Juan Carlos UrendaNada personal ministro. Le escribo con la mejor de las intenciones y, dadas las circunstancias y el desempeño de su predecesora en el cargo, esta carta la hubiera escrito a cualquiera que hubiera sido designado. Usted analiza temas internacionales con profundidad y esa práctica con seguridad le permitirá analizar las sugerencias que le deben estar llegando por todos lados. Aquí va una más.Asumo, por razones obvias, que usted es autonomista. Si no, su designación, el cargo y el ministerio no tendrían sentido. Sin embargo, el gobierno del que ahora usted forma parte ha dado muestras suficientes de no serlo y ahí radica el motivo de esta nota.Como Ud. sabe, el gobierno actual luchó denodadamente en contra del referéndum nacional por las autonomías convocado por él mismo y contra los que se hicieron en los cuatro departamentos de la llamada media luna. Perdió en todos y ello lo obligó a adoptar hábilmente una postura política autonomista –que incluyó la creación del ministerio a su cargo- que hasta la fecha no se ha reflejado en los hechos. Prueba de ello es que, desde su creación, el ministerio a su cargo no ha autonomizado absolutamente nada, esto es, no transfirió ni un solo centavo ni una sola competencia en favor de los gobiernos subnacionales y el año pasado sufrió un recorte muy significativo de su presupuesto, lo que demuestra el nulo espíritu autonomista que anima al régimen. Su ministerio se la ha pasado fundamentalmente solucionando conflictos de límites y de reclamos de reivindicaciones que no tenían nada que ver con la autonomía. Fungió, digamos, como un ministerio de conflictos.Se entiende que el ministerio de autonomías tiene que autonomizar y, consecuentemente, la gestión que tiene que mostrar es la concreción de transferencias de competencias del Estado hipercentralizado actual hacia los gobiernos subnacionales. Así se autonomiza, no hay otra manera. En definitiva, se debiera perseguir la concreción del Estado Autonómico enunciado en la Constitución. Sin embargo, si las cosas siguen como han venido sucediendo, usted se verá en la penosa disyuntiva de tener que firmar calladito decretos y avalar leyes centralistas que luego se le reprocharán.En este último tiempo, el gobierno ha promulgado leyes y decretos absolutamente centralistas con serios vicios de inconstitucionalidad, con la penosa complicidad del ministerio que usted asume. Es el caso de la Ley de Autonomías que no autonomizó nada o la Avelino Siñani que centralizó la educación en un 100%, o la Ley 169 de modificaciones al presupuesto que deja sin autonomía presupuestaria a las entidades subnacionales, o la Ley clasificatoria de Impuestos que, siendo una competencia exclusiva en municipios y departamentos, los limita a dictar impuestos sobre “chicha de maíz” y “vehículos a motor para navegación”, respectivamente; ya para la risa, o el DS 71 que otorga tuición ministerial de todas las “autoridades” del sistema regulatorio: agua, bosques, tierras, pensiones, electricidad y empresas, que deberían ser independientes para no ser juez y parte en los procesos administrativos, y así.La primera aparición pública suya en su nuevo cargo consistió en continuar con el libreto de que sin la aprobación de las cartas orgánicas municipales y los estatutos no habrá ninguna posibilidad de concretar el pacto fiscal. Esa ha sido la línea del gobierno para trabar el proceso autonómico. Sobre este punto es importante que usted tenga presente que los estatutos autonómicos no harán más que ratificar (copiar) las competencias que la Constitución les otorga a los municipios y departamentos. Ni más ni menos. Si consignaran más, el Tribunal Constitucional se las quitaría, y si le restaran sería una tontera. Así que el tole tole de supeditar el pacto fiscal y en definitiva la autonomía a las cartas y los estatutos honradamente no es cierto ministro. Además, la Ley Marco de Autonomías en su artículo 67 indica que las competencias exclusivas de departamentos y municipios se pueden aplicar de manera inmediata sin necesidad de mayor trámite. Prueba de ello es que la Gobernación de Santa Cruz asumió la competencia de los hospitales de tercer nivel que pertenecían a la Alcaldía sin que se hubiera aprobado el estatuto de éste ni la carta orgánica de aquél. Esa es la excusa para no avanzar y si no avanza la autonomía no habrá forma de mostrar gestión.La discusión del Pacto Fiscal no tiene nada que ver con las cartas orgánicas y estatutos. El plazo de 6 meses desde que se entreguen los datos del censo, que otorga la Ley para que el Servicio Estatal de Autonomías en coordinación con su ministerio elaboren una propuesta de pacto fiscal, se ha vencido hace mucho tiempo. El argumento de que la fecha de entrega de los datos del censo se retrasó o que se requieren estatutos para discutir y definir el tema no es sostenible razonablemente.Si usted tiene la voluntad de autonomizar, está en una encrucijada difícil. Dadas las circunstancias, resulta una misión casi imposible, a menos de que Ud. logre convencer al gobierno, aunque sea de a poquito, de gabinete en gabinete, de que la autonomía es buena para todo el país. Lamentablemente, la solución para reconducir verazmente el proceso autonómico pasa por una reforma parcial de la distribución de competencias de la Constitución que otorgue a los departamentos y municipios las competencias necesarias para que se autonomicen de verdad. Le adjunto el link de un proyecto relativo a ello que publiqué el año 2010 por si quiere darle una mirada. El problema de las propuestas de reformas parciales de la Constitución es que la gente tiene razones suficientes para temer que se aproveche la ocasión para introducir la re re re reelección que Ud. sabe que tendría tintes totalitarios.Le deseo éxito en sus nuevas funciones ministro.El Deber – Santa Cruz