Santa Cruz, Bolivia. La audiencia cautelar contra el infanticida se llevó a cabo en la Felcc, donde los medios de prensa no tuvieron acceso
José Luis Cuéllar, padre de Nicol, consuela a su familiar en la Felcc
Jorge Luis Justiniano Montero (20) fue sentenciado a 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, por el asesinato de la niña María Nicol Cuéllar (9) en una audiencia llevada a cabo a puerta cerrada en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen. Fue imputado por los delitos de infanticidio, asesinato y violación.
La jueza Dalia Pedraza, el fiscal Rony Mendizábal y el abogado de la defensa pactaron la pena máxima que aplica la justicia en un procedimiento inmediato del que fueron testigos algunos policías, el representante del Defensor del Pueblo en Santa Cruz, Hernán Cabrera, y el padre de la víctima, José Luis Cuéllar Delgado.
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Justiniano mató a Nicol el domingo en el barrio Las Piedades. En su declaración admitió que había bebido mucho alcohol y que llevó a la niña con engaños a un monte, donde la golpeó repetidas veces en la cabeza con un ladrillo; luego la desnudó, la violó y le sacó de las manos Bs 10 que la pequeña llevaba para comprar algo a la tienda del barrio.
“Mi madre, mi hermana y mi cuñado me increparon al verme con sangre y empezaron a sospechar. Después los vecinos se alborotaron, me puse nervioso y abordé un trufi con los Bs 10 que le saqué a la chica. Me fui a la plaza 24 de Septiembre, entré a la iglesia y le pedí perdón a Dios…”, declaró el sujeto y añadió que merecía ir preso.
EL DEBER