En tierras germanas, Evo Morales volvió a perpetrar sus clásicas “evadas” haciendo gala de su desconocimiento, tanto de la historia como de los fundamentos de la estabilidad institucional en los sistemas democráticos.El presidente se enojó cuando un periodista alemán le preguntó “cómo interpretaba la reelección presidencial, que no sólo sufre Bolivia, sino también otros Estados de la región”.El mandatario respondió airado que “los alemanes no pueden preguntarme eso” y ensayó una peculiar teoría de la historia: “Después de las guerras mundiales, ¿cómo quedó Alemania? La estabilidad política, la continuidad de partidos ha levantado a Alemania, entonces cómo Alemania me va preguntar eso, más bien nos debe felicitar por la continuidad”.Alguien en Palacio debería explicarle al caudillo cocalero que la estabilidad política alemana no se basa en la hegemonía unipartidista sino en la alternancia pluralista, principalmente entre democristianos y socialdemócratas, aunque también con participación en las coaliciones de gobierno de liberales, verdes y socialcristianos.En cambio, el afán de concentrar todo el poder en una persona, durante la era hitlerista, fue precisamente lo que condujo a la última conflagración mundial.Más adelante, Evo añadió que “antes en Bolivia cada año habían varios presidentes, entonces cómo ese pueblo puede desarrollarse, por favor amigo periodista, si usted viene el pueblo debería rechazar esa pregunta, claro, porque esa pregunta es algo antidemocrática, aquí (hay) democracia, todo se consulta al pueblo”.Se le olvidó a Morales decir que la rápida sucesión de presidentes en el periodo 2003-2005 se produjo por la desestabilización puesta en práctica por su persona y aliados, con excusas demagógicas y el propósito real de hacerse con la primera magistratura a cualquier precio…[email protected]