La fabulosa herencia de David Bowie

David Bowie y su hijo mayor, Duncan JonesDavid Bowie y su hijo mayor, Duncan Jones

Veinticinco álbumes de estudio, nueve discos en directo, cuarenta y seis recopilatorios, más de cien sencillos, cuarenta y nueve vídeos musicales…David Bowie, el «hombre de las estrellas», fue también un artista de cifras siderales. La cuenta bancaria que ha dejado así lo confirma. En abril del año pasado, «The Sunday Times» revelaba que el inmortal «Ziggy Stardust» poseía una fortuna estimada en 135 millones de libras, unos 181 millones de euros.

Bowie también ha legado a su segunda mujer, la supermodelo de origen somalí Iman Abdulmajid, y a sus dos hijos, Duncan (44 años) y Alexandria Zahra (15), un fabuloso patrimonio inmobiliario repartido por tres continentes. Las «joyas» de la corona son un piso en el sur de la isla de Manhattan (Nueva York) valorado en 3,7 millones de euros y una «villa» en la isla de Mustique, situada en el mar Caribe. Según los especialistas en bienes raíces, esta casa de veraneo de estilo balinés tiene un precio de mercado de unos 20 millones de euros.



Gran parte de la fortuna que ahora recae en manos de Iman se debe al éxito comercial que alcanzó el cantante en los años 70 y 80. Según cifras de la industria discográfica, Bowie vendió más de 140 millones de álbumes en sus casi 50 años de carrera. «Let’s Dance», de 1983, llegó a vender 7 millones de copias. Además, el británico fue una de las pocas estrellas del rock que supo conservar los derechos de autor sobre la totalidad de su obra.

Ziggy aterriza en Wall Street

En 1997 hizo historia al convertirse en el primer cantante que cotizó en Wall Street. Ayudado por su amigo, el inversor David Pullman, especializado en el mundo de la música, consiguió 55 millones de dólares vendiendo bonos a 10 años con un interés anual del 7,9%. Los «Bowie bonds» estaban respaldados por derechos de propiedad intelectual y eran emitidos por el propio Bowie. La idea no tuvo mucho éxito, y financieramente tuvo un significado relativo, pero sí marcó un precedente en el mundo de las finanzas.

Su incursión en la Bolsa dio origen al denominado «celebrity bond», un tipo de bono titulizado respaldado por derechos de autor y emitido por el titular de los mismos. Desde entonces, muchos cantantes y personalidades del «show business» emiten sus bonos prometiendo a los inversores participar en los futuros beneficios derivados de los royalties que vayan a cobrar, que garantizan el flujo de dinero necesario para devolver el principal más los intereses prometidos.

Acostumbrado a innovar, Bowie también fue pionero en el negocio de Internet. En 1999 lanzó «Hours», el primer disco disponible para descarga legal antes de su publicación en CD. Fue el primer cantante del mundo en autorizar este mecanismo de comercialización, confirmando así su gran olfato en la cambiante industria discrográfica.Fuente: www.abc.es