Venezuela: libertad y despotismo

corzo[1]Pedro CorzoEste cinco de enero se inició en Venezuela un proceso sin precedentes. Una mayoría parlamentaria, con vocación democrática, dispuesta a retar a un Ejecutivo que controla el resto de los poderes del Estado.El Parlamento venezolano ha sido uno de los principales instrumentos usados por el chavismo para instalar una dictadura institucional sobre una colosal farsa democrática, lo que le confirió la capacidad de cercenar paulatinamente los derechos ciudadanos, arruinar la economía nacional y generar una corrupción sin precedentes en un marco de relativa legitimidad.La convivencia en un parlamento integrado por legisladores con diferentes ideas e intereses, es complicada y difícil, pero lo que se experimenta en la Asamblea Legislativa venezolana no tiene precedentes ya que enfrenta un ejecutivo y un poder judicial que responden a una ideología excluyente y sectaria, con medios suficientes para intentar neutralizar y hasta sabotear las decisiones de los legisladores.Es de suponer que los líderes políticos de la oposición estén desarrollando recursos para blindarse contra las agresiones de todo tipo que en su contra va a desplegar el chavismo, interpretado de la peor manera posible por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Este último procurará generar conflictos dentro y fuera de la Asamblea, incentivando a los grupos más radicales a establecer un bloqueo y a agredir a los legisladores contrarios al gobierno.El presidente Maduro tratará de responsabilizar a la Asamblea de la agudización de la crisis económica, y de los problemas que afronte el gobierno a partir del momento que el poder legislativo se emancipó del ejecutivo, intentará bloquear las decisiones del Parlamento y desconocer sus atribuciones.La Asamblea Nacional tiene potestad para nombrar magistrados y convocar para revocar al presidente, pero ambas habilidades, aunque cuentan con la fuerza moral que le otorgó el pueblo, tiene que tener la subordinación de las fuerzas públicas en caso de rebeldía, lo que no parece factible en base a las recientes declaraciones del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, quien dijo que se había ultrajado a la Patria cuando se retiró un cuadro de Hugo Chávez. El general reiteró su respaldo al gobierno y no a la Constitución, un talante que refleja su lealtad.Ante esta situación, el apoyo activo de los electores que votaron a favor del cambio, es la principal defensa de los legisladores que impugnan la autocracia.El éxito electoral de la oposición hay que validarlo con otra cruzada que muestre que la mayoría de la población no votó exclusivamente contra el oficialismo por el pésimo gobierno, sino también porque está a favor de cambios sustanciales que desmonten unas estructuras políticas y administrativas contrarias a los mejores intereses de la nación.Es de suponer que un por ciento del electorado votó contra el régimen por el empobrecimiento, la alta inflación y la extendida escasez de bienes de primera necesidad, incluidos los productos farmacéuticos, pero es de esperar, y ahí está la garantía de futuro, que la mayoría haya hecho conciencia que las propuestas populistas, por bien elaboradas que estén, solo sirven para socializar la miseria y convertir al individuo en una masa amorfa que solo responde a los dictados del caudillo.Es preciso trabajar a favor de que el chavismo deje de ser una alternativa electoral, no porque se prohíba o ilegalice lo que Hugo Chávez representó para un sector de la población, sino porque el ciudadano habría tomado conciencia que las propuestas que encarnó eran inviables y voluntaristas, y que en ningún momento estaban sostenidas en postulados que tuvieran el trabajo y el respeto a la libertad como fundamento.Hay que demostrar que el denominado Socialismo del Siglo XXI, como en su momento lo fue el socialismo real castrista, aun en el supuesto negado de que hubiera sido un éxito económico, son negativos para el ciudadano, porque ataca su condición de hombres y mujeres con derechos a tomar decisiones acertadas o erradas, pero propias.El Nuevo Herald – Miami