Un Tribunal Supremo Electoral tan parcializado como incompetente no puede seguir administrando los procesos de votación en el país, particularmente los comicios regionales que ya se acercan.La renuncia de los vocales del TSE debería ser un objetivo fundamental, no solo para la oposición sino de todas las organizaciones de la sociedad civil que apuesten por la transparencia y la calidad democrática.Los fallidos conductores del Órgano Electoral tendrían que ser sustituidos por personalidades de reconocida trayectoria, seleccionadas con criterio meritocrático.Estos nuevos vocales serían los encargados de llevar a cabo una auditoría, tanto del padrón como del sistema informático del tribunal, además de revisar las actas cuestionadas por graves irregularidades.Por supuesto, todo lo anterior pertenece al reino del deber ser, pero es bastante improbable en el Estado Plurinacional copado por el autoritarismo masista…[email protected]