Santa Cruz de los miedos

Wendy Guerra y William NavarretewendyEstamos en el aire, ya lejos de Santa Cruz de la Sierra. El alma regresa al cuerpo.Llegamos con la ilusión de un foro ideal al que invitamos a algunos de nuestros más admirados y queridos colegas iberoamericanos.¿Cómo surgió la idea de este encuentro literario?El ingeniero cruceño Mario Terceros, durante su visita a La Habana a finales de 2013, acarició la maravillosa posibilidad de montar un festival de las letras en su ciudad. Tras su hermoso gesto, y teniendo en cuenta que desde Cuba cuesta comunicar con el mundo, convenimos incorporar a esta génesis al escritor cubano residente en París, William Navarrete, quien ayudó en una logística creativa que, desde La Habana, resultaba imposible realizar. Ambos inmediatamente nos comunicamos con Edmundo Paz Soldán, quien, en buena ley, era el escritor llamado a llevar este barco a buen puerto.¿Qué sucedió entonces?A Bolivia llegamos. El viaje literario y cultural se convirtió en una novela de Milán Kundera con elementos de su compatriota Kafka salpicado de una especie de surrealismo vernáculo. Dejamos de ser los creadores de este evento para convertirnos en los defensores de la sanidad y la coherencia. Me pregunto si los coordinadores bolivianos habrán entendido que allí aún no existen las condiciones requeridas para llevar a cabo un evento de esta magnitud.- ¿Puede existir un festival de las letras en un país en el que se le teme a las palabras, donde la frontera entre libertad de expresión y la censura es puro limbo?- ¿Pueden recibir los intermediarios de la cultura a autores que nunca han leído, o aceptar conferencias de las que desconocen con anticipación el tema que abordarán?Sobre esto opinó en el diario El Deber el funcionario Homero Carvalho:»La conferencia podría haber generado molestias o confusión entre los asistentes, porque tocaba temas netamente políticos, así que les comentamos nuestras inquietudes a ambos» … «Después de hablar con ellos les dijimos que la decisión de seguir adelante o no con la actividad era suya. Finalmente, prefirieron no hacerla»… «Quizás el error fue nuestro, al permitir que se incluya en el programa esta conferencia, pero se llegó a una solución pertinente» (citas textuales del mencionado diario).Sí, tiene toda la razón el también autor boliviano: el error fue no censurarnos desde el inicio.Asomó la costumbre de no arrostrar nunca al interlocutor, de dirigirse a los hombres para que fueran ellos quienes decidirían por las mujeres y, sobre todo, no aceptar críticas… mucho menos sugerencias.La conferencia Cuba por dentro y por fuera:Nunca ocurrió.William Navarrete fue el designado para escuchar de boca de Cecilia Kenning, directora de APAC (Asociación Pro Arte Cultura) que el funcionario municipal de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, también escritor local, recibió órdenes del gobierno de Evo Morales de evitar a toda costa nuestra tribuna o, de realizarla, bajar entonces el tono con respecto al tema cubano.¿Será esto cierto?¿Alguien nos puede explicar cómo dos cubanos pueden bajarle el tono a su monotema?(nos preguntamos, de paso, cómo se puede adivinar «el tono» de una conferencia inédita que sólo existía hasta el momento en nuestras cabezas).¿Quiénes dieron realmente estas órdenes?Desoírlos implicaba renunciar por parte del festival a los fondos prometidos por la oficialidad, tanto en lo ya invertido en esta primera edición… como en las venideras.¿Es hoy el tema cubano intocable en Bolivia?Siendo cubanos vivimos en lugares diferentes. Wendy Guerra en Cuba, isla donde se le ningunea y simplemente no la dejan existir públicamente. William Navarrete en París desde hace 25 años, sin la posibilidad de publicar una línea en su país de origen.Ante las presiones, se decidió clausurar el festival sin la presencia de sus gestores: nosotros. La vocera ofreció al público una excusa: estábamos enfermos.Cuba por dentro y por fuera sigue siendo un triste y enjundioso tópico.Diez minutos después estábamos de patas en la calle de vuelta al hotel… Las comunicaciones con la directiva quedaron reducidas a un lejano trato a través de subalternos que, en significativos casos, con grosería y violencia contenida, condujeron un accidentado viaje final hasta las recónditas y sublimes misiones jesuíticas de San Javier y Concepción, en la Chiquitanía camba.El modelo cubano de alto control, vigilancia, desórdenes, gritos, vulgaridad, música alta, caos, apagón, improvisación y angustia se repitió en esa ruta hacia la divina música barroco indigenista.El coro de niños y jóvenes de la misión de La Concepción, sus armoniosos instrumentos acústicos y su generosidad fue el bálsamo al final del interminable viaje.La prensa nos llamaba para pedir declaraciones, y como la dirección de APAC nos rogó que no las diéramos, las improvisó. Los funcionarios en ejercicio de autodefensa rompieron el pacto y aludieron que lo sucedido no era censura.ELMUNDO.es tiene la primicia de lo sucedido.Pedimos disculpas a los escritores Katya Adaui, Carlos Cortés, Ángeles González Sinde, José Adiak Montoya, Inma Turbao y Jorge Volpi por tan lamentables sucesos. A los lectores bolivianos por nuestra involuntaria ausencia y a las intelectuales y artistas de ese país por el muro infranqueable que como cubanos no logramos rebasar.Sirva esta denuncia para que la Historia no se repita. Que en su segunda edición, Santa Cruz de las Letras no se convierta en Santa Cruz de los Miedos.El Mundo – España (Blog Habáname)Ver también:Censura cultural en el evismoCarta motivada por la censura