Hay un viejo dicho que recomienda “No contar la plata antes de tenerla en la mano” y en esto del mar, habría que ser cauteloso, pues se está inflando demasiado el globo y como cualquier otro se puede pinchar.
En el oficialismo se preparan para sacarle viruta al reciente fallo de la Corte Internacional de La Haya, que sin duda alguna ha sido una victoria para la diplomacia boliviana, pero apenas un triunfo preliminar, pues los asuntos de fondo aún no se han tocado y tomará algunos años en saberse si Chile es obligado a negociar con Bolivia y seguramente mucho más para que “mojemos nuestros pies en una playa boliviana”, citando al expresidente Hugo Chávez, quien al principio se portó muy eufórico sobre nuestra demanda, pero al poco tiempo cambió y se volvió ambiguo, como son casi todos los gobiernos y líderes que saben que el tema es delicado y lleno de bemoles.
Pero como estamos ingresando en una de las campañas más duras de la historia del Evismo, todos querrán decir que el mar ya está en Bolivia y que tiene dueño. Algunos tratarán de nombrar al nuevo Abaroa y no será difícil para los que saben de rimas y consonantes. Se viene un gran carnaval político y en vez de mixtura, habrá abundante agua salada. Ojalá no la salemos.
Fuente: www.eldia.com.bo