La Torre de Pisa, uno de los mejores atractivos turísticos en Italia, es el campanario de la catedral de Pisa. Siempre ha sido el destino favorito por los turistas que quieren tomarse una foto curiosa debido a su clásica inclinación.
Esta torre fue construida para que permaneciera en posición vertical, como las demás torres de la ciudad. Sin embargo, comenzó a inclinarse incluso apenas inició su construcción en 1173, debido a que los cimientos únicamente tienen 3 metros de profundidad. Así que el suelo comenzó a ceder y siguió haciéndolo con el pasar de los siglos.
Durante los dos siglos que tomó construir sus 56 metros de altura, se tomaron medidas para corregir la inclinación, aunque ninguna dio con el éxito. Por ejemplo, en 1278 cuando se alcanzó el séptimo piso, hicieron un lado más alto que el otro con el fin de nivelar la torre, consiguiendo únicamente que se inclinase hacia el sur, cerca de un grado.
En 1838 la estructura de la base terminó inundándose por agua subterránea, ocasionando un mayor hundimiento de la torre. En 1934 Benito Mussolini mandó a reforzar las paredes sellando el interior, pero solo se logró hundirla en más de 30 centímetros.
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En 1990 fue cerrada al público debido al grado crítico de inclinación y un posible colapso que pondría en riesgo a todos. Fue cuando el gobierno italiano convocó a especialistas, ingenieros y matemáticos, para lograr la estabilización de la torre.
Se colocaron 630 toneladas de plomo en el lado norte para contrarrestar el peso, se reforzó el subsuelo con nitrógeno líquido y se removieron las rocas subterráneas para colocar barras gigantescas de hierro.
En 1999 se logró estabilizar la torre y lograr que se volviera a inclinar respetablemente (al mismo nivel que tenía en 1838). Se instaló un complejo sistema de monitoreo para medir cada milímetro de posible inclinación y, finalmente, se abrió de nuevo al público en el 2001.
Fuente: sabercurioso.es
Fuente: peru.com