En el marco del guión seudo-conciliatorio elaborado por sus asesores para la campaña electoral, Evo Morales había declarado en su discurso presidencial del 1 de agosto que “se terminó el tiempo de la confrontación en Bolivia”, añadiendo que él “no le haría daño a ningún opositor”.Pasados los comicios, el viejo estilo autoritario del caudillo cocalero sale a relucir nuevamente con el arresto, instigado desde el Ministerio de Medio Ambiente, del hijo del principal candidato opositor.Hoy día, también se conoció del recrudecimiento de la ofensiva judicial contra el alcalde de Trinidad Moisés Shiriqui, referente junto a Ernesto Suárez de la resistencia al proyecto totalitario en el Beni, departamento donde el oficialismo sufrió su revés más importante.En el primer caso estamos ante una represalia familiar, probablemente por los cuestionamientos de Doria Medina contra las irregularidades electorales; mientras que en el segundo caso tenemos un intento de neutralizar a uno de los candidatos más fuertes de las fuerzas democráticas, de cara a las elecciones municipales del 1 de marzo…[email protected]