidad hacia Estados Unidos. Este organismo, del cual Irán es miembro observador (siempre hay un delegado iraní que está en sus reuniones, y sus embajadores están constantemente reuniéndose), le dio muchas ventajas a Irán. Hay por tanto una relación muy cercana, y eso les ha ayudado a abrir vías diplomáticas, económicas… de gran ayuda para tener también acuerdos de inteligencia. Así, si el objetivo a largo plazo es tener un área de operaciones militar, a corto plazo es tener carreteras, caminos, comunicaciones de inteligencia para poder entrar clandestinamente en el hemisferio occidental, desde Canadá hasta Argentina. En los servicios militares se reconoce que la inteligencia prepara las operaciones, entonces esta operación iraní en América Latina, que fue mayormente enfocada en inteligencia por los últimos 30 años, está entrando en una etapa más operativa, y eso lo estamos viendo en países como Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Bolivia… El libro y el informe tratan sobre cómo lo están haciendo y el peligro que supone para los Estados Unidos, Canada y Latinoamérica.P. En vista de las circunstancias, ¿hasta qué punto supone la penetración de Irán en América Latina una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos?R.- Yo creo que es una de las principales amenazas. Se escucha mucho de ISIS, de Al Qaeda, de Boko Haram, etc. Efectivamente Al Qaeda fue la responsable del ataque más grande en Estados Unidos, y el Estado Islámico está creando terror por todo el Medio Oriente, pero si preguntas a muchos de los expertos y a gente que sabe de terrorismo islámico, y que venían investigando este tema antes del 9/11, te dicen que Al Qaeda es el “equipo B”, siendo el grupo terrorista libanés de Hezbolá el “A”, el mejor capacitado, el más peligroso. Más que todo porque tienen el apoyo directo de un estado. Hay cantidad de documentación y evidencia que demuestra que Hezbolá es parte del aparato de seguridad nacional de Irán: fue fundado, criado, entrenado por el cuerpo Pasdaran, la Guardia Revolucionaria iraní. Y es su primera línea de defensa, a quien utilizan para atacar sin perjudicar su imagen de país. Bulgaria, India, Tailandia y otros países han tenido ataques de Hezbolá en los últimos años y el grupo terrorista libanés también ha atacado a Estados Unidos en varias ocasiones en el Medio Oriente. En 1983 y 1984, en Beirut (Líbano); en 1996, en Khobar (Arabia Saudita). También atacó a objetivos israelíes en América Latina a comienzos de los 90, como antes decía. El grupo libanés tiene mucha capacidad, y en ese sentido tenemos que estar muy vigilantes a ese tipo de actuaciones. No opera como Al Qaeda o ISIS, que es más “brutal”. Busca objetivos, pequeños o grandes, lo estudian por varios años y después tratan de atacarlo. Es mucho más “estratégico”, y operan como una mafia, penetrando muy profundo en las comunidades. Utilizan mucho el vínculo con comunidades islámicas para radicalizarlas y llevarlas hacia su camino. Están mucho más capacitados en ese sentido, y por eso su relación con Irán y el que Irán esté buscando un arma nuclear son amenazas que se combinan no sólo para Estados Unidos, sino para todos los países democráticos de América Latina.4. Además de este informe, en su audiencia ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes apuntaba a una práctica iraní de recurrir a intercambios culturales como estrategia de penetración. ¿Cómo desarrollan estas actividades?Ellos no distinguen entre religión y estado, entre sociedad civil y gobierno, por lo que utilizan mucho ONGs, mezquitas y centros culturales como armas del estado. Como dijo el fiscal argentino Alberto Nisman, que investiga el atentado de la AMIA en Buenos Aires, son “antenas de la Revolución Islámica”. En ese sentido, hicieron un estudio enorme de la región, hasta el punto en que puede ser que Irán conozca América Latina mejor que Estados Unidos, porque están estudiando desde el nivel más de grassroots, de la base social. Por ejemplo, en Bolivia y en Perú tienen vinculación con grupos indígenas que