A todas nos ha pasado de mudarnos a un barrio que parece tranquilo, solo para descubrir que justo a unos pocos metros uno de nuestros vecinos tiene la molesta costumbre de encender la podadora los domingos a las 6 a.m., o que la solitaria casa de al lado cobra vida al bajar el sol y la fiesta sigue hasta altas horas de la madrugada. ¿Qué hacer en estos casos? Te contamos algunas estrategias exitosas que te ayudarán a tratar con los malos vecinos.
1. Pregúntate por qué escogiste ese lugar
Preguntarte por qué escogiste vivir en ese sitio en primer lugar te ayudará a poner las cosas en proporción. Haz una lista de pros y contras, y analiza las probabilidades de eliminar o minimizar las molestias ocasionadas por los vecinos.
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2. Preséntate
El problema de las grandes ciudades es que nadie conoce a sus vecinos, y resulta más fácil ignorar las molestias que causa un extraño que las de alguien al que se conoce, y quizás hasta se le tiene aprecio. Así que en lugar de ir a quejarte enseguida por lo que sea que está haciendo tu vecino, si no lo conoces personalmente, empieza por ir a visitarlo y presentarte.
3. Escoge el momento y la actitud apropiada
Antes de salir en pijama hecho una furia a quejarte con el vecino porque su perro está aullando a la luna a las 3 de la madrugada, espera a que se te pase el enojo y luego acércate y con tacto y empatía preséntale tu caso.
4. No hagas suposiciones
Quizás ver cómo la mala hierba que el vecino deja crecer en su jardín intenta invadir el tuyo te lleva a hacer una rápida suposición (muchas veces equivocada) de que se trata de personas vagas o descuidadas. Pero también puede deberse a muchas otras razones comprensibles, como por ejemplo que haya alguien enfermo en la familia. Visita a tu vecino para averiguar qué sucede realmente, y quizás ambos encuentren una manera de solucionar juntos el problema.
5. Conoce las normas municipales vigentes
El conocimiento es poder: conocer las normas respecto a los ruidos molestos, la basura y el césped sin podar te dará una ventaja a la hora de hacer reclamos. Porque una vez que hayas agotado la vía diplomática y las conversaciones con tus vecinos, siempre puedes apelar a las autoridades y presentar una queja ante la policía local, asociación de propietarios, o en la oficina municipal.
6. No exageres
Conocer las normas y aplicar la ley es un derecho, pero ten cuidado con llamar a la policía o hacer una denuncia por una pequeña disputa, porque estas acciones seguro no te granjearán la simpatía de tu vecino (si antes no te apreciaba ni te respetaba, a partir de ese momento probablemente te va a odiar). Antes de tomar una medida drástica, piensa en las consecuencias y actúa acorde a la situación.
7. Como último recursos, considera mudarte
Por último, si todo lo demás no funciona y tu vida allí se ha transformado en un verdadero infierno, considera la posibilidad de mudarte. Sabemos que no es justo, que probablemente tú eres un buen vecino y una buena persona, ¿pero sabes qué? La vida no es justa. Y por otro lado quizás esta sea una forma que tiene el destino de indicarte que tiene preparado para ti un lugar mucho mejor.
Fuente: www.imujer.com