Tres generaciones buscan sin éxito los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz

El caso se ventila ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La travesía en busca del cuerpo de Marcelo Quiroga Santa Cruz la inició su madre, la continuó su esposa, quien murió el mes pasado. La prosiguen sus hijos.

image



El líder socialista boliviano fue asesinado el 17 de julio de 1980.

Página Siete / La Paz

Desde que el país retomó  la senda democrática, la familia de Marcelo Quiroga Santa Cruz envió cartas a todos los presidentes al inicio de sus mandatos. En las misivas, los familiares siempre pedían que se realicen las gestiones  necesarias  para dar con los restos del líder socialista.

Así comenzó un periplo que se  inició con las gestiones de la madre de Marcelo, Elena Santa Cruz, el mismo día de su desaparición; la posta la  continuó su esposa María Cristina Trigo, quien falleció a fines de diciembre de 2014. Ahora,   prosiguen esa tarea sus dos hijos, María Soledad  y Rodrigo.

«Desde el año 80 hasta el año 2010, hemos desarrollado un sinnúmero de gestiones, y han sido tres generaciones que han estado dedicadas a esta tarea. Mi abuela, primero; mi madre y luego mi hermano y yo. Tres generaciones, durante más de 30 años, sin resultados”, comenta  María Soledad Quiroga. 

Marcelo fue asesinado el 17 de julio de 1980. La reunión en la que participaba, junto a otros  líderes, en la sede de la Central Obrera Bolivia fue intervenida de forma violenta. Ese día estalló  el golpe de Estado de Luis García Meza. 

Desde esa jornada -recuerda su hija- la mamá de Marcelo envió cartas y realizó gestiones para recuperar  los restos del político. No obstante, no tuvo éxito.

Los procesos y los archivos

Con el restablecimiento del Estado de Derecho   se desarrolló el juicio de responsabilidades  contra Luis  García Meza y Luis Arce Gómez, quienes fueron finalmente condenados. El proceso duró nueve años, desde 1983 hasta 1992. En ese lapso, María Cristina Trigo estuvo como «una de las partes principales” del proceso, comenta su hija. No obstante, la causa no  esclareció las circunstancias de la muerte de Marcelo ni ayudó a identificar  el paradero de sus restos.

Otro juicio se llevó adelante  entre los años  1997 y 2007, pero esta vez en contra de las personas involucradas en la muerte y desaparición  del líder. Sin embargo, las penas dictadas  a la mayoría de los implicados -según María Soledad- fueron «irrisorias”; y en el caso de tres de los inculpados si bien recibieron penas mayores,   el Estado no logra que ese veredicto se cumpla.    

Como tampoco se avanzó en esa vía sobre los restos del líder, entre 2007 y 2010, la esposa y los hijos de Marcelo solicitaron la desclasificación de los archivos de las Fuerzas Armadas, con el fin de  conocer información que permita encontrar los restos del político.

«Nosotros tenemos evidencia de que existen esos archivos, porque hemos ofrecido incluso en el último juicio fotocopias de documentos extraídos de los archivos de inteligencia militar. Entonces, tenemos certeza de que  existen”,  afirma José Antonio Quiroga Trigo, sobrino de líder.

Incluso hay  resoluciones judiciales   que conminan a  las FFAA a dar    acceso a los familiares a los archivos militares, según  Olga Flores Bedregal,  hermana del líder  desaparecido Carlos Flores Bedregal.

Esta activista  sostiene que hay siete documentos  entre resoluciones judiciales, una orden fiscal, una resolución ministerial y una recomendación de la Defensoría del Pueblo que versan en ese sentido. 

Sin embargo, desde el Ejecutivo se sostiene que en los archivos militares no hay documentos de la  naturaleza que  reclaman los familiares de los desaparecidos.

El 22 de diciembre de 2010, cuando el tema escaló en importancia en la agenda mediática, el presidente Evo Morales aseguró: «Anteayer estaba en la reunión con el Alto Mando Militar y pregunté por cuarta o quinta vez. No hay nada oculto”.

El Jefe de Estado también anunció que lideraría el ingreso, junto con  los familiares, al Gran Cuartel de Miraflores con el fin de revisar los archivos.

«Lamentablemente este año ya no voy a poder por razones de tiempo,  (pero) el próximo año  (2011) les voy a convocar y acompañar personalmente (para revisar) de archivo en archivo”, dijo entonces el Mandatario, antes de sostener que en esa visita iba a pedir a los familiares demostrar dónde  se ubican  los archivos a los que se refieren.  

Flores Bedregal sostiene que tras aquel ofrecimiento enviaron   una carta al Presidente para definir  la fecha del ingreso. No obstante, la activista asegura que  «hasta el día de hoy no hay respuesta” a la misiva.

   Página Siete buscó comunicarse con Gabriel Machicado, viceministro de Justicia y Derechos Fundamentales, del Ministerio de Justicia, para conocer la postura del Gobierno. No obstante, pese al requerimiento que se realizó, no se tuvo éxito.

La acción internacional

Después de agotar las instancias internas, en marzo de 2010,  la familia  de Marcelo presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, donde el caso se ventila en la actualidad. «Ésa fue la última gestión que hizo mi madre. Después ya su estado de salud no le permitió hacer nada más”, comenta María Soledad.

Agrega que como hija de Marcelo, junto a su hermano, al  igual que lo hicieron su madre y su abuela,  continuarán  en este esfuerzo, «haciendo todo lo que esté en nuestras manos”.

«Mi madre acaba de morir sin haber conocido  ni haber recibido los restos de mi padre.

Eso es absolutamente injusto”.

María Soledad Quiroga,

hija de Marcelo

«El Gobierno no sólo  no colabora en la investigación sobre  los restos de Marcelo, sino que  obstaculizó la investigación que debía hacerse”.

José A. Quiroga, sobrino

«La desaparición forzada es un duelo permanente en tanto  no haya los restos. Por ello, el delito de desaparición es un delito que no prescribe”.

Olga Flores Bedregal, activista