Todos sabían el secreto indígena


cleptosRoberto MéndezTengo que confesar que particularmente no me gusta la Navidad, no porque no creyera en el nacimiento de Jesucristo, sino por la desigualdad que en esta época se hace más latente, especialmente de migrantes que llegan a raudales a Santa Cruz en busca de una moneda y especialmente porque nuestros pobres y olvidados, los indígenas, también deambulan más por las calles con la esperanza de recibir algunos regalos.Y se los ve caminar perdidos, tal vez hasta sin brillo en sus ojos, como característica de quienes sueñan con días mejores, sin saber que en nombre de los indígenas, de la pobreza y la desigualdad se farrearon al menos 71 millones de bolivianos, equivalentes a 10 millones de dólares, según el informe oficial de la Contraloría y que según la oposición no refleja la cantidad oficial del daño económico inferido al Estado Boliviano.Pero no solo al Estado, principalmente a los indígenas, porque en su nombre, o a nombre de ellos, sacaron plata para ejecutar 153 obras, que luego se comprobaría, resultaron siendo fantasmas. Y me duele tanta plata malgastada en hechos de corrupción, como me duele ver a los hermanos ayoreos, los más visibles y vulnerables, que no encuentran su camino en Santa Cruz.Que se han ‘estacionado’ en el séptimo anillo, casi avenida Tres Pasos al Frente, a convivir con un bote de clefa en sus narices, mientras que las mujeres desde los 12 años se dedican al oficio más antiguo del mundo: la prostitución. Ayoreos que para ganarse una moneda se dedican a tapar pozos en las proximidades de las vías férreas o que son utilizados como carne de cañón en las peleas por tierras.Porque hemos perdido nuestra condición de humanos y porque cuando hablamos de indígenas, lo hacemos solamente para llenar un requisito que exige la CPE, el de ser inclusivos, porque en la práctica a las autoridades les importa un comino.Porque solamente los utilizan como eslogans político en la búsqueda de votos y porque también tenemos que reconocerlos, los dirigentes indígenas que llegan al poder terminan también siendo corrompidos.Esa situación se puede observar ahora cuando dirigentes ayoreos dicen que votarán por el No a la repostulación del presidente Evo Morales para el 2020-2025, en el referéndum del 21 de febrero del 2016, y todo porque están saliendo poco a poco los trapitos al sol y se ha encendido la ventiladora.Pues en el repunte del caso Fondo Indígena, las pesquisas tomaron un nuevo giro y llegaron a dirigentes de mandos altos. Tras la aprehensión de la exministra de Desarrollo Rural Julia Ramos, corrieron la misma suerte el senador Jorge Choque (MAS) y Damián Condori, disidente del MAS.Hasta octubre, por este caso, estaban detenidas siete personas, entre exdirectivos y dirigentes locales, entretanto había 205 procesados, mientras el vicepresidente Álvaro García Linera dice que la justicia debe actuar en forma independiente y sancionar a los culpables, el senador opositor, Óscar Ortiz, señala que se trata de una estrategia de campaña para que los bolivianos digan que en este gobierno se combate la corrupción, cuando todos saben que las verdades cabezas no serán cortadas.Precisamente en una supuesta grabación de voz, la exministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, reveló que el Ejecutivo estaba informado de lo que ocurría dentro del Fondo Indígena porque emitía informes mensuales dirigidos a “todos los ministerios”.La Red  Erbol dio a conocer la grabación, en la que la exministra habla públicamente a un auditorio de sectores sociales. “Recibimos dos cartas del ministro de la Presidencia. Teníamos el informe muy retrasado del Fondo Indígena, a todos los ministerios nosotros pasamos (informes), al ministro de la Presidencia mensualmente (con) el avance de proyectos”, dice.Lo cierto es que de realizarse una investigación seria, el oficialismo tendría hasta la dificultad de decir ‘y quién cerrará la puerta de la cárcel’.El Día – Santa Cruz