Alejandro Fernández conquista la Feria de León

El cantante mexicano Alejandro Fernández, uno de los máximos representantes de la música vernácula, conquistó a miles de personas durante el segundo y último concierto de palenque, que ofreció en la edición 2015 de la Feria de León, que este lunes concluirá sus actividades.
«El Potrillo», como también se le conoce, interpretó cerca de 60 temas del repertorio musical que ha forjado en más de dos décadas de trayectoria, así como éxitos de su padre Vicente Fernández, de José José y Juan Gabriel.
Fueron tres horas en las que con su talento mantuvo cautivas a más de seis mil personas. Sobre todo, con su sencillez, carisma, sonrisa y movimientos de cadera fascinó a las mujeres.
Incluso varias burlaron la seguridad y saltaron al redondel del centro de espectáculos para abrazarlo y propinarle besos. Otras más le obsequiaron decenas de flores y rosas rojas, mientras que las más atrevidas le lanzaron prendas íntimas que el artista recogió y colocó en el pedestal del micrófono.
En la recta final de su «show», que terminó pasadas las 03:00 horas, el menor de los Fernández destacó el legado musical de su padre, y cantó por teléfono «Las Mañanitas» a su hija menor Valentina, quien este domingo cumple años.
Alejandro Fernández inició su espectáculo con hora y media de retraso y aunque el público ya estaba impaciente tras disfrutar las peleas de gallos, rifas y el juego de bingo, de inmediato olvidó su impuntualidad para corear temas como «Ay amor», «Qué bueno», «Avísame», «Que seas muy feliz», «Sí tú ni vuelves» y «Piel de niña».
Portando un elegante traje de charro en tono oscuro, camisa blanca, rosa roja en la solapa y botonadura dorada, el originario de Guadalajara, Jalisco, también entregó «Así como soy, yo soy» y «Que digan misa», durante la cual fue interrumpido por una dama de la primera fila, quien le entregó el primer ramo de flores y a cambio, él aceptó tomarse una foto con ella.
«Qué voy a hacer con mi amor» y «Qué lástima» siguieron en el orden de su repertorio hasta que dio la bienvenida a los asistentes: «Muchas gracias, estoy muy contento de estar aquí. Es una noche muy agradable porque la Feria de León es una de las más importantes en toda la República Mexicana y en el meritito León, Guanajuato, donde la vida no vale nada.
«Siempre que vengo aquí me tratan como sí estuviera en mi casa, será porque soy de casa. Siempre me llevo una impresión increíble y espero que esta noche no sea la excepción. ¿Están listos? Vamos a darle un consejito a todos los caballeros por sí ya se les olvidó cómo deben tratar a las mujeres.
Acompañado por nueve músicos de su grupo y 11 elementos del mariachi Real de México, oriundo de esta ciudad y con el que trabaja desde hace 20 años, continuó con «Mátalas», «Loco», «Si he sabido amor», «Estuve a punto» y «Hoy tengo ganas de ti».
Tras beber de una taza negra, y luciendo un aspecto pulcro, pues este sábado una de sus seguidoras al ganar un concurso le rasuró su crecida barba, Alejandro compartió «No», el primer tema, inspiración de Armando Manzanero, que fue coreado a su máxima expresión por la gente.
Después vino el turno de «Tantita pena», que se escuchó desecualizado al no compaginarse bien el mariachi con los músicos, al mismo tiempo que la calidad del sonido no fue la ideal.
Peinado de media cola y cubiertas sus características canas, el cantante de 43 años recorría el escenario mientras deleitaba con «No lo beses» del dúo Río Roma; «Ella» y «Caminos de Guanajuato», de José Alfredo Jiménez. Ésta última con los integrantes del mariachi de pie.
Dueño de una potente y afinada voz, así como observado en sus movimientos también a través de seis pantallas gigantes, «El Potrillo» emocionó con «Nadie, simplemente nadie» y para entonces, no había persona que guardara silencio, pues se observaba a todos coreando.
Con cerveza en mano, refresco o cigarro; con pareja, en solitario, en familia o con su grupo de amigos, sus fieles seguidores también lo acompañaron en melodías como «Me hace tanto bien», «Te amaré» y «Nube viajera».
Bien plantado como charro en el escenario y poseedor de una memoria envidiable, pues no requirió de teleprompter ni acordeón para interpretar el más de medio centenar de canciones, el hijo de Vicente Fernández complació con «Te voy a perder», «Canta corazón» y «Serenata huasteca».
«Me dediqué a perderte», «No me digas que te vas», «Sí tú supieras» y «Yo no sé olvidar» fueron celebradas por los presentes, hasta que llegó «Como quien pierde una estrella», uno de sus máximos éxitos que puso a todos de pie para luego abandonar el escenario.
Sin embargo, ante la insistencia de una más, y luces encendidas de los teléfonos móviles en medio de un palenque en penumbras, el ídolo regresó luego de tres minutos para entregar «Se me va la voz», «Abrázame» y «Perfume de gardenias» para después cantar un popurrí de temas en honor a su padre:
«Las llaves de mi alma», «Por tu maldito amor», «Mujeres divinas», «Me voy a quitar de en medio», «Para siempre», «Hermoso cariño», «Estos celos» y «Acá entre nos».
Después de que una mujer le lanzara un sostén negro, «El Potrillo» expresó que uno de los momentos más difíciles al estar fuera de casa es mantenerse lejos de la familia, por lo que dijo, cantaría a «la más bebecita de mi hijas» las tradicionales «Mañanitas» en su cumpleaños.
«Bueno, hola bebé ¿cómo estás?, muy bien princesa», comentó mientras sostenía un teléfono en su oreja y prosiguió a cantar en su honor con el público haciendo coros para finalizar con el tema «Valentina». Su rostro denotaba alegría, emoción, orgullo y sobre todo amor hacia su hija, a quién le recalcó que la amaba.
Tras siete intentos por despedirse, pero aclamado por la multitud que solicitaba siguiera interpretando, Alejandro Fernández finalmente concluyó su concierto con los temas «Contigo aprendí», «El rey», «Puño de tierra», «No volveré», «La muerte del palomo», «Fue un placer conocerte» y «Tarde».

Fuente: www.informador.com.mx