Misceláneas de noviembre

javier-paz-garciaJavier Paz GarcíaUn joven recurrió a una objeción de conciencia para no cumplir el servicio militar obligatorio. Cuando yo era adolescente, también expresé mi oposición a asistir al premilitar. Mis padres no se convencieron de mi argumentación y me obligaron a hacerlo. Quisiera decir que mis razones eran tan profundas como las del joven en cuestión, pero simplemente no quería ir porque consideraba que perder todos los sábados por un año era demasiado.Ahora pienso que este joven no sabe el orgullo que sentirá al prestar su servicio militar, pienso que (como muchos dicen) solo quien ha hecho su servicio militar puede entender el orgullo de servir a la patria y que, en retrospectiva, mis razones para no querer asistir al servicio militar eran acertadas y que mi participación en los cuarteles fue una pérdida de mi tiempo. Opino que tengo muchas cosas por las cuales puedo sentirme orgulloso y entre ellas no se encuentra el haber realizado el premilitar. Pienso que más beneficioso será para el país si este joven se dedica a algo útil en vez de hacer el servicio militar.¿Ha causado revuelo la noticia de un juez que intentó cobrar coimas a una pobre y sufrida señora para fallar con justicia en una audiencia?En realidad, lo curioso, lo inaudito, lo increíble, lo absolutamente inverosímil sería abrir el periódico y leer que han encontrado un juez probo, que actúa de acuerdo a la ley, no tiene grotescas cadenas de oro ni autos de lujo porque solo vive de su sueldo, no acepta coimas y falla con justicia y celeridad. Eso nadie lo creería. En cambio, que un juez venda sus fallos no sorprende a nadie. Lo único novedoso es que el juez se haya dejado pillar.Ganó Mauricio Macri y a Argentina se le viene lo peor. No lo digo porque Macri vaya a hacer un peor gobierno que Cristina Fernández de Kirchner; creo que nadie puede hacer eso (el rimbombante Hugo Chávez tal vez podría, pero afortunadamente se transmutó en un pajarito silbador).A Argentina se le viene lo peor, porque los Kirchner dilapidaron todo, hasta las pensiones de la gente y el que venga, no importa quién sea, tendrá muchas cuentas por pagar y poca guita para hacerlo.En la siempre amarga tarea de elegir a los políticos, creo que los argentinos, por esta vez, le han dado un descanso a su larga tradición de equivocarse y han optado por el menos malo de los candidatos. Enhorabuena.El Deber – Santa Cruz