Buscando inversiones

Carlos-MirandaCarlos Miranda PachecoLa semana pasada, bajo el título de «Invirtiendo en la nueva Bolivia”, se realizó un foro en Nueva York con la asistencia de una delegación nacional integrada por empresarios, banqueros y funcionarios de Gobierno, encabezada por el Presidente Morales, con el objeto de interesar inversiones en diferentes actividades de nuestro país.La búsqueda de inversiones en el exterior se ciñe a una especie de ritual internacionalmente acostumbrado, denominado road show (exhibición en el camino). El nombre es adecuadamente descriptivo  porque industrias, o el país mismo, preparan una serie de presentaciones y reuniones en diferentes localidades del mundo para mostrar la conveniencia de invertir en la actividad y/o país descrito.Esas presentaciones, ante audiencias muy seleccionadas, son repetidas en ciudades donde se sabe existe concentración financiera afín con esas presentaciones. De ahí el nombre de road show (RS).La organización de un RS es generalmente confiada a un banco de inversiones o a una agencia especializada en reuniones internacionales.  La agencia seleccionada debe tener contactos de alto nivel en los círculos de posibles financiadores y comprometer su asistencia a una o varias reuniones del RS, organizando la realización de las mismas.  Se trata de un servicio especializado y altamente remunerado.En nuestro caso, para la reunión de Nueva York se ha confiado el servicio a una repartición del Financial Times, especializada en organizar este tipo de eventos, sin que ello signifique que la prestigiosa publicación esté de acuerdo o en desacuerdo con las exposiciones que se realicen.A estas reuniones no asisten los máximos ejecutivos de los posibles inversores, sino expertos de la compañía en operaciones en el exterior. La delegación que expone los temas generalmente está conformada por altos ejecutivos de la empresa y algunos personeros importantes de Gobierno, pero casi nunca participa el Primer Mandatario del país que busca inversiones. Los RS son encuentros de negocios y no reuniones políticas entre Estados, en los cuales se acuerdan convenios de cooperación y financiamiento oficiales, como los que está celebrando actualmente nuestro Primer Mandatario en Europa.Las reuniones de un RS son informativas. Sirven para despertar interés de inversión, pero para que se materialicen depende de los resultados de un proceso de negociación entre el posible inversor y autoridades del país que propició la reunión.La presencia de un Primer Mandatario en reuniones de esta naturaleza para la búsqueda de inversiones da una señal de extrema urgencia. Para los países cuyo mayores ingresos son por exportación de hidrocarburos, la caída de los precios del petróleo justifican una ansiedad por nuevas inversiones.En Nueva York, nuestro Primer Mandatario, personalmente, ha tratado de desvirtuar la imagen de nuestro país como una nación en la que no existe seguridad jurídica para las inversiones, llegando a citar que las últimas tres leyes – de inversiones, empresa pública y solución de controversias – dan la seguridad jurídica necesaria. Parecería que nuestro Primer Mandatario no ha sido informado sobre que la inseguridad jurídica que proyecta nuestro país en el extranjero no es por la falta de leyes, sino porque las normas no se cumplen. Se informa que – como resultado de las presentaciones en Nueva York – 15 compañías han solicitado reuniones adicionales en nuestro país, a fin de examinar todos los aspectos necesarios para posibles inversiones y tomar decisiones al respecto. Se tiene entendido que esas reuniones se realizarán este mes de noviembre.Ya han pasado los tiempos en los que la palabra de un Primer Mandatario era suficiente para garantizar una inversión  extranjera en un país. Ese tipo de inversiones se realizaban a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Los inversores extranjeros han sufrido muchas desilusiones y ahora son cuidadosos en invertir en cualquier país donde la palabra del Primer Mandatario pudiera estar por encima de las leyes.Tratando de ser optimistas, esperemos que la imagen de la llamada «Nueva Bolivia” pueda atraer inversiones, superando la preocupación que presentan los precios deprimidos de todas las materias primas, en particular del petróleo.Página Siete – La Paz