En el curioso “Estado Plurinacional” que sustituyó a la República de Bolivia, las normas son para ser cumplidas por los súbditos, no por el emperador Evo Morales.Esto es lo que puede deducirse del anuncio hecho por el caudillo cocalero, quien señaló que desde el 6 de agosto comenzará a despedir a los funcionarios públicos que no hablen idiomas nativos, una regla que él mismo incumple.Su desconocimiento de las lenguas indígenas es vox populi y ha sido reconocido por el propio mandatario en una entrevista, cuando alegó que “perdió la fluidez del aymara” en El Chapare, una región de cultura mestiza.Lo más probable es que la norma sobre la obligatoriedad de los idiomas nativos se convierta -al igual que otras reglas de aplicación sesgada impuestas por el régimen, como la Ley contra el Racismo- en un instrumento más para destituir opositores en municipios y gobernaciones, o para remover magistrados díscolos.Si Evo fuera coherente con su consigna, debería renunciar a su cargo el 6 de agosto…[email protected]