Argentina. Los candidatos y sus esposas, besos y vestuario

Foto: clarín.com

Las esposas de los candidatos subieron al escenario y se saludaron con un beso

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Karina Rabolini y Juliana Awada ingresaron al centro del debate y se saludaron con un beso cordial luego de felicitar a sus respectivos esposos.



El final del debate presidencial estuvo marcado por el ingreso de las esposas de los candidatos, Juliana Awada y Karina Rabolini .

Ambas aparecieron de cada lateral del escenario; Rabolini saludó a Daniel Scioli, que fue el último en hablar; y Awada besó a Mauricio Macri . Luego, detrás de ambos candidatos las eventuales primeras damas se saludaron con un beso e hicieron un mínimo comentario entre risas.Inmediatamente se ubicaron al lado de sus esposos para el cierre de la emisión, con el aplauso del público y las voz de fondo de uno de los moderadores, tomaron de la mano a su candidato.

¿Qué vestuario eligieron los candidatos y sus mujeres?

En un capítulo importante de la estrategia de toda campaña política, Scioli, Rabolini, Macri y Awada cuidaron al detalle su imagen protocolar.

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De cara al primer ballotage presidencial de la historia argentina, los candidatos y sus mujeres no dejaron librado al azar un capítulo significativo de la estrategia de toda campaña política: el vestuario para hacer frente al debate televisivo, la última gran contienda antes de la decisión final.

En los últimos años, la imagen estética y corporal de los candidatos parece haberse convertido en un ítem fundamental del armado de toda campaña política. Del lado de los especialistas aseguran que el lenguaje estético, indumentario y corporal dice tanto o más que el lenguaje verbal. «Los políticos deberían vendernos la palabra. Pero cuando no hay ideas, nos queda la imagen», aseguró Patrycia Centeno, experta en estilismo gubernamental en una entrevista al sitio abc.es. «Con una buena imagen se puede vender una mala idea, pero con una mala imagen es imposible vender una buena idea».Creer o reventar. Este apartado de moda que parecía tan alejado de la realidad política también tiene su capítulo en la escena nacional, ya que por recomendación de sus asesores, de sus mujeres o por cábala, cada candidato eligió una manera de vestir a la hora de pisar la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el escenario del histórico debate.

Con su clásico traje azul, el saco abierto (llevó un prendedor muy pequeño de la bandera argentina sobre la solapa izquierda), la camisa blanca y su inconfundible corbata celeste, el candidato del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli dijo presente para transmitir sus propuestas durante los 75 minutos que duró el debate. Del círculo íntimo de Scioli aseguraron a LA NACION que «Daniel es bastante clásico a la hora de vestirse. No tiene diseñadores de cabecera, ni tampoco nadie que le diga qué se tiene que poner. Eso sí, conserva una cábala: su corbata celeste, la que usa desde los inicios de su carrera política».

Distinto es el caso de Mauricio Macri, el aspirante de Cambiemos que, desde los comienzos de su carrera hasta la actualidad, modificó su imagen rigurosamente: dejó de usar bigote y corbata y con el tiempo fue adquiriendo un estilo más informal. «Otra diferencia está ligada a los colores. Al postularse en 2007 para Jefe de Gobierno usaba prendas informales pero más oscuras, mientras que en la actualidad para actos similares optó por tonos neutros más claros incluyendo la infaltable camisa lisa celeste, combinada con jeans o pantalones en la gama de los beige», dijo Laura Malpeli de Jordaan, Asesora de Imagen.De esta manera se lo pudo ver durante el debate, sólo que volvió al uso del pantalón oscuro, lo combinó con camisa celeste (siempre elige éste color) y blazer a tono. «Ante todo, él siempre prioriza la comodidad y la practicidad. Juliana le compra la ropa, lo aconseja a la hora de vestir y él le hace caso», reveló una fuente vinculada a su entorno familiar.Ahora bien, si vamos a analizar la apariencia de las futuras primeras damas, tanto Karina Rabolini como Juliana Awada se han convertido en un verdadero oasis para el ojo femenino (y por qué no el masculino). Cada una con su estilo logró captar la atención de los medios de comunicación y de los votantes, y más allá de cualquier partido político nadie puede negar que éstas dos mujeres marcan la excelencia a la hora de elegir su vestuario.El sello inconfundible de Karina siempre fueron las prendas clásicas, generalmente lisas, muy poco maquillaje y su característico rodete que pasó a ser parte de su imagen, para el que incluso dio tutoriales en distintos medios y hasta llegó a ser trending topic. «Juliana apuesta por prendas sencillas en cuanto a detalles y colores, pero sin dejar de lado el aspecto femenino y sofisticado. Esto se ve reflejado también en la forma en que luce su cabello, delicado por el movimiento, arreglado, pero en absoluto clásico o monótono, logrando verse fresca, pero no excesivamente llamativa», comentó Malpeli de Jordaan.Las posibles primeras damas también se hicieron presente durante el gran debate. Karina Rabolini eligió un vestido de líneas muy simples en color verde y fucsia con rebordes blancos, de Evangelina Bomparola y stiletos a tono, de Ricky Sarkani. Su marca inconfundible, el clásico rodete que mantuvo desde los comienzos de la candidatura de Daniel Scioli.En el caso de Juliana, y a diferencia del debate anterior que eligió un vestido largo en tono azul, optó por un conjunto de blazer y pantalón en color blanco, zapatos en punta y el cabello recogido. De lo informal a lo formal, en esta última aparición le dio un tono más ejecutivo a su estilo, quizás acorde con la trascendencia del debate.En un mundo altamente visual, las percepciones resultan fundamentales y sin dudas, pesan en el electorado a la hora de votar. Desde ya, no es el tema esencial pero contribuye a reforzar (o no) la imagen que el político quiere plasmar y a mantenerla, en concordancia con su estrategia y plan de gobierno, a lo largo del tiempo.

¿Por qué se llaman candidatos?

La vestimenta de los presidenciables suele decir tanto como sus palabras y es un capítulo de la campaña electoral que los asesores estudian al máximo tanto ahora, como hace dos mil años.La importancia en la ropa del candidato acompaña a la civilización occidental prácticamente desde la antigua Roma.Quien aspiraba a un cargo político, y especialmente el que pretendía la máxima autoridad, el cónsul, debía vestir una toga blanca de toda blancura durante toda la «campaña electoral».Como el máximo cargo político se renovaba todos los años, se vivía en una situación de «campaña permanente» y no resultaba extravagante cruzarse con un romano que parecía salido de una escultura de carrara.Esta toga iba sobre la túnica y estaba blanqueada con yeso para que resulte totalmente cándida como el color de la nieve o la leche. De su vestimenta cándida viene la palabra que señala a los postulantes políticos como «candidatos».View image on Twitter

Juliana Awada, muy sobria con un look monocromo y Karina Rabolini, más colorida by @Ebomparola.