En el 2007, más de un millón de paceños salió a marchar para defender la sede de Gobierno, que le reporta más de un tercio del Producto Bruto Interno al departamento.
Son las ventajas del centralismo, de que el Presidente maneje más del 85 por ciento de los recursos de este país y tenga plata para pegas, contratos y todo tipo de negocios que genera la política y que tiene a los paceños en primera fila.
Lamentablemente ser el centro también tiene sus desventajas. Cualquier habitante de la “Maravillosa La Paz” sabe lo que cuesta soportar la mayor carga conflictiva del país, los paros, los bloqueos y las manifestaciones que ya forman parte del paisaje, tanto o más que el Illimani. Pero nunca como ahora los paceños están sufriendo el rigor de las protestas con miles de potosinos llorándoles la tragedia de seguir siendo expoliados, como antes lo hicieron los españoles, posteriormente los republicanos y hoy los plurinacionales, tan centralistas o peores que los de antes.
Se entiende la molestia de los ciudadanos, pero no se explica los insultos y el desprecio de algunos hacia los potosinos, quienes no tienen la osadía de echar en cara quién mantiene a quién.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Fuente: Bajo el Penoco – eldia.com.bo