ni siquiera nosotros sabemos quiénes son. Grupos de aimaras, chiquitanos, quechuas, grupos que no están olvidados por la política boliviana o peruana, pero sí por la exterior.Irán conoce a esta gente, sabe cómo operan porque para ellos la parte cultural es muy importante. Entienden eso porque en su vecindario, en Oriente Medio, mismamente en Siria, tienen varios grupos indígenas que luchan entre sí; alawis, yahzidis, chiitas, sunitas… Irán está por tanto descendiendo a la capa más primaria de la sociedad, con la mentalidad de que si quieren penetrar el poder, la política de América Latina, tienen que entender su mentalidad de la manera más profunda. En este sentido, los centros de cultura que han instalado en los últimos años les dan esa capacidad; son como servicios de inteligencia que les colectan y pasan información de lo que se enteran. Tejen redes de inteligencia, y cuando hay oportunidades, reclutan a algunas de esas personas para que se conviertan en agentes suyos.Contrarrestar esta estrategia de penetración no es fácil. De alguna forma, se enmarca dentro de la “batalla de las ideas”, porque el potencial que puede tener Irán en América Latina depende de la fuerza que pueda tener el chavismo o el proyecto bolivariano en América Latina. Porque si la idea de los cubanos se cae, Irán ya no tiene una puerta de entrada, tendría que regresar a trabajar clandestinamente, pedacito a pedacito, y eso no les conviene.P.- ¿Hasta qué punto estos centros de los que habla pueden suponer una amenaza para el cristianismo en América Latina?R.- Por el momento no hay ningún país en América Latina en el que haya peligro de que el islam se convierta en la religión mayoritaria. No creo que vaya a pasar en los próximos años. El único sitio donde estoy viendo que hay una conversión más rápida de lo normal es en el sur de México, en Chiapas. Ahí están teniendo algo más de éxito, y la gente está adoptando su ideología más rápido de lo normal. El otro lugar sería Brasil.De hecho, si miras todos los índices, a pesar de esos centros el islam no está creciendo como religión en América Latina. Así pues, ¿cuál es su propósito? Uno es de inteligencia; el otro es radicalizar a los pueblos latinos. Si una persona entra en un centro cultural islámico, sea chiita o sunita (si es chiita, de Irán mayoritariamente; si es sunita, de Arabia Saudita principalmente) y dice: “Quiero ser musulmán”, le van a ayudar, eso está claro. Pero insisto, si se miran las estadísticas, se ve que no están teniendo éxito.En cada país de América Latina hay comunidades islámicas; en países como Argentina hay más, y en otros como Costa Rica hay menos. Ellos están buscando entrar en estas comunidades, cambiar su ideología, radicalizarlas y volverlas en contra de Israel y Estados Unidos. El islam y la religión no son el problema, porque hay comunidades islámicas que son más moderadas, sino la gente que los radicaliza.P.- A propósito de Brasil, ¿dónde se enmarca en todo este esquema?R.- Como decía, ahí la comunidad islámica está creciendo más. Tiene alrededor de un millón de musulmanes, lo cual no es mucho para el número total de habitantes. Pero está creciendo. Ahora, con el Mundial de Fútbol, ha llegado mucha gente de países de Oriente Medio, con sus equipos representantes, etc. Organizaron varias actividades, y sé que la embajada de Irán estuvo muy encima de esto, tratando de tomar ventaja de la copa mundial para acercarse más al país.Brasil sería un premio político de primer orden para Irán; si pueden tener muchos más lazos, de política más arriba, a nivel presidencial, pueden tener mucho más éxito en la región, pero es complicado, porque Brasil es un jugador en el mundo geopolítico y tampoco puede hacer cosas muy controversiales, especialmente en un año electoral.En este sentido, con Dilma Rousseff ha habido un distanciamiento entre Brasilia y Teherán. Como me explicó una persona de alto cargo allá, superficialmente Dilma no quiere parecer que es enemiga de Israel y de Estados Unidos por el Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016. Ellos