Por: Belisario Sangiorgio
Los denunciaron por explotar sexualmente a 18 mujeres, pero los investigadores presumen que las víctimas son más. Las escuchas telefónicas
Víctor Morales llegó a su juicio libre. Sin embargo, está preso preventivamente hace siete días por amenazar a una testigo protegida para forzar un testimonio falso. Lo acusan de dirigir un clan familiar que habría secuestrado para explotar sexualmente al menos a 18 mujeres en el prostíbulo «Black & White» de Ushuaia. Junto a dos hijos, su ex mujer y la actual novia, captaban y retenían a chicas que, desesperadas por una mala situación económica, decidían viajar a la Patagonia sin hacer demasiadas preguntas. El denunciado les ofrecía los pasajes en avión y veinte mil pesos por mes.
Este lunes, los fiscales Adrián García Lois y Abel Córdoba pidieron siete años de prisión por trata de personas. Para el resto de la familia, y una mujer que los apoyaba llamada Mirta Jorgelina Puglia, solicitaron cinco años de cárcel.
Entre 2009 y 2012, Morales publicó más de 100 avisos de falsos trabajos en diarios porteños. Cuando las mujeres llegaban a Tierra del Fuego, las alojaban en una casa. Retenían sus documentos y pertenencias. En el momento en que se daban cuenta de lo que realmente pasaba, y querían irse, los terratenientes de la organización les decían que deberían pagar con sexo el costo de sus pasajes hasta Ushuaia.
Según declararon los miembros del clan, cada mujer generaba $900 pesos diarios de ganancias para la organización. Sin embargo, en 2012, cuando allanaron el lugar por primera vez y se rescataron 15 víctimas, ninguna de las mujeres tenía más de $15 en su poder.
«Víctor Morales posee y genera entre sus empleados una imagen de hombre con «poder». Tal situación se manifiesta mediante sus vínculos sociales (gerentes de bancos, de casino, de concesionarias de autos y muy posiblemente con autoridades policiales). Esto pondría en una situación de vulnerabilidad a las personas que serian víctimas del delito, como así también en una situación de impotencia para recurrir auxilio», narra un informe de los investigadores federales al que tuvo acceso Infobae.
En 2012, cuando allanaron el lugar por primera vez y se rescataron 15 víctimas, ninguna de las mujeres tenía más de $15 en su poder.
Mientras intervenían los teléfonos, pudieron detectar que Morales estaba buscando una nueva casa donde albergar más víctimas para ampliar su negocio ilegal. En este punto, cabe destacar que muchas de las mujeres ya habían sido captadas en otros prostíbulos, pero se terminaban de quebrar por la zona inhóspita.
Al menos 70 mujeres pasaron por el lugar, según los datos sanitarios de la Municipalidad, pero las víctimas podrían ser más. Para la Fiscalía Federal de Ushuaia, «no existen dudas de que Morales y los restantes coimputados, explotaban sexualmente a mujeres abusándose de la situación de vulnerabilidad en la que se encontraban».
«Si bien en el marco de esta causa se han considerado como víctimas a un importante número de mujeres, que fueron las que motivaron la formación de la presente causa y las que fueron rescatadas en oportunidad de realizarse los allanamientos, vemos que la realidad nos indica que el número real de posibles víctimas es muy superior«, indica un informe.
Una de las chicas, cuyas iniciales son K.R, indicó que fue contratada para hacer un show como malabarista y acróbata. Estaba desesperada porque había dejado su hogar y no tenía dinero. Se encontró con Morales en un bar de Barrio Norte, Capital Federal, y el hombre le prometió un gran salario. Tres días después, le envió los pasajes. «Cuando llegué a Ushuaia me enteré por una compañera cuál era el trabajo que, en realidad, tenía que hacer. No tenía idea de qué se trataba», explicó.
Fuente: infobae.com