quieren ser amigos de todo el mundo.Pero hay que recordar que detrás de Dilma está el Partido de los Trabajadores (PT), que sigue vinculado con Lula da Silva, que mantiene muy buena relación con Irán, al igual que el partido. De hecho, Irán tiene más vínculos en Brasil en el nivel parlamentario y de ministros que en otros países de la región, a excepción de Venezuela. Por tanto, yo creo que ahora, una vez que hayan pasado el Mundial y las elecciones, se volverá a producir un acercamiento de Brasil a Irán, tal vez no a nivel presidencial por cuestiones de imagen, pero sí a nivel de parlamentarios, ministros, policía e inteligencia. Pero claro, si Dilma pierde las elecciones en Brasil, todo puede cambiar.P.- Otra de las cuestiones que tienen más relevancia en este momento son las conversaciones sobre energía nuclear que están teniendo lugar entre las primeras potencias e Irán. ¿Cómo ve este asunto?R.- Irán está en negociaciones con el mundo, principalmente con Estados Unidos, pero también con el P5+1. Están tratando de convencer al mundo de que quieren ser una potencia nuclear pero no para armamento, sino para su consumo doméstico. Están en un programa de propaganda mundial, pero sabemos lo que pasa cuando este tipo de negociaciones no les va bien: Hezbolá está a una cancha de distancia para empezar a actuar. Un ejemplo claro fue el atentado de la AMIA. Según la investigación de Nisman, estuvo causada por un fallo de la negociación entre Argentina e Irán sobre apoyo nuclear a la República Islámica. Siempre que hay negociaciones entre Irán y otros hay que mirar en las sombras, porque siempre está Hezbolá. Si finalmente hay un conflicto por su armamento nuclear, tengo por seguro que Irán va a atacar a Estados Unidos e Israel mediante América Latina.P.- ¿Ha advertido algún cambio en estas dinámicas con el cambio de gobierno en Teherán? ¿Cree que las conversaciones con el P5+1 y una apuesta más firme por la diplomacia pueden relegar esta estrategia de penetración a un segundo plano?R.- Hay un cambio de retórica. Ahmadineyad tenía su propio estilo. Hay que entender su ascendencia en la política iraní. Él no era un político tradicional, era alguien que venía de las fuerzas revolucionarias, era un militar que trabajó mucho con la inteligencia, que llegó a tener mucho poder y el favor del líder supremo y de los ayatolás. Aunque Irán tiene presidentes, no es una democracia como Estados Unidos o como muchos países de América Latina. Ahí quien toma las decisiones es el Ayatollah Alí Jamenei, que se llama líder supremo por algo. Y hay un grupo de clérigos que asesoran al presidente, pero yo creo que realmente lo que le dan son órdenes. Tenía el favor del líder supremo, pues, pero su retórica era muy violenta. Le encantaba provocar y por eso creo que se llevaba bien con Hugo Chávez. Los dos eran ex militares, eran carismáticos y les gustaba hablar, y ambos en su momento tenían una gran popularidad en su país. La diferencia es que los ayatolás llegaron al desacuerdo con Ahmadineyad en los últimos años de su presidencia. En 2005 y 2006, cuando subió a la presidencia, había una guerra en Irak y su nacionalismo les convenía. Pero en los últimos años su fuerte retórica estaba haciendo daño, porque estaba provocando que se impusieran más sanciones sobre el país y que la comunidad internacional mirara mal a Irán. Así hasta el extremo de que Ahmadineyad casi fue arrestado cuando dejó la presidencia, algo que mucha gente no sabe.Hassan Rouhaní es otra persona, que también tiene mucha confianza y acceso al líder supremo pero que no viene de la trayectoria de Ahmadineyad. Es mucho más diplomático, tiene una retórica mucho más educada y sabe hablar. Esto refleja más la cultura persa. ¿Quién no ha entrado en una tienda regentada por iraníes, de alfombras persas o un restaurante, y no salió comprando algo? Los persas por naturaleza son buenos vendedores, y Rouhaní es uno de los mejores. Y es reconocido en su país por ello. Ahora, su papel es vender el programa nuclear al mundo. Por eso le eligieron.En cuanto a América Latina, es lo mismo. Rouhaní va a buscar más legitimidad. Ahmadineyad abrió la puerta con los países del ALBA, principalmente con Venezuela, pero incrementó mucho su relación con Bolivia, Ecuador y otros. Ahora le toca a Rouhaní entrar y “decorar la casa”, para tener también relaciones con Brasil, México, Chile, Colombia, Perú, con países fuera del ALBA. Al poco de ser elegido dijo que estrecharía su relación con América Latina. Hace poco una delegación iraní estuvo en Colombia y Chile reforzando sus relaciones.Creo que otro de los países que van a enfocar son El Salvador, por el hecho de que hay un presidente más radical que el anterior; México, Argentina y Brasil siempre están en el plan por ser poderes regionales; y no debe olvidarse que también tienen embajadas en países de la Alianza del Pacífico, como Colombia y Chile. El hecho de que Irán tenga embajada en un país da a entender que está enfocado ahí.México es lo más obvio, para “atrapar” a Estados Unidos por el norte y por el sur. De hecho, su embajada en DF está muy activa. Recientemente hubo un caso que salió a la luz, un documental de Univisión emitido en diciembre de 2011, titulado: La amenaza iraní. Ahí se contaba cómo la embajada iraní en DF reclutaba a estudiantes de cibernética de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), tratando de contratarlos para que accedieran a los servidores de instalaciones de defensa de Estados Unidos. Todo fue grabado, y el embajador de Irán en México de entonces, Mohammad Hassan Ghadiri, hablaba claramente de esto, de lanzar un ataque cibernético hacia Estados Unidos. Y se metió en esa conversación la cónsul de Venezuela en Miami. Por ese mismo hecho, fue expulsada del país, a lo cual en respuesta Venezuela cerró su consulado, a pesar de que la mayoría de venezolanos en Estados Unidos viven en Miami. Es decir, hay evidencia pública de todo esto. Pero sin duda hace mucho más de lo que vemos.P.- En el informe y el libro también se habla de un fuerte involucramiento de Cuba en este esquema. ¿Qué papel juega La Habana en todo este asunto?R.- La relación de Irán en América Latina, cuando empezó en 1983, comenzó con Cuba. Muchos de esos países tenían relación diplomática con Irán antes de la Revolución Islámica. También relaciones comerciales ya en los 40 y 50, y creo que las primeras embajadas empezaron a principios del siglo XX. Tras la Revolución iraní, hablamos de un Irán diferente, y muchas embajadas que tenían en América Latina no cerraron pero sí congelaron su actividad, porque no tenían relaciones oficiales. El primer país que reconoció la nueva República Islámica de Irán fue Cuba; después vinieron los demás.Fidel Castro siempre ha tenido una buena relación con los ayatolás. Incluso hay rumores de que viajó a Irán varias veces para ayudar en la formación de la Guardia Revolucionaria, y viceversa. Ahora, en el mundo post-Chávez, con todos los problemas que tiene Venezuela, creo que otra vez la relación está siendo manejada por Cuba. Creo que cuando estaba vivo, los cubanos le daban un poco más de autonomía a Chávez para manejar este tipo de cosas, porque estaba muy capacitado. Pero ahora no creo que tengan ese mismo nivel de confianza en Nicolás Maduro.Así pues, Cuba sigue siendo el principal lazo de Irán en América Latina; empezó con ellos y sigue con ellos. Venezuela sigue siendo muy importante, pero con los problemas que tiene, creo que ahora van a intentar buscar a otros. Bolivia es uno de ellos, es un aliado mucho más grande de lo que lo era antes. Evo Morales se ha acercado a Irán de forma muy acelerada. Un reportaje de El País, de España, afirmaba hace algún tiempo que Irán tiene por lo menos 145 diplomáticos en Bolivia, con credenciales. En comparación, creo que la representación de España ahí varía entre 8 y 10. Y España y Bolivia tienen mucha más relación, historia, etc. Al mismo tiempo, varios contactos en la zona me dicen que son más, en torno a 500 o hasta 1.000 iraníes operando en Bolivia. Por eso creo que Bolivia está muy clave en el juego.Y para mover lo que llamé la “estrategia 3.0” de Irán en América Latina, yo miraría a países como Perú, porque lo que Venezuela tenía en su momento era una gran cantidad de recursos de petróleo, que podían ayudar al proyecto bolivariano. Eso se les está acabando, el país está explotando. Un país que tiene mucho petróleo (además de otros minerales; recordemos que el precio de éstos ha subido), que no ha sido explorado todavía y que ha crecido mucho económicamente, es Perú. Si se estudia de cerca la política de Lima, se sabe que Ollanta Humala no ha hecho casi nada. Ha sido un presidente muy controlado por varios partidos, y últimamente ha tenido casos de corrupción y escándalos que le afectaron. Está prohibido que se presente a la reelección. Entonces la que quiere postular es su esposa, Nadine Heredia, que está muy vinculada con las comunidades indígenas del país, las mismas que tienen conexiones con Sendero Luminoso y los narcotraficantes. Irán está trabajando en Perú con estos mismos grupos. Hay informes de que agentes clandestinos lo están. Si ella gana la presidencia, creo que tratarán de mejorar esa relación.P.- Cada vez más se advierte el alineamiento de dos bloques; por un lado, el eje bolivariano, personalizado en el ALBA y respaldado por Irán. Por otro, la Alianza del Pacífico, más cercana a Estados Unidos. Una ecuación a la que además se suman las variables de China y Rusia, con mucho interés económico en la región. ¿Ve usted una nueva Guerra Fría cultural y militar, esta vez representada en un teatro de acciones latinoamericano?R.- Sí, aunque no sería la misma Guerra Fría de antes. Aunque estamos viendo la Alianza del Pacífico como opuesta al ALBA, y en términos económicos sí lo son (son países que creen en el libre comercio), más allá del Tratado su política es muy frágil. En México Peña Nieto está enfrentando una amenaza enorme del narcotráfico y el crimen trasnacional. En Colombia acaban de salir de una elección, en medio de una negociación de paz con uno de los grupos más violentos de América Latina, las FARC. En Perú, acabamos de ver cómo puede cambiar la política. Y Chile, el país más desarrollado de América Latina, está otra vez manejado por los socialistas, por Bachelet. Así, la pregunta es: ¿es ésta la alianza de libertad que quieres promover en América Latina para confrontar al nuevo comunismo? Santos ya está plenamente vinculado en negociaciones con ellos; Bachelet siempre lo ha estado, y Humala y Nadine, también. Así pues, no me parecen un gran aliado, pero al mismo tiempo sí son nuestra mejor oportunidad. Zuluaga en Colombia hubiera supuesto un buen contrapunto a esto, por lo que creo que, en adelante, mucho dependerá de lo que suceda en las próximas elecciones en Perú. Si Perú, Colombia y México van más al lado de la democracia y de la libertad, Chile se quedará más tranquilo, porque es un país que se enfoca mucho más en lo interno en vez de inmiscuirse en cuestiones de sus vecinos, y creo que Bachelet puede ser más moderada de lo que lo fue antes. Si no, podría ser peor y más radical. Hay muchas oportunidades para empezar a hacerlo.Es importante, porque la amenaza no viene simplemente de Irán, que es un pedazo del juego; realmente los otros dos pedazos más grandes, enormes, son Rusia y China, porque donde la potencia de Irán termina es donde la de las otras dos comienza. Especialmente China, que está creciendo muchísimo en América Latina. Tiene lazos económicos con muchos países, no sólo del ALBA, sino también con Brasil, México, Argentina y Chile. Y, como ya sucediera en la Guerra Fría, Rusia está comenzando a aumentar su presencia en la región. Están hablando de tener bases logísticas, militares, y de firmar muchos acuerdos en tema nuclear. Hay científicos rusos de nuevo entrando en Argentina, abriendo la cuarta planta nuclear del país.Con los programas de no proliferación de armas nucleares, los argentinos habían frenado su programa nuclear, en los 80-90, y es una de las razones por las que Irán les atacó, ya que esperaban recibir tecnología nuclear argentina y no querían que dejaran el programa. Pero en los últimos años de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner están reactivando el programa. Tienen en Bariloche un centro de capacitación que en su momento era muy famoso, y que de nuevo está en funcionamiento, con rusos ingresando como instructores, según tengo entendido. Y China recientemente firmó un acuerdo con Argentina para financiar ese cuarto reactor. Porque Argentina no está ahora como para financiar este tipo de proyectos. En cualquier caso, es claro que Argentina otra vez se está metiendo en el juego nuclear. Y en Nicaragua están creando un centro de capacitación de crimen transnacional…P.- ¿Observa usted un potencial alineamiento de los intereses de Teherán, Moscú y Pekín?R.- Aunque hay diferencias entre sus intereses y objetivos en América Latina, hay algo importante en común: su objetivo de largo plazo de cambiar el orden mundial (porque Irán también tiene el mismo problema que China y que Rusia: la hegemonía de Estados Unidos por el mundo). Como hemos comentado, que sea un área de operaciones, donde puedan tener más acceso. En ese sentido, hay mucha cooperación. Fuera de América Latina, Irán provee mucho del petróleo que China consume, Rusia provee mucho armamento que Irán y Siria compran, y Rusia y China tienen una relación mucho más cercana en temas de cibernética e inteligencia. Por lo que hay una conexión entre los tres más allá de América Latina, pero creo que es Latinoamérica la región donde pueden tener los intereses más en paralelo, porque África está demasiado subdesarrollada. Además, Estados Unidos está geográficamente cerca, y eso les interesa mucho.En mi opinión, Edward Snowden más o menos demostró esto. Si hubiera terminado su ruta donde inicialmente quería, en cierto modo hubiera demostrado la ruta de la alianza, del eje que se está creando; primero, a Hong Kong, controlado por Pekín; después, a Moscú. Posteriormente iba a viajar a La Habana, para acabar recalando al final en Caracas o Quito. Sólo le faltaba hacer escala en Teherán, pero probablemente eso hubiera sido excesivamente polémico. Él demostró de alguna forma que estos países tienen relaciones mucho más cercanas de lo que conocemos, mayormente en el tema de inteligencia.P.- Y Canadá, ¿cómo cree que debe reforzar sus fronteras para evitar dar acceso a extremistas?R.- El proceso de solicitud de refugiado en Canadá es mucho más suave que en la mayoría de los países, y los canadienses lo saben. Son un país muy agradable y amigable, con refugiados de muchas nacionalidades, no sólo de Irán, también de Pakistán, China, México… Pero, desgraciadamente, hay quien ve eso como una debilidad y trata de penetrarlo. Canadá es particularmente vulnerable a estos planes debido a su alto nivel de aceptación (86 por ciento) de solicitudes de asilo iraníes.En los últimos años está reconociendo esto y está reforzando la seguridad. El ex ministro de Inmigración, Jason Kenney (2008-2013), hizo muchos esfuerzos para mejorar el sistema, permitiendo que pueda entrar la gente que realmente quiere trabajar y ser productivos para el país, separándolos de aquellos que quieren llegar para asuntos criminales o promover una ideología radical. En ese sentido, comenzó análisis biométricos, pre-screening (evaluación previa), formularios en la web y más iniciativas que tenemos en Estados Unidos. Unas medidas que, además, no están perjudicando el flujo de personas, capital y bienes que pasan por la frontera, porque Canadá y Estados Unidos tienen una de las relaciones comerciales más importantes del mundo, algo que no hay que perjudicar ni impactar.Así pues, están desarrollando unas iniciativas excelentes. Pero por sí solas no bastan. Testifiqué ante el Parlamento canadiense en 2012, cuando estaban implementando estas medidas, y mi principal recomendación fue que reforzaran además su sistema de recolección de información y de inteligencia. Toda la tecnología y los sistemas modernos no servirán para nada si no tienen información de las personas que llegan. Cuando alguien se presenta en la frontera, cuenta con un 50% de posibilidades de entrar. Tienes que pararlo antes, sobre todo en un contexto en el que los terroristas trabajan de forma transnacional, se comunican, viajan de un país a otro…. Si un oficial de aduanas en un aeropuerto se enfrenta a una persona con documentación falsa, quizá pueda darse cuenta de que algún dato no corresponde, de que algo no encaja a pesar de que sea la misma persona de la foto. Lo mete en el sistema, pero si no tiene nada de ese individuo, ninguna información que pueda corroborar, no sirven de nada los escáneres biométricos, de retina, etc.Por tanto, el foco de la seguridad de inmigración no debería ser las fronteras, sino la inteligencia en el exterior. En este sentido, una debilidad que Canadá siempre ha tenido es su desconocimiento de las redes clandestinas que operan en América Latina; ellos mismos lo saben. Así pues, si iban a invertir tanto dinero en modernizar su servicio de inmigración, también debían de invertir algo en cuestiones de recolección de inteligencia al respecto en Latinoamérica.Además, tienen una situación mejor que Estados Unidos para ello, ya que nosotros no tenemos buena presencia en muchos países del ALBA porque expulsaron a nuestros embajadores, o las embajadas están muy débiles. Canadá, sin embargo, no; sigue con embajadas en Venezuela, en Bolivia, en Cuba, por lo que pueden empezar a tener una mejor información de lo que ahí está pasando. Y esto es un debate que está teniendo lugar en Canadá en este momento, porque siempre que se recoge información de inteligencia existe una preocupación de que se pueda estar violando la soberanía del otro país, o los derechos y libertades civiles de los ciudadanos. Una pregunta que es más amplia, no sólo para Canadá, sino que supone un reto en general para toda la inteligencia.P.- ¿Cómo ve a Estados Unidos preparado para responder a estos retos?R.- Al mismo tiempo que Rusia, Irán y China están aumentando sus actividades en América Latina, el Comando Sur y el Departamento de Defensa están recortando sus presupuestos, y tratando de trabajar con menos en la región. Creo que las embajadas que tenemos en América Latina están mucho menos capacitadas que antes, y muchos de los acuerdos militares y diplomáticos ya no están tan activos como antes. Pero eso no quiere decir que no tengamos relación. Hay muchas maniobras regulares de entrenamiento y tareas humanitarias que se siguen realizando. Pero el balance de poder está cambiando.Además, hay otro tema respecto a cómo se procesa la información. Ahora ésta se mueve mucho más rápido. Hay cosas que están pasando en el mundo y en Latinoamérica que a veces ni los analistas de acá en Washington se dan cuenta de que están sucediendo hasta que se genera una crisis. Muchos analistas en Washington han nacido aquí, trabajan para el gobierno y ven la política de seguridad y de defensa en clave de qué es lo mejor para Estados Unidos y hacia fuera. Esta dinámica está cambiando, no sólo en la política exterior y en muchos otros temas como inteligencia, sino también en los think tanks, porque el mundo está mucho más globalizado de lo que lo estaba cuando empezaron estos centros. Nosotros procuramos mirar de fuera adentro. Somos un think tank muy pequeño para los estándares de DC, pero nos enfocamos en traer el conocimiento local de otras partes hacia Washington. Trabajamos con más de 140 expertos de seguridad en 30 países, con gente que ha llegado a ser ministro de defensa o generales de su país, etc., y que son el capital humano de nuestro centro. Nuestro enfoque es crear una red que pueda apoyar una seguridad global que sea vinculada con la libertad económica y política y tiene una visión más amplia de la sociedad libre. En este sentido, estamos creciendo y cada vez nos invitan más a testificar en el Congreso estadounidense o canadiense o en varios parlamentos por todo el mundo para hacer briefings privados. Nuestra red está creciendo, nuestro labor igual, y queremos ampliar, llegando a unas 1.000 personas en 100 países.USA Hispanic